Todo por Google

En la tribu caníbal estaban todos sobresaltados. Habían logrado atrapar a un explorador sorprendido cuando intentaba robar los secretos de la buena cocina de los Motucos, ancestrales recetas que eran las delicias de la comunidad.

Helmut Kroll, un prestigioso chef de la nueva cocina europea, había osado trasponer las barreras culturales en busca de manjares culinarios para incorporarlos a la ya afamada carta de su restaurant.

Este alemán de 46 años, había heredado el negocio familiar de gastronomía al que le había dado un toque personal, incorporando platos exóticos que despertaban la admiración de los refinados paladares de sus comensales.

Su inspiración para estas delirantes ideas era más producto de sus adicciones que por sus aptitudes profesionales. Fue de una de esas largas sesiones de descontrol que se le ocurrió incorporar en su menú la dieta antropofágica.

La poca información que pudo recabar solo se la dio Google, que siempre tiene una respuesta a los interrogantes más absurdos y delirantes que se pueden imaginar.

Allí dio con la tribu de los Motucos, en el nordeste de Ecuador y sus dietas abundantes en proteínas.
Hacía mucho tiempo que los nativos no se dedicaban a cazar congéneres para sus dietas, la escasez de expedicionarios los obligaron a cambiar sus hábitos. Ahora eran vegetarianos, aunque para mantener su prestigio y dignidad, mantenían su rituales. Las ollas que otrora hervían grandes guisos con abundante carne, ahora eran solo grandes sopas de vegetales.

Para Helmut, fue una buena noticia. Si bien se encontraba defraudado por la revelación, al menos su pellejo no corría peligro.

Eso fue lo que creía, porque del alboroto inicial por su aparición, los famélicos miembros de la tribu decidieron retomar sus atávicas costumbres.

Si buscamos en Google el nombre de Helmut Kroll, nos dirá que fue un expedicionario alemán perdido en la selva ecuatoriana cuando investigaba las costumbres antropófagas de la temible tribu de los Motucos.

OTREBLA