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En la tienda de don Benjamín Agraz hay una tertulia conducida por un investigador paranormal y ello ha concitado una reunión desbordante, así que está llena a reventar.
NO LE RECE A LAS ANIMAS es el título de la tertulia.
Las animas o espíritus de los difuntos permanecen pegados a la tierra cerca a los lugares que frecuentaban cuando estaban vivos y en especial a sus hogares y familiares, dice el conferencista. Esos espíritus necesitan energía para permanecer en esos lugares y en esas personas y se alimentan de la energía de las personas. Sin esa energía no pueden hacerlo. Aunque extraen energía de los animales y las plantas llegando a arruinarlos ellos prefieren la de los seres humanos. En todo el mundo se ha arraigado la costumbre de llamar difuntos para pedirles favores. Las religiones han estandarizado oraciones para llamarlos. También hay brujos que los llaman y los engañan para ponerlos a hacer labores absolutamente indignas. Arruinar a personas en la parte emocional, económica o en la salud. En cualquier caso llamar espíritus, aunque sean familiares, es contraproducente ya que hacen favores a cambio de energía. Digamos que llamar al padre o al abuelo no parece dañino ya que no lo creemos con malas intenciones para nosotros y efectivamente así sucede pero ellos se aferran a sus familiares y les succionan la energía y ello trae consecuencias que pueden ser nefastas. Una dama al morir su padre adquirió las manas del padre y siguió dirigiendo el hogar como tal pero su sistema financiero, que era muy prospero, se derrumbo sin que pudiera evitarlo. No se discute que llamar espíritus puede traer ventajas en el mundo material ya que hacen favores pequeños y grandes lo que si no hay que perder de vista es que succionan energía que es nuestra energía vital la cual es nuestro sustento de vida. Un campesino llamaba a las ánimas para que lo despertaran lo cual hacían puntualmente pero también le cuidaban la finca de los ladrones. El era un propagandista y fanático de las animas y más de una vez las recomendó a sus amigos y familiares. Fue cayendo en un estado delicado de salud caracterizado por una postración energética y le toco acudir a donde un exorcista para retornar a la normalidad y archivar la novena de las animas que era su librito de cabecera. Lázaro había sido militar en tiempos de guerra y había aprendido a esclavizar a un difunto para que le avisara del peligro y en todas las campanas se hizo famoso por salir inexplicablemente ileso. También le encargo mujeres y loterías habiendo logrado ganarse tres de ellas. Ya viejo, solo, pobre y vencido fue donde un amigo exorcista a resolver su problema. A un taxista le asesinaron a la madre de manera villana y el invoco a su madre para capturar a los asesinos. Al poco tiempo lo logro pero creo una dependencia energética de la difunta que dura hasta hoy en día. A propósito en esta zona es frecuente encargarle a un difunto alguna tarea y entre la gente hay mil maneras de hacerlo y esos conocimientos son muy comunes. Se les encarga un buen novio para matrimonio, la captura de algún asesino o una enfermedad para un enemigo. Hubo un hombre que fue guerrillero en la década del 60 del siglo pasado, Teófilo Rojas que al comenzar a tomar licor le ofrecía el primer trago de aguardiente a las animas y encendía una vela y la colocaba sobre la mesa y junto al licor. Cuando la luz de la vela se inclinaba hacia un lado y en ausencia de viento sabía que era tiempo de irse porque el enemigo andaba cerca. Incluso un ayudante suyo. # Desquite # cuando sentía peligro rezaba una oración para no ser visible para el ejército y así se fugo en Córdoba, Quindío, y murió de viejo en una hacienda en La Dorada, Caldas después de haberse escapado de una emboscada. El ser humano tiende a fijarse solo en las ventajas materiales que se obtiene de rezarle a las ánimas pero ignora la contraparte y es que ellas no trabajan gratis sino en contraprestación. Un hombre deseaba una casa muy hermosa que estaba situada enseguida de la casa del cura del pueblo. Contacto al dueño para comprarla pero su esfuerzo fue absolutamente inútil. Decidió hacerle un altar a las animas en su casa y les rezaba y les prometía el cielo si le ayudaban. Les dijo que con las monedas que el colocara en el altar mandaría a decir una misa cada que recogiera lo suficiente y que 50 difuntos se irían automáticamente al cielo. Que era labor de ellos cuidar esas monedas para que nadie se les acercara ni las cogiera. Cuando ya tenía una cantidad apreciable les dijo que se fueran a vivir a la casa vecina de la del cura que un día el sacerdote allí iba a hacer una misa con el dinero que el recogía y que ellas cuidaban y que automáticamente 50 parroquianos muertos e iban al cielo. Que cada anima levantara 500 mas y les hiciera el cuento y se estacionaran a la espera. Así lo hicieron y la casa en cuestión se torno invivible por la cantidad de ruidos y fenómenos paranormales que allí se daban, Se murieron las plantas de jardín y se enfermaron las mascotas. El dueño de la vivienda entro en peleas con su familia y el ambiente se torno invivible y por ello decidieron vender la casa casi regalada y adivinen quien la compro. Cuando la compro se consigue un cura exorcista que le limpio la casa y a disfrutar de su brujería.

Texto agregado el 07-07-2014, y leído por 549 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
08-07-2014 Efectivamente nadie da nada a cambio de nada (ni siquiera las ánimas), me pusiste a reflexionar acerca de ciertas energías que no se encuentran en este plano y que si las forzamos a que se mantengan aquí puede ser contraproducente. Mis 5* estrella_celeste
 
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