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Sobre pensamiento ecléctico: algunos matices.




Remitiéndonos solamente al origen etimológico de ésta palabra, nos daremos cuenta que esta palabra invoca el acto de escoger, elegir; y esta es una acción propia de la inteligencia y fruto de una conciencia esclarecida en la investigación, direccionada por el libre ejercicio de la voluntad individual.

Veamos por que senderos me lleva esta sintética definición, ya que considero un auténtico arte el saber elegir lo correcto, más allá de las circunstancias, aunque a veces implique pequeños dolores que, por lo demás, son efímeros y se disipan en la nebulosa cotidianeidad.

Para esto diseñaré una breve perorata teniendo como base ese concepto, que sobreviene como consecuencia natural en una actitud ante la vida.

Bueno aventuremos ideas…


Aquello que en algún momento despertó en nosotros la simple curiosidad, la inquietud por medio del asombro, ahora vemos que sirve de trampolín filosófico para empezar a profundizar en el significado, en las formas y cualidades que determinan las cosas, hasta abrazar la idea que subyace y prevalece detrás de ese cortinaje lisonjero que aprecian los sentidos como inocente niño encantado ante las maravillas de la vida.

Es entonces, quizás, cuando intentamos romper el ilusorio velo que enmascara las cosas y ponernos en contacto con ese algo que las anima, con su esencia, con su ser interior, que se asoma al mundo a través de los limitados contornos que la definen y, a la vez, la limitan dentro del margen de tiempo-espacio que cobijan a todas las criaturas de la Naturaleza; entendiendo que ésta es la expresión tangible de una Inteligencia Superior, cuyo principio fundamental está dado por el orden, la armonía y la belleza.

El contacto con esa realidad interna se da por semejanza y concordancia vibratoria, ya que la fuerza impulsora que se manifiesta en cada cosa que pretendemos descubrir, está presente también en nosotros mismos (el ser y ente anhelando la excelsa comunión que rompe la dualidad sujeto-objeto, y que si se logra entre los hombres se denomina fraternidad), en estado latente si no hay preguntas ni cuestionamientos, y en evidente actividad si el periplo conciencial a dado inicio, y el deseo –que es una forma de instintiva voluntad- nos mueve hacia la búsqueda del anhelado reencuentro.

Es el reconocimiento de la propia carencia e ignorancia, lo que nos lleva a los umbrales del conocimiento; y es allí, donde se oye la sublime exhortación socrática, el “solo sé que no sé nada”. En ese instante, nos ponemos en medio del camino y surgen las preguntas más importantes que atañen al hombre, en cuanto a ser, con Naturaleza como pedagoga y guía. Comienzan a caer los prejuicios, las visiones pre-establecidas y apriorísticas, las extremas posiciones dogmáticas y las demenciales supersticiones. Todo aquello se erradica, se limpia; se sanean el ambiente y se prepara el terreno mental. Es lo que llamamos refutación, algo tan necesario para depositar las simientes de un renovador conocimiento que, además, se complementa naturalmente con el sentimiento devocional o fe, que alberga cada hombre en su corazón.

De aquí en adelante no queda otra cosa que investigar, analizar, comparar, y escoger lo mejor, y quedarse, por supuesto, con lo más destacable para compartirlo (como señala Platón, en el mito de la caverna, es imperativo volver). Por ello debemos tener definiciones que sean claras y naturales –que no se contradigan con la expresión de sus leyes-, que hallan sido previamente constatadas, para que resulten en verdaderas convicciones, pilares del templo interior del alma.

La experiencia es la que nos permite verificar lo que aceptamos en nuestro interior, aquello que intuimos y vislumbramos en sueños; todo lo que pudimos descubrir en nuestra aventura cual argonautas o adentrándonos en los intrincados laberintos de la mente, pero siempre guiados por el hilo de la filosofía, que es amor a la sabiduría.

Si aceptamos algo como valido, digno y noble, independiente de el momento histórico, de sus limitadas perspectivas y mezquinas conveniencias e intereses, entonces debemos, sin siquiera dudarlo, darlo a conocer; vocearlo sin tontos miedos, pues el coraje -que significa obrar con el corazón- juega un papel preponderante en esto de las convicciones, como lo han demostrado varios Hombres a través del Historia, que incluso han sacrificado sus vidas en el acto.

Si el momento histórico carece de hombres que dentro de nuestras sociedades destaquen como modelos, es necesario buscar en la historia de la Humanidad las flores que perfumaron en su tiempo y que sobrepasaron las pruebas que le imponía el momento que les tocó vivir. Esta es una forma clara y fehaciente de inmortalidad, que demuestra la atemporalidad de las ideas que se expresaron con sus matices a través de ellos.

Las convicciones se deben reafirmar de manera constante, como un auténtico acto sagrado de comunión interna con lo divino; y esto lo digo sin exagerar. Alguien dijo una vez que “hay que honrar las verdades con la practica”, ya que el ejemplo es una forma silenciosa de pedagogía y la imitación, ya sea esta consiente o inconsciente –dentro de este marco de ideas, desde luego-, una fuerza inspiradora que entusiasma –del griego en theos, o dios en nosotros- a cualquier hombre despierto interiormente y dispuesto a aprender.

Como señale con anterioridad, es el reconocimiento de nuestra ignorancia el que posibilita el reencuentro. Un acto evidente de humildad que facilita cualquier trabajo sobre la personalidad, y objetiviza nuestros defectos haciendo posible un cambio real, a la luz de aquello que se ha ido atesorando con las experiencias vividas. Se busca poner al hombre frente a su realidad interna de forma sincera, para poder alcanzar un control sobre la base de los instintos, las emociones y pensamientos, procurando poner a disposición lo mejor que descubramos en nosotros. Así se canalizan las energías de manera adecuada para que cada vehículo de expresión reciba aquello que por naturaleza le corresponde.

Esto, en relación con el hombre y sus posibilidades está muy bien, pero también debemos procurar un alcance cultural más amplio, sirviéndonos del mismo concepto.

Así surge el pensamiento ecléctico como el estudio comparativo de las diferentes expresiones culturales, que en su conjunto se resumen en arte, ciencia, religión, política y la filosofía que las enlaza a todas, siempre que se entienda como amor a la sabiduría y no otra cosa distinta.

Estas son verdaderas puertas de acceso que hacen posible el desarrollo de los potenciales del hombre y, por ende, el avance civilizatorio. Son senderos dentro de la espiral ascendente de la vida que permiten el fértil despliegue de las semillas que obtuvimos de nuestro trabajo investigativo y de purificación de conceptos e ideas; algo necesario, ya que varias de ellas han sido vaciadas de su contenido original. A consecuencia de esto vemos que da lo mismo lo que dicen las palabras y forma en que se utilizan. Las ideas claras clarifican las acciones. De este modo, evitamos caer en absurdas contradicciones y en dudas que nos paralizan o simplemente nos desmoronan, por no tener las herramientas o armas para encarar las situaciones que se nos presentan en lo cotidiano de la mejor forma. Dudas, que sobretodo punzan los ijares cuando están implícitas cuestiones propias de fe, y nos abismamos en vanas incertidumbres existencialistas.

Es por esto que debemos procurar un desarrollo armónico, y pulir todas las aristas de la personalidad.

A medida que nos adentramos en nosotros mismos, debemos procurar que se estreche del mismo modo nuestra relación con la Naturaleza, y actuar en correspondencia con ella, intentando seguir su ritmo, descifrar sus misterios y buscar respuesta a las interrogantes de la vida en cada una de sus configuraciones.

Debemos procurar que todo aquello que descubrimos, por muy complejas que parezcan; nuestras ideas se deben hacer accesibles para todos, ya que las palabras valen más por lo que liberan que por lo que encierran... eso escuhe por ahí.

Cada definición sirve de guía y es una ígnea simiente de renovados paisajes interiores, son verdaderas estrellas que en aquellos momentos de silente naufragio iluminan nuestro camino; por eso tenemos que cuidarlas en lo individual y en conjunto, pues forman parte del patrimonio inteligible de la Humanidad.









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Texto agregado el 23-05-2014, y leído por 239 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
24-05-2014 (2) Respecto del título de tu reflexión decir (les) lo que alguna vez expresó Ernesto Sábato: “¿Y acaso el título no es la metáfora esencial del libro? Del título podría decirse lo que se ha afirmado de los sistemas filosóficos, que casi siempre son desarrollo de una metáfora central: El Río de Heráclito, La Esfera de Parménides...” En Diálogos con Jorge Luis Borges. Afectuoso saludo. sagitarion
24-05-2014 (1) Parafraseando a Sabater y Marina, decir que el hombre actual se encuentra por un lado solo y, por otro, ha extraviado el “manual de instrucciones” por lo que vaga en un periplo doloroso por tantos y distintos caminos en medio de la más oprobiosa oscuridad que significa la ignorancia. Ah, si el hombre recordara como “ver”, redescubriría que al verdadero sendero no lo tiene tan distante. sagitarion
24-05-2014 Pero también es cierto que a pesar de todas las cualidades, la persona se ve inmersa en situaciones cotidianas difíciles, a nivel personal y global, porque aunque nos empeñemos en seguir unas directrices, la propia vida nos pone limitaciones... eso es vivir al fin y al cabo, pero estoy de acuerdo que "un manual de instrucciones" es una buena guía para todos, sobre todo en la oscuridad. Me gustó mucho tu ensayo y lo comparto :) Isa-bell
24-05-2014 Creo que las mejores herramientas del ser humano a nivel intelectual son la curiosidad y la voluntad. Si a esto sumamos los valores morales de humildad y perseverancia se pueden lograr muchas metas. (sigue) Isa-bell
24-05-2014 Para ser honesto,sólo llegué a la mitad de tu ensayo y me cansé.¿Has escuchado la canción con este título,interpretada por Jorge Lavat?. A mi me parece,aún siendo tan sencilla,todo un código de conducta y de moral.Pensé que tú te referías a eso.UN ABRAZO. GAFER
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