!Hielo , hielo te has ido, italiana!
Dejando el àbanico,
los mil novecientos euros en tus sàbanas,
abandonando la herida,
secando el sudor,
extirpando esa tos,
desaperenciendo la última caca,
apagando la última sonrisa.

!Hielo, hielo fuiste hoy italiana!
y para aliviar tu frìo te puse algodón en los oídos,
guantes en los pies,
calcetines en las manos...

!Hielo, hielo soy italiana!
que te vas y me quedo
para acompañarte está noche
para acompañarte mañana
y decirte adiós en la ultima silla
de tu iglesia amada.

!Hielo, hielo, italiana!