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Por Alexandro Faviano
Basado en CreepyPasta “El Experimento Ruso del sueño”

Mi nombre es Boris Vakanov y esta es la crónica de un experimento científico ocurrido durante la segunda guerra mundial, del cual fui parte y me arrepiento de haber participado. ¡Que Dios me perdone!

Día de presentación: El proyecto del sueño

El general Kasparov nos junto a todos en una sala y nos explico que necesitaban probar un nuevo gas que nuestros camaradas científicos habían creado en Moscú. Este producto se llama “Gas de la vigía” y su finalidad es dotar a los soldados con una vigía constante, evitando que su cerebro entre en ciclo de sueño y así poder permanecer despiertos y alertas durante varios días seguidos, sin dormir. Tengo que aceptar que la idea es revolucionaria pero tengo mis dudas sobre cómo podemos probar semejante producto. No creo que nadie acepte voluntariamente ser conejito de india para este tipo de experimento.

Día 0: Los prisioneros y la sala 13

Trajeron cinco soldados alemanes capturados del campo de batalla para hacer el experimento. El general Kasparov nos dijo que deberíamos acondicionar la sala 13 para poder poner a los soldados dentro y ejecutar el experimento. Debería tener comida, agua, entretenimiento pero desprovista de cualquier tipo de cama. También nos pidió que grabemos todo lo que ocurra dentro de la habitación para poder hacer un análisis día a día del experimento.

Día 1: Primer día del gas

Los cinco soldados alemanes fueron introducidos en la sala 13 sin ningún incidente. Todos ellos se encuentran en perfecto estado físico, sin heridas. Lamentablemente ninguno sabe ruso pero eso no nos impide realizar el experimento del sueño. La habitación esta herméticamente cerrada, sin contacto con el mundo exterior, sin ventanas pero con todas las comodidades de un hotel, con excepción de un lugar para dormir, por supuesto. La habitación es mucho mas cómoda que una cárcel o un campo de concentración y por eso creo que ninguno de los soldados hizo preguntas. Para identificarlos fácilmente les dimos ropas con un gran numero bordado en la espalda que van del 1 al 5. Para grabar cualquier sonido proveniente de la habitación utilizamos un intercomunicador conectado a un grabador de sonidos. El general no quiso cámaras de video porque dice que interfiere con la investigación. A las 15:00 horas del día de la fecha el “gas de la vigía” es introducido en la sala.

Día 2: Todo normal

Los soldados no tienen idea que le estamos suministrando el “gas de la vigía” porque este no tiene ni olor ni color. Ellos se dedican a hablar y leer. Todavía no se han dado cuenta que ya pasaron 32 horas sin dormir. Creo que el confinamiento les hizo perder la noción del tiempo. Igualmente, según lo que pudimos traducir de las conversaciones, solo se limitan a hablar de la guerra, de como fueron capturados y algunas conjeturas del porque fueron confinados en esta habitación. No tienen la más remota idea del experimento.

Día 3: Desapercibido

El soldado numero 3 se dio cuenta que llevan más de 2 días sin dormir y se los comunico al resto de sus compañeros. Igualmente parece que la falta de sueño sigue sin afectarlos porque hablan de conjeturas e historias traumáticas de la guerra. Cosas que nada tienen que ver con el experimento del cual son parte, y del cual siguen ignorando. El gas sigue haciendo efecto en sus organismos y este pasa completamente desapercibido por ellos.

Día 4: Silencio

Algo extraño está ocurriendo el día de hoy. Las conversaciones que estábamos escuchando ayer, ya no las escuchamos hoy. De hecho no escuchamos absolutamente nada. Nuestros medidores de consumo de oxigeno nos dicen que todavía están respirando ahí dentro, pero no logramos escuchar nada. Probablemente estén sospechando sobre el experimento o simplemente sea algún efecto colateral del gas. No lo sabemos.

Día 5: Sigue el silencio

Estuvimos monitoreando la habitación con un aparato más sensible y pudimos escuchar la respiración que ellos producen. Sin embargo el silencio de ultratumba sigue y entre mis colegias y yo empezamos con las conjeturas de que si la falta de sueño los puso en un estado catatónico o simplemente están conspirando contra el experimento.

Día 6: Fuerte olor.

Notamos que además del silencio sepulcral hay un olor espantoso que sale de la sala 13. Por lo que yo siento es como un olor a excremento humano pero mucho más fuerte. Creemos que el experimento está llegando a un punto sin retorno. El sensor de consumo de CO2 sigue siendo normal para cinco personas, pero entre el silencio y el olor no sabemos qué pensar. No hay manera de adivinar lo que está pasando ahí adentro. No podemos ver.

Día 7: Golpes

Aproximadamente al mediodía de hoy escuchamos unos golpes fuertes que provenían de la pared izquierda de la sala 13. No sabemos si es algunos de los individuos que está tratando de comunicarse por medio de algún código que no es Morse o simplemente un acto de locura sin sentido. También notamos que el olor que hasta ayer parecía a excremento ahora tiene tintes de carne podrida. Después de un largo debate llegamos a la conclusión que tenemos que entrar a la habitación para saber que está sucediendo.

Día 8: Intercomunicador

Acabamos de avisarles a los soldados por intercomunicador que vamos a entrar en la habitación. Les pedimos que dejen de hacer lo que están haciendo y que se pongan en el suelo con los brazos en la cabeza. Cualquiera que desobedezca la orden será ejecutado sin mediar palabra. Algo me dice en mi interior, que no nos va a gustar lo que vamos a ver. Espero estar equivocado. Cortamos el “gas de la vigía” y reemplazamos el aire por aire fresco. Al cabo de un rato escuchamos una voz calmada que por el intercomunicador dijo en perfecto alemán –“No vengan, no queremos salir de aquí”-

Día 8: El Horror

Lo que vimos al entrar en la habitación superó mis peores pesadillas. Varios de los soldados que entraron con nosotros se horrorizaron al punto de salir corriendo para vomitar, al ver la escena que voy a describir a continuación;
Después de abrir la puerta, que por cierto no fue fácil porque estaba trabada del lado de adentro, nos encontramos con un cuadro sacado del infierno de Dante. Las actitudes y las escenas que vi en ese momento no se van a borrar jamás de mi retina y van a atormentar mis sueños por el resto de mi vida.
El soldado numero 1 se encontraba parado delante de la biblioteca en una aparente pose normal, como de alguien que está leyendo libros. Sin embargo estaba desnudo, y sus manos estaban llenas de excremento humano. Su propio excremento creo yo. Con mucha naturalidad, tomo un libro y como si lo estuviera ojeando lleno página por página con sus propias eses. De tanto en tanto se lamia los dedos como para tener saliva para pasar a la siguiente pagina.
El soldado numero 2 estaba clínicamente muerto. Digo esto porque no fue necesario tocarle el pulso para darse cuenta de su situación. Literalmente estaba mutilado de la cadera para abajo. Sus tripas colgaban de su abdomen y sus piernas estaban colgadas en la pared como si fueran obras de algún artista de arte moderno macabro. Al ver semejante atrocidad, se me vino a la mente el recuerdo de los golpes en la pared izquierda. Ahora entendía su propósito.
El soldado numero 3 gritaba desconsoladamente algo en alemán que ni el traductor podía entender. Su alarido era gutural y ensordecedor. Creo que eran parte locura y parte dolor puesto que tenía el pecho abierto, como si alguien le hubiera sacado la piel para poder estudiar su anatomía interna. Se podía ver sus pulmones contrayéndose por los gritos, la tráquea moviéndose de arriba hacia abajo tragando saliva y sus intestinos tratando de digerir algo que luego entendimos eran su propia piel. Se la había arrancado con sus propios dedos y comido como si fuera pedazos de chocolate.
El soldado numero 4 estaba en la esquina como si estuviera en penitencia. No aparentaba ninguna herida salvo por el enorme charco de sangre sobre el cual estaba sentado. Sus movimientos típicos de una persona con ataque de autismo nos hicieron creer lo peor. Cuando mi camarada lo toco en el hombro para tratar de hablar con él nos encontramos con una imagen atroz. Sus ojos y su nariz ya no estaban. En su lugar había un agujero de carne y cartílagos que le colgaban sobre la cara. No parecía sentir dolor pero su actitud era la de alguien que había perdido algo y no podía encontrarlo. Sus piernas y sus pies estaban dados vueltas, como si fuera un muñeco de juguete. Tenía las extremidades torcidas en el sentido opuesto de la anatomía humana.
El soldado numero 5 también estaba muerto. No estaba desmembrado como el soldado numero 2 pero sí tenía heridas y traumas en todo su cuerpo. Empezando por su cabeza, el cráneo estaba partido al medio y tenía un agüero del tamaño de una taza. Su masa encefálica le había sido sustraída casi por completo, como si alguien se hubiera comido su cerebro con una cuchara sopera. Sus brazos estaban dentro del todo bien, pero sus dedos estaban cercenados en la falange. Sus piernas estaban expuestas en carne viva. Finalmente, como si fuera poco, su pecho tenía un agujero de lado a lado que hacía suponer que su corazón y sus pulmones habían sido arrancados de cuajo. Luego nos dimos cuenta que los habían usado como papel higiénico y tirado en el inodoro.

Día 9: El general

Luego de reducir a los 3 soldados sobrevivientes y limpiar el desastre de la sala 13, el general Kasparov nos dijo que quería continuar el experimento lo más pronto posible. Según él, técnicamente el gas había funcionado y pese a sus efectos secundarios; locura, canibalismo, autismo y coprofagia, eran solo algunos obstáculos que nosotros como científicos deberíamos poder corregir. Me opuse rotundamente a volver a exponer a esos hombres a semejante tortura, pero con la amenaza de una corte marcial si me oponía, no tuve más opción que acceder a sus demandas. Que Dios me perdone.

Día 10: Reacciones de los pacientes

Tuvimos que usar mucho sedante para poder reducir a los soldados alemanes y empezar con los estudios que el general nos encomendó.

El soldado numero 1 opuso mucha resistencia a ser encamisado pero luego de varias dosis de sedantes para caballos pudimos tranquilizarlo. Lamentablemente no hablaba nada y se limitaba a hacer gestos con la cabeza rechazando todo lo que le pedíamos. Luego de haberlo aseado y quitado todo el excremento de su boca y su cuerpo notamos que también había ingerido materia fecal, lo que había atrofiado sus cuerdas vocales. Después de una larga operación sin anestesia pudo recuperar el habla.

El soldado numero 3 seguía gritando casi afónico cosas sin sentido. También lo tuvimos que sedar un poco para poder realizar la operación de reconstrucción de torso. Teníamos que tratar de volver a cocerle los pedazos de piel que este se había tragado para reconstruir su pecho. Antes de empezar la operación y al negarse a recibir anestesia el soldado empezó a gritar algunas palabras en alemán que el traductor logro entender. –“Córtame nuevamente”- decía insistentemente después de cada corte del escalpelo. Parecía disfrutar del dolor. Tuvimos que darle un paralizante para dejara de reír. La enfermera se retiró espantada de la sala de operaciones, cuando noto que el soldado se comía trozos de su propia lengua con cada incisión. Creemos que lo hacía en señal de placer.

El soldado numero 4 sufría de lesiones importantes en la cara y sus fracturas en las extremidades, sumado a que luego de una radiografía nos dimos cuenta, que se había tragado sus propios ojos y su nariz, hicieron casi imposible su recuperación. Con la autorización del general lo pusimos a dormir, pero para siempre.

Día 11: Todos nosotros.

Los dos soldados que habían sobrevivido a todo este horror parecían ansiosos por volver a la sala 13. El traductor nos dijo que imploraban por la vida de sus familiares que los pusiéramos de vuelta en esa habitación del horror. Al tratar de comunicarme con el soldado numero 3 pidiendo alguna explicación de porque querían volver me dijo en un alemán cerrado y seco: - “¿No me reconoces? ¿No sabes quién soy? Soy el miedo que tienes adentro cuando te tapas con las cobijas por la noche. Soy el horror que sufres antes de entrar en sueño profundo. Soy el guardián de tus pesadillas. Soy todos. Todos nosotros “- Sin mediar otra palabra se negó a decir mas, aludiendo que quería volver al estado de vigía del cual lo habíamos sacado.
Cuando se nos autorizó, volvimos a poner a los sobrevivientes en la sala del pánico. Sus caras eran de felicidad absoluta. Una mueca entre horror y alegría se había apoderado de sus rostros. Esta vez decidimos poner cámaras de video para poder observar lo que pasaba ahí adentro.
Al cabo de 3 horas de ingerir nuevamente el “gas de la vigía” nos horrorizamos una vez más. El soldado numero 1 tomo un pedazo de vidrio que encontró en el piso, y se dispuso a abrir al soldado número 3 como quien abre un pavo para rellenarlo antes del día de Gracias. Sin oponer resistencia, y con los brazos abiertos, el soldado numero 3 observa como su cuerpo es cercenado por la mitad y convertido en un abrigo humano. Al grito de –“Somos todos” el soldado numero 1 empezó a remover los órganos del difunto soldado número 3 como si quisiera hacer espacio para poner algo más. Quito los pulmones, el corazón, el cráneo, los riñones, el intestino, todo lo que consideraba desechable lo tiro a un costado dejando solo el pellejo. Cuando termino su obra macabra, y para nuestro asombro, se empezó a “vestir” como si se estuviera poniendo un traje nuevo, un traje del soldado número 3. Luego tomo todo lo que había tirado en el piso y con un frenesí de una persona muerta de hambre empezó a devorarse los órganos del difunto soldado numero 3. Pulmones, corazón, riñones. Su frenesí por la carne humana era sobrenatural. De pronto cayó al suelo y empezó a convulsionar y vomitar sangre. Al minuto y con los ojos dados vuelvas pudo balbucear sus últimas palabras en un alemán sepulcral…. “- Casi…….. Tan……. Libre…”

Fin

Texto agregado el 20-05-2014, y leído por 202 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
20-05-2014 hay que tener en cuenta con los experimentos. Este cuento me parece genial!! tequiero
20-05-2014 (Ojo con las contradicciones... el soldado numero 1 murió dos veces y tenía las cuerdas vocales destruidas. Salvo por eso este cuento de terror esta bastante bueno...) ;) sabiel
20-05-2014 Terrorifica historia!!! sabiel
 
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