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Ya sólo puedo crear pájaros, musitó el viejo pensante cuando algunos de los presentes buscaban un hilo de solución a tamaño problema con que se enfrentaban. A uno se le ocurrió que si el viejo creaba suficientes aves podían formar un ejército con el cual atacar antes de ser sorprendidos. No será posible, contestó el viejo pensante esfumando el célebre plan; yo sólo creo pájaros capaces de elegir su destino, de lo contrario no serían más que marionetas. Por eso el último paso es formarles las alas. Jamás ningún ave se ha quedado conmigo. Ni bien están listas se elevan en pos de sus propios deseos. Así lo he decidido, son tan libres como nunca en mi vida yo lo he sido. Entonces otro quiso convencerlo que cambiase su decisión por el bien de la comunidad y antes que fuese demasiado tarde. A lo que el viejo pensante replicó: Si debo renunciar a la ética y moral que han definido quien soy a lo largo de mi obra con tal de sobrevivir en un mundo que después de mí ya no será igual, prefiero morir a manos de nuestros enemigos antes que ver el sol desde otro asiento. Porque crear pájaros no es un juego, como no lo ha sido crear esta comunidad desde el tiempo en que todos ustedes abrieron los ojos y decidieron ser una comunidad. Hoy nos acecha el peligro de desaparecer y lo único que me queda por prometerles es: que si por alguna peripecia del destino mío lograse ver la luz de la mañana, llegado el momento volveré a reunirlos en una nueva comuna donde ya no exista ese peligro. Hasta entonces como el más valiente de los pueblos regresen al cobijo de vuestros sueños y déjense sorprender. - Dicho esto reinó un silencio sacro y aplacados los presentes, aun con una leve llama en sus antorchas, dieron la vuelta cada cual hacia su hogar.
Y habiendo quedado en paz con sus pensamientos él pudo sentirse fuera, en la socavada celda donde esperan los condenados a muerte. Allí el viejo que se creía Dios oyó abrirse una puerta y sin moverse siquiera de su asiento esperó entre las sombras de barrotes a sus céleres ejecutantes.

Texto agregado el 08-08-2014, y leído por 109 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
08-08-2014 La convicción hace nuestro temple y el viejo luchó por su noble causa. Muy buen relato amigo Rodrigosid. Saludos GERPREZMAR
 
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