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CAPITULO 2 DE 9

GRACIAS A TODOS POR LAS 100 LECTURAS EN UN DÍA DEL CAPITULO 1, AQUÍ ESTA EL SEGUNDO.

LAS ÚLTIMAS LUNAS DE OTOÑO
Pasaron cuatro siglos desde aquellas guerras que destruyeron la tierra, donde los reyes aliados, exterminaron a los duendes escarlatas. De esas contiendas solo quedaron pequeños comentarios que con el pasar de los años, se convirtieron en vagos rumores de leyendas y fabulas de una generación a otra.
Cuando los reyes aliados comenzaron a gobernar, muchos se negaron a adorarlos. El rey Agonir y sus tres reyes crearon una estrategia para someterlos; trajeron muerte y derramaron sangre de los rebeldes en la tierra. Todos los pueblos fueron sometidos por el terror, convirtiéndose el miedo como el arma más poderosa para doblegarlos. Este temor los catapulto, Pasando de ser simples reyes a divinos dioses en todo el nuevo gran reino.
Los reyes crearon una nueva religión, con doctrinas invencibles y poderosas; donde se adiestraba a los pueblos a adorarlos fervientemente. En todos los rincones de la tierra había imágenes de los reyes aliados con vestiduras blancas para ser venerados por todos; a cambio entregaban beneficios y recompensas a sus mejores seguidores. Con sus poderes controlaban el clima, los cultivos, fomentaban la promiscuidad y todo tipo de libertinajes, para mantener a sus fieles ignorantes de sus pretensiones.
Los reyes aliados no sabían, que en la clandestinidad se estaba formando una secta, que cada día se iba multiplicando para protestar contra la blasfema doctrina del rey Agonir, la cual había derramado tanta sangre humana, pecados que tenía que pagar con su vida.
Reyes malignos convertidos en falsos dioses; pero que con sus actos violentos estaban muy lejos de ser verdaderas divinidades.
Con el pasar de los años se fue levantando una villa, conformada por quinientas casas alrededor de un imponente castillo. La villa fue bautizada con el nombre de “TUNAT” que en lengua real significaba “Adoradores de Agonir”. Esta hermosa villa estaba ubicada al extremo sur del continente donde la influencia del imperio era muy escaza.
En esa villa habitaba una familia muy poderosa y gozaba del respeto y la admiración de sus vecinos. Contaban con muchos pastores de ovejas, quienes usaban su lana para fabricar prendas y así contrarrestar el excesivo frio de las montañas. Esta familia era la propietaria del gran castillo conocido como los “Prisnos”. Nombre otorgado por el sacerdote supremo del rey Agonir en esa región, que significaba “los prósperos”. Para la familia Prisnos vivir en estas tierras era una bendición, porque no sentían con tanta fuerza la presión de los reyes aliados.
La familia estaba conformada por sus padres, Nalsalí y Ardana, y tenían dos hijos varones jóvenes llamados Telú y Lamí y una adolescente muy hermosa llamada Javu. Quien era de una belleza incalculable, pretendida por todos los jóvenes apuestos de la región. Su mayor atractivo lo tenían sus grandes ojos verdes esmeralda, al igual que sus extensos cabellos rubios que caían a su cintura; fácilmente una posible candidata a ser reina de algún reino lejano.
Javu dedicaba gran parte de su tiempo a escribir temas filosóficos, antropológicos y poesía; además tocaba la lira, donde fabricada hermosas melodías para calmar su impaciencia.
Todo el tiempo se mantenía encerrada en su habitación, ubicada en la parte más alta de una de las cinco torres del castillo. Su cuarto estaba diseñado con flamantes ventanales con marcos de oro puro. Desde aquellas ventanas se divisaba una pacifica laguna, que parecía un cristal resplandeciente por los rayos del sol, Su brillo atraía a centenares de cisnes y gansos de diferentes tamaños y colores, que con sus canticos alegraban el paisaje.
Javu soñaba con ver a su villa libre de todo dominio de los reyes aliados. En secreto sin que sus padres y hermanos se enteraran o sospecharan algo; se fue sumando a la secta rebelde que se oponía al imperio de Agonir. Esta secta tomo el nombre de los “Mabrigios”.
Todos los viernes mucho antes de salir el sol, Javu utilizaba un pasillo secreto que solo ella conocía, para salir del castillo atravesando la villa, vestida con trajes de humildes criadas, alcanzaba a llegar a los bosque que circundaban las montañas, donde había una casa de barro con techo de palmas, con ventanas de madera silvestre, y un piso de tierra amarillenta.
Uno de esos viernes de encuentros clandestinos, ocurrió algo extraordinario que cambio por siempre su vida. Al entrar en la pequeña vivienda, se encontró con un grupo de veintidós ancianos perfectamente sentados en una mesa antigua; desgastada por los ruegos de sueños de libertad. El más anciano del grupo, era un hombre gordo, pequeño en estatura, de piel trigueña, quemada por el frio, con largos aretes y vestido con cueros de cordero, quien se levanto de su silla y se ubico en el centro de la sala y dijo: “hoy son las últimas lunas menguantes del otoño, y es el tiempo preciso para contarles una historia verdadera.
Somos una secta clandestina y subestimada, y nos hemos hecho llamar los Mabrigios que significa esperanza.
Este nombre viene de un idioma muy antiquísimo, desconocido por los humanos. Un lenguaje hablado por seres maravillosos; mágicos, respetuosos de la verdad, amantes de la naturaleza, vegetarianos y llenos de toda sabiduría. Que seguramente serán mostrados en el futuro como oscuros demonios por la religión falsa del rey Agonir. Estos seres eran conocidos como los duendes escarlatas, quienes batallaron hasta el final de su era.
Liderados por el más apasionado de los reyes escarlatas que haya dado esta tierra. Su nombre completo es Balzac Jalad Salyt llamado el máximo” explicada el anciano.
En ese instante, todas las personas sentadas a la mesa, vieron como aparecían, platos cubiertos de deliciosos manjares: frutas de toda especie, botellas del mejor vino de uvas, panes de trigo y deliciosos postres de llamativos colores. Todos los que estaban en la mesa se miraban sin comprender de donde aparecían tales viandas, y peor aún, tampoco comprendieron las palabras del anciano mayor, que al notar las caras perplejas de su auditorio continuo diciendo: “esperanza, pero ¿Esperanza en quién o de qué? Pronto lo sabrán; por ahora, solo sepan que estamos en la noche de los Mabrigios, es noche de ilusión y esa ilusión está en nosotros. Porque han llegado los días en donde el libertinaje, el miedo y la muerte sin control de gente inocente deben ¡acabar!... Mis amados Mabrigios, es el tiempo de volver a la guerra contra los reyes aliados, ellos han corrompido a la tierra con sus aberraciones, postrando a los pueblos a sus pies para que los adoren como dioses, es hora que la ignorancia concluya.”
Todos los asistentes aun seguían sin entender al anciano mayor quien siguió diciendo: “pueblos sin esperanzas, sin conocimientos de la verdad, pueblos enfermos que se mueren sin libertad, necesitan de un poder superior a sus pensamientos y ese momento ya está por venir” Miro a su alrededor y escucho el silencio en el salón y pregunto para hacerlos despertar -¿pero qué será lo que está por venir?- pregunto.
Esa era la gran incertidumbre de todos y más aun de una adolescente como Javu, quien se había convertido en una Mabrigia a temprana edad no hacía mucho tiempo. La joven sintió como su respiración se entrecortaba es sus pulmones, luego detuvo su mirada en la pequeña lámpara que colgaba sobre la mesa, buscando quizás claridad, para descifrar las palabras del anciano Mabrigio.
El anciano camino hasta la mesa, y tomo la botella de vino para servirse una copa; tomo un sorbo y continuo diciendo: “Hoy la muerte de nosotros y de otros Mabrigios de lejanas tierras, contribuirán al regreso de un héroe que trasformara al mundo”. Todos los presentes en la reunión se levantaron de sus asientos, maravillados de conocer a ese pacificador por el cual sacrificarían sus vidas, como una ofrenda noble a la causa de los Mabrigios.
Javu sorprendida comenzó a llorar; pero sus lágrimas no eran de tristeza sino de alegría. A su memoria llegaron los recuerdos de su niñez, de sus abuelos, de sus padres y hermanos. Estas palabras del anciano despertó la ilusión de luchar, pora lograr la libertad. La idea de la resurrección de un duende mediador le dio a entender la importancia de su raza y el orgullo de ser parte de una comunidad secreta con poderes sobre humanos capaz de producir un cambio verdadero para su comunidad por muy diminuto que este fuera.
El anciano al ver el asombro que había causado a sus oyentes, comenzó a entonar un cantico de alegría muy antiguo que todos ya conocían; levantó las manos en señal de victoria y se dejaban llenar de un gozo sobrenatural que produjo una danza solemne en el lugar. Javu bailaba, llevando los compases de la melodía mientras sus pantalones se movían con gracia sobre su cuerpo. Luego la danza fue evolucionando en el lugar y se fue convirtiendo en una fiesta que contagio a todos los asistentes a la reunión; pero un grito del anciano apago el momento feliz:
-¡Silencio! Todavía no es tiempo de celebrar, sino de organizar al pueblo- Todos inmediatamente se detuvieron a mirar el rostro, severo y autoritario del anciano, quien ahora había puesto sus ojos sobre la belleza de Javu diciendo:
-Ven aquí preciosa doncella… se que eres descendiente del gran Lominik Prisno- -Si señor… ¡era mi abuelo!- interrumpió javu sorprendida.
-El fue mi gran amigo, un excelente mabrigio; y sin darte cuenta, el te enseño nuestras doctrinas, te protegió, te revelo los pasillos secretos del castillo para que hoy estés aquí, amando esta lucha por la libertad que tanto deseaba y lo hacía feliz. Hoy estas para recibir el poder que solo yo te puedo transmitir-
Javu miraba con sorpresa al anciano; pero estaba preparada para asumir su papel en la lucha por la libertad que deseaban. Ahora Javu entendía todas aquellas situaciones que vivió con su abuelo Lominik, todo comenzó a tener sentido para ella. Recordó con dolor aquel día de su partida, sabía que era un hombre increíble y muy especial en su vida.
El anciano llamo la atención de Javu con una pregunta decisiva:
-¿Te gustaría saber la verdad sobre la muerte de tu abuelo?-
Javu movió la cabeza con curiosidad y con el deseo de llorar.
-Tu abuelo no murió por culpa de los caballos azabaches, esa gran mentira fue creada por los sacerdotes de Agonir; pero la verdad te sea dicha; realmente fue la iglesia Agonista quien lo mato, cuando pastoreaba sus caballos en el valle de la misericordia. El mismo rey Limgá con el sacerdote Ferluis, invocaron el sortilegio asesino de los reyes aliados para acabar con la vida de tu abuelo-.
Javu con lágrimas en sus mejillas, interrumpió su relato con una pregunta:
-¿Por que mataron a mi abuelo, si era cumplidor de sus deberes con el reino?-
-por soberbia de los reyes.- Expreso el anciano con ira –las palabras de tu abuelo ofendieron al rey y al sacerdote cuando reclamaba mas amor y menos muerte para su pueblo- el anciano hizo una pausa y continuo –las palabras fueron interpretadas como blasfemia y por solo pedir “amor y menos muerte” hoy no se encuentra con nosotros.-
Javu irrumpió en un llanto indiscriminado; las palabras del anciano fueron sinceras y verdaderas; ella supo que su abuelo fue un experto jinete y le pareció dudosa su muerte a causa de unos caballos azabaches. El anciano con sus agotados ojos contemplo el dolor de aquella hermosa doncella, sus palabras habían abierto una herida en su alma, entonces quiso consolarla con suaves palabras diciendo:
-Se que la verdad es dura, pero tú eres joven y fuerte, eres capaz de soportar esto y mucho mas; pero prepárate porque te voy a decir algo que debes hacer para salvar las razas.-
El anciano hizo un breve silencio y continuó diciendo -Javu Prisno, tu cuerpo tiene la misión de alojar un héroe que redimirá la sangre derramada en nuestra tierra por culpa de los reyes aliados– los ojos de Javu trataban de salirse de sus orbitas por lo que oía –todos los integrantes de los Mabrigios en la tierra, hoy se unirán a ti, para que lideres la libertad del mundo.- afirmo el anciano.
-¡No!... ¿Por qué yo? Si solo soy una pequeña mujer, que sueña con vivir en un mundo mejor, de paz, de equilibrio, como está escrito en las enseñanzas escarlatas– se detuvo a pensar varios minutos ante la mirada del anciano y continuo –aunque tengo miedo, estoy dispuesta a cumplir con esta misión.-
El anciano la tomo en sus brazos y le hablo diciendo:
-Yo también quiero vivir en ese mundo que tú sueñas; y el libro de las enseñanzas del gran Balzac dice, que “un anciano vendrá del pasado y prepara el camino del héroe que salvara la raza, envuelto en una delicada piel de pétalos color rosa, que dará su dulce miel pero en la boca de sus enemigos será amarga como la hiel-
Javu al escuchar la profecía del anciano, entendió que la flor de pétalos rosados era una hermosa mujer, escogida entre todas las demás para cumplir con el plan que daría inicio a la reencarnación de una raza dormida.
Javu mirando fijamente los ojos del anciano y con decidida resolución dijo: -Yo también quiero poner mi cuerpo para morir en sacrificio de esta raza, quiero revivir ese maravilloso mundo que nos permita alcanzar la gloria-
El anciano sonrió y le abrazo con más fuerza, luego lleno de júbilo se dirigió a los demás ancianos diciendo:
-Hoy es la madrugada profética, donde la vida tomara valor, ya no viviremos inertes, ahora solo debemos cantar de alegría, batan sus túnicas, alcen sus voces, porque hoy es una fecha para recordar, los antiguos Mabrigios volverán a la vida, preparemos el camino del héroe de todos los tiempos- todos al unísono comenzaron a dar voces de júbilo y una contagiosa alegría invadiendo el lugar, mientras el anciano alzaba su voz llamando la atención –Hoy es una fecha donde Murlos, volverá a la vida y despertara de su sueño en las entrañas de esta hermosa doncella, quien será el canal por donde vendrá de nuevo la esperanza a nuestro pueblo.-
Había un silencio en el lugar después de escuchar las afirmaciones del anciano, que al notar en sus rostros la indiferencia a sus palabras grito amargamente:
-No me miren así; demuestren que creen en lo que les digo, son promesas de libertad que hoy se cumple ante sus ojos… ¿qué es más fácil, decir lo que pienso o demostrar la verdad de esta profecía?– todos los Mabrigios comenzaron a cantar y a danzar de nuevo y el anciano continuo. -acércate Javu, para que todos vean el poder que vendrá sobre ti– ella camino hasta el anciano mirándole sin pestañear –eres la más hermosa de las doncellas y aunque tu cuerpo es débil, has sido escogida para recibir dentro de ti, el poder de los dioses– El anciano acerco su boca al oído de Javu y susurro:
–Desde este momento Murlos es engendrado en tu alma, levanta tu cabeza y tus brazos–

Javu obedecía sin revelarse en absoluto a su maestro
–Es la hora del advenimiento levanten su voz, que se escuche en todo el mundo, invoquemos al poderoso héroe, y repitan conmigo, “la muerte será vencida y Murlos volverá a la vida”– todos en una gran voz gritaban la consigna, cuando de pronto una luz incandescente inundo el lugar y Javu cayo desmayada en el piso, al tiempo que el anciano anunciaba: -Bienvenido Murlos, soy Balzac tu rey– se escucho un murmullo de sorpresa en el salón, -en esta criatura humana eres plantado para que vuelvas a la vida, después de tantos siglos, ha llegado este día para traer la esperanza, la paz y la vida a esta tierra– luego la luz intensa desapareció lentamente y Javu abrió sus ojos con una mirada crédula y severa.
Ahora Murlos estaba dentro del cuerpo de Javu quien se incorporo mirando sorprendida a su alrededor, luego el anciano dijo de nuevo:
-Bienvenido a la vida, hoy estas aquí con nosotros, escucha fervientemente a tu rey Balzac. Murlos, los reyes aliados sabrán que estas en este mundo para vengar la destrucción de nuestra raza, así que prepárate, vuélvete más poderoso que los dioses recuerda que todos nosotros estaremos contigo– el anciano saco de su bolsillo la medalla sagrada con el diamante de poder y pregunto: -¿Te acuerdas de esto?–
A la mente de Murlos llegaron infinidad de recuerdos tortuosos de guerras, de muerte, de duendes, y el último combate con Faluz– entonces Murlos respondió diciendo:
-Mi rey Balzac, aun recuerdo mi juramento; y los dioses han escuchado tus peticiones, al hacerme volver a la vida en este cuerpo que no es el mío.- Balzac sonrió diciendo:
-Tu cuerpo no importa, lo que más interesa es vencer a los reyes aliados y con esta figura lo podrás lograr- tomo su mano y le puso la medalla sagrada con el diamante –Tu misión es proteger esta gema y recibir el poder de los antepasados. Te recomiendo que cuides esta prenda como yo lo hice por tanto tiempo. Ahora la fuerza y el poder están en ti, adelante– Murlos miraba su cuerpo inconforme y decidido preguntar de nuevo al anciano.
-Rey Balzac... ¿Por qué estoy en este cuerpo de mujer?- Y él respondió.
–Los dioses en su desbordante sabiduría, han conocido las flaquezas de los reyes aliados, y se idearon este plan, que cuando te ilumines lo entenderás.-
Murlos dentro de la figura esbelta de la mujer dudo mucho de las palabras del anciano y dijo: -Mi querido rey, con este delicado cuerpo es imposible matar a los reyes que faltan– El rey Balzac respiro profundamente y dijo:
-Quizás para ti no lo sea, pero en la voluntad de los dioses es la única posibilidad de vencerlos, solo te corresponde creerlo y aceptar lo imposible.-
Entonces todos los ancianos presentes se acercaron a Javu a preguntarle:
-Eres tu Javu… porque has cambiado la voz ¿Qué te paso?-
-No soy Javu, soy Murlos, el alma y el cuerpo de la mujer ha sido sacrificados por una gran causa de vida, pero no se preocupen, cuando todo esto haya terminado y si este cuerpo sobrevive, entonces Javu volverá tan hermosa como siempre-
Todos los ancianos Mabrigios inclinaron sus cabezas y resignados dijeron:
-Todo sea por la nueva vida que los dioses han prometido, pero déjanos ver la medalla sagrada–
Murlos abrió su mano y la medalla destellaba en la palma de su mano. Y les dijo:
-Esta es la medalla de la vida perpetua, una joya maravillosa, que tiene el poder de volvernos a resucitar, hace por nosotros todas aquellas cosas que no le pedimos ni esperamos-. Todos querían tocar la medalla pero Murlos aclaro –Nadie podrá tocarla, porque no todos tienen el privilegio de hacerlo, solo aquellos que han sido elegidos por los dioses para grandes misiones–
Un ambiente de alegría se reflejo en todos los Mabrigios aunque no pudieron tocar la joya; había una fe, una credibilidad en su líder y se vislumbraba una nueva tierra, libre de malos recuerdos. Luego de hablar y celebrar el regreso de Murlos al grupo de Mabrigios, el anciano rey Balzac, tomo a Murlos y le hablo aparte:
-Es hora de que te acompañe al castillo para que descanses luego debo volver con nuestros amigos, -¿Por qué maestro si estoy disfrutando este recibimiento?– Murlos pregunto
-Recuerda que los aires están llenos de espíritus que protegen al rey Agonir y si saben de ti se viene a tierra nuestros planes, así que vamos y escóndete en el castillo-. Respondió el anciano Balzac.
Murlos comprendió y prefirió proteger el plan, El anciano Balzac acompaño a Murlos hasta la puerta del catillo y agrego: -Ahora que has vuelto, el hechizo protector ha desaparecido del diamante temporalmente, porque al venir del más allá, te pueden detectar, si permaneces en el bosque-
Una tierna llovizna caía sobre el bosque; las gotas de agua titilaban bajo la luz de las antorchas y un frio abrazador dominaba la montaña. Murlos y Balzac se subieron en sendos caballos y rápidamente desaparición en el umbral de la puerta, quedando el grupo de ancianos en la cabaña.
Mientras los otros miembros de los Mabrigios, seguían comentando el hecho importante de la reunión, escucharon un fuerte estruendo en la puerta de la cabaña. Todos miraron de dónde provenían los golpes y vieron parado en la entrada del lugar al tercer rey aliado, al mando de una escuadra de guerreros del reino, vestidos con armaduras de color azul oscuro. El rostro del rey Jardit era espantoso y siempre lo ocultaba detrás de su cabello gris para disimular su fealdad. Su estatura superaba los dos metros de alto y su cuerpo casi esquelético lo hacía ver descomunal. Sus manos dejaban ver cantidad de anillos, mientras levitaba agarrando su bata para que no tocara el suelo. Y sus piernas eran tan largas que terminaban en unas uñas puntiagudas como águila.
Los ancianos al ver la extraña figura del tercer rey aliado, levitando en la entrada de la cabaña, palidecieron del susto y se armaron para enfrentarlo; El rey Jardit al ver a los Mabrigios reunidos en la clandestinidad dijo:
-Asquerosos adoradores de duendes me producen asco, fanáticos ignorantes hasta cuando dejaran de conspirar contra el reino de Agonir- seguidamente movió sus manos haciendo un ademan violento y continuo diciendo: –Guerreros de Agonir dejen caer su sortilegios sobre estos rebeldes, ahora– rayos de colore negro con visos rojos, cayeron sobre los ancianos y destruyeron sus cuerpos completamente. El rey aliado al ver los cuerpos calcinados sobre el piso pregunto:
-¿Quiénes eran estos humanos?, ¡Aquí ha sucedido algo extraño! Solo acabe con simples Mabrigios. Las invocaciones anunciaron la presencia del enemigo, que nos trajeron hasta aquí pero ¿donde está lo que buscamos?- se dirigió a la tropa y dijo: -Vamos no se queden allí parados, busquen el diamante– La tropa inmediatamente comenzó a esculcar entre los cadáveres sin hallar lo que buscaban. El rey Jardit a ver el fracaso de su misión salió de la cabaña y usando sus poderes levanto el vuelo con toda su tropa, desapareciendo lentamente en la oscuridad del cielo, dejando una estela de muerte en el grupo de los Mabrigios.
A la mañana siguiente el rey Balzac arrodillado entre los restos de sus amigos Mabrigios, lloraba inconsolablemente. Entendió que su cita con la muerte había sido fallida y postergada para un futuro cercano.
Luego fue al castillo de los Prisnos para poner en conocimiento a Murlos de la masacre; y frente a tales sucesos tomo la decisión de ordenar un cambio en el refugio de su héroe y ansioso le dijo:
-Te das cuenta que no me equivoque…yo sabía que llegarían a la cabaña del bosque buscándote. Los espíritus de los aires notaron la activación del diamante y supieron que algo pasaba por las invocaciones de los ancianos que llamaban tu regreso a la tierra– lo tomo por sus hombros y le afirmo –Es hora de que te marches del castillo, y protejas el diamante-
-¿A dónde voy a ir si no tengo un lugar donde esconderme?– Pregunto Murlos asustado
-ves al lugar donde moriste, y refúgiate allí; esta vez solo busca iluminarte a través de la meditación– lo miro fijamente y le pregunto -¿recuerdas que te enseñe a meditar cuando apenas eras un niño?-
-Sí. Lo recuerdo muy bien– respondió rápidamente –Pero iluminarme así mismo es imposible– agrego Murlos con incredulidad.
-No…no es imposible, solo depende de ti, de tus profundas convicciones, de tus creencias mabrigias, solo así serás guiado en el universo para lograr el camino que te lleve a derrotar a los reyes aliados más poderosos del reino Agonista. Ve con todo el deseo que hay en ti, solo así serás iluminado por nuestros dioses Mabrigios.- Remarco el rey Balzac.
-Qué pasara contigo….mi amado rey- Pregunto Murlos desesperado. –No te preocupes ahora por mí, solo cumple tu objetivo; yo de mi parte cumpliré otra misión que se me ha encomendado y es el hacer frente al rey Jardit y vengar la muerte de los ancianos Mabrigios. Después esperare que vuelvas con victoria para salvar nuestra raza- Murlos lo miro con nostalgia y dijo:
-Me iluminare por ti, pondré en práctica todas tus enseñanzas y la luz de los dioses la traeré conmigo para iluminarte a ti mi señor– el rey Balzac con pequeñas lágrimas concluyo diciendo:
-Ya vete, que no quiero llorar frente a ti y cuando te ilumines búscame para reclamar nuestra eternidad en el universo-.

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Texto agregado el 17-06-2014, y leído por 111 visitantes. (0 votos)


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