Escribiré a la muerte versos profundos
no como Baudelaire o como Panero,
no como poeta maldito.

Todos escriben a la vida...
triste o alegre,
a la naturaleza, a la luna,
al dolor o al duelo.

Becker escribía al amor, a la belleza
Sabines escribía a la esperanza
Cabral a lo sublime, al sueño de la humanidad
Vallejo al amor, a la palabra...
pero Benedetti versos perfectos llenos de paz
y Paz... metáforas de verdad.

Todos escriben a la vida
en todos sus matices,
a la noche, a lo estelar
pero aunque sé que es bella
ya está muy descrita
muy acuñada y maquillada;
no tengo nada en contra de ella
pero escribirle es tan normal.

Veleídosa y preciosa
pero incierta.
Amo vivir
amo la vida y su poesía
ella me enseñó a escribir,
pero está tan dibujada en letras.
Todos tienen sus fórmulas...
tan gastadas para ella...
para vivirla
para sentirla,
para gozarla
para compartirla.

Pero es efímera
¿qué ocurrirá?
¿o cómo y cuándo termina?
No reniego de ella
pero no escribiré sobre su encanto.
sería uno más.

Prefiero escribir al óbito
a lo lúgubre, al óntico mortal
al sueño de la noche...
...es lo único seguro
sabes que un día llegará.
¿Por qué prostituir la palabra a la vida?
es cotidiano... es tan normal.

Mejor escribo a la mortandad;
si hay poetas malditos
¿por qué no un poeta de la muerte?,
también tiene magia
también respira,
y tiene derecho a la poética,
a crear versos de algodón para ella
acariciarla con mis letras
y dedicarle mis desvelos.
Si a final de cuentas
en el último de mis días
sentiré lo grácil de su voz,
y es quien que me acompañará
tomándome de la mano.

Escribiré arrumacos a la muerte
mas no a la fatalidad.

Alejandro Ornelas