Apabullante. Completamente tolerable pero incómodo. Presente en la postura más improbable. Venenoso pero sin el líquido letal, claro. Una pequeña punzada sensibiliza la zona doloral y pide a gritos sosiego y silencio. ¡Pero no! El pequeño y agotador dolor me recuerda mi naturaleza frágil y mortal...
No se suaviza... Pero si la relación entre...
Mmmm... El dolor regresó y me grita que me calle y que siga escribiendo... Pero el sueño y los lugarejos esos... Si, esos... Esos mismitos.... Me clavan un vidrio entrecortado... Pero, bah, duele. Bastante. No se llora, simplemente se padece...