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La noche se antojaba perfecta, Gonzalo salió de su casa sin saber que sería la noche mas larga de su vida, como cada año en esas fechas se iba a la playa por la noche, a ver la lluvia de estrellas de San Lorenzo. Cada años montaba solo en su coche armado de su termo de café, su paquete de marlboro sus prismáticos y sus ilusiones. conducía hasta una playa de la bahia que estaba todas las noches, allí se sentaba en su silla y esperaba.

Gonzalo tenía esa afición desde que era crio, cuando aun no fumaba, su padre los llevaba cada año a esa playa a ver la lluvia de estrellas, todos los hermanos escuchaban muy atentos como su padre les contaba historias sobre las estrellas, historias que él mismo solía inventar, historias que formaban parte de su niñez. Gonzalo seguía repitiendo todos los años aquella ceremonia, ahora iba solo, pues los hermanos ya habían olvidado todo lo que su padre les contó sobre esa noche.
Gonzalo estaba esperanzado, tenía la firme certeza de que algún día, en la lluvia de estrellas de San Lorenzo, alguna de las estrellas le concedería el deseo que él pedía: conocer a su mujer perfecta.

Gonzalo era una persona muy soñadora, le encantaba imaginar historias, afición que debió heredar de su padre, Gonzalo escribía de forma aficionada en una página web de ineternet, donde vertía todos sus sueños, todas sus ilusiones. La gente decía a Gonzalo que a ver cuando dejaba de soñar y decidía unirse a ellos en el mundo real, pero Gonzalo sabía que el necesitaba de sus ilusiones para vivir. A sus 33 años aun seguía esperando el amor de su vida, había conocido a otras mujeres, pero sabía que algún día conocería a una que apreciara las ilusiones tanto como él, alguien que tiviera sus mismas de volar, de escapar, de convertir el mundo en su casa, sabía que esa persona existía, pero aun no la conocía; por eso Gonzalo, a todas las estrellas fugaces les pedía que le trajeran ya a su amor, que no le hicieran esperar.

Aquella noche de San Lorenzo no aparentaba ser demasiado distinta de las demás, pero se antojaba juguetona, Gonzalo llegó a la playa, como todos los años abrio su silla, hacía tanto frio que llevaba ya un rato tiritando, de modo que sacó del maletero de su coche su manta de viaje a cuadros negros y rojos, sacó sus prismáticos, su termo de café y se encendió un pitillo. Allí estaba Gonzalo, disfrutando del sonido del mar frente a él, disfrutando del firmamento situado justo encima suya. Pero las estrellas no se movían, esperó y esperó, de pronto el cielo pareció llorar, una lágrima se derramó por la mejilla del infinito y Gonzalo, entre una sonrisa, pidió su deseo, aquel que llevaba años repitiendo. De pronto voló otra, otra y otra, de repente lo que estaba en calma hacía unos momentos se convertía en una danza casi espiritual, en aquella magnífica playa se veia perfectamente a las estrellas como si revoloteran como pájaros en un parque.

De pronto Gonzalo vio una cosa que no había visto jamás en sus años de observador de estrellas, una pequeña lágrima, mas pequeña que las otras pero aun mucho mas brillante fue a caer al mar haciendo un ruido tremendo. Gonzalo no sabía si estaba soñando o estaba despierto, se quedó perplejo, se pellizcó para comprobar que no se había quedado dormido. De nuevo calma, pero entre el ruido de las olas del mar una voz pedía auxilio "no se nadar!!" repetía gritando. Gonzalo no dudó, se quitó la camiseta y los zapatos y corrió hacia el lugar de donde procedían las voces, cuando llegó nadando vio que se trataba de una mujer, que se ahogaba sin remedio. Gonzalo la localizó de inmediato y la sacó del agua.

La joven estaba un poco aturdida, mareada, era de piel pálida, de ojos azules, cabello rubio, figura estilizada, llevaba un vestido blanco que brillaba reflejándose en la luna y era preciosa. La joven se puso en pie, miró a Gonzalo y le dijo: "eres como había imaginado... perfecto"
A gonzalo le subió un escalofrío por toda la espalda;
-"¿te conozco?" dijo él,
-"no" respondió ella "pero año tras año me has venido a ver bailar con mis hermanas, año tras años nos has contado tus secretos en cada deseo, año tras años te hemos visto ahí, sentado, pasando frio y año tras año has vuelto. Te he visto crecer mientras yo crecía y te he visto soñar con volar como vuelo yo quizás"

-Gonzalo se quedó aun mas asombrado "¿eres una estrella?" preguntó contrariado
-"si", "todos los años vengo a bailar con mis hermanas"
-"¿y pq has bajado?"
-"pq me he enamorado de ti, todos los años vengo a bailar solo por verte y escuchar tus pensamientos. Dime, ¿querrás venir conmigo a volar por el firmamento? ¿querrás ser libre por el resto de tu vida? solo coje mi mano, solo agarramé y déjame enseñarte el mundo que ansías"

Gonzalo dudo, no sabía si todo aquello era cierto, o el producto de su imaginación, pero sintió una punzada en el corazón que le hacía saber que debía tomar aquella pálida mano y así lo hizo, de pronto los dos comenzaron a brillar y como si de un suspiro se tratase se alejaron de la costa para siempre.

A la mañana siguiente un pescador encontraba sentado en su silla el cuerpo inerte de Gonzalo, había muerto de frio, por haberse metido en el agua por la noche, pero tenía en el rostro la sonrisa mas grande que jamás vio nadie. En el pueblo todos dicen que Gonzalo estaba loco y murió en un acto de locura, yo prefiero salir todos los años a ver la lluvia de estrellas de San Lorenzo y saludar a Gonzalo cada vez que veo dos estrellas muy juntas, pues se que él nos mira desde el firmamento.


28 - 8 - 2004

Texto agregado el 28-08-2004, y leído por 6133 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
28-07-2006 Me ha vuelto loca tu cuento. No se si tenemos el mismo padre... porque yo creo q no porque no tengo hermanos, pero desde pequeña y cada noche de San Lorenzo espero q el cielo ..., el mismo que tu ves pero seguramente desde otro punto del planeta, demuestre cada año un fenómeno diferente... puede llorar lágrimas de fuego, arrojar chispas adecuadas que prendan las almas. Este año... saludaré a Gonzalo y con seguridad entre tantos deseos... me acordaré de Pokara. >>>---Macarena--->>> Halcon_Rojo
28-08-2004 Que belleza de historia!... me has dejado pensando, a mi como a Gonzalo me fascinan las estrellas, y si estoy cerca del mar, me meto en el, sea la hora que sea... Un firmamento de estrellas para ti. Besos... Debbie
28-08-2004 bonita historia, esperemos que las estrellas sigan brillando, alma romanticista. Rosa_negra
28-08-2004 muy bonito llamas...bonito sueño...¿seguro que se llamaba gonzalo? kayla
 
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