TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / gahumelu / Comida Alterada

[C:547]

Comida Alterada.


Aun siento como corren algunas gotas de agua por mi nuca, otra vez voy retrasado, pero que veo, a llegado la correspondencia, no hay nada para mi de nuevo, que tal si le hecho un vistazo a, de tin marin, ésta, la metí en mi mochila y salí rumbo a mi trabajo que esta solo a unos minutos, el sol brilla con intensidad, las plantas parece que se estiran lo mas posible para ser casi tocadas por el sol. Pero que dia más bello me dice una anciana que se cruza en mi camino, yo me detengo para hacer un poco de platica, ya que no he tenido una conversación espontánea con un extraño desde hace algún tiempo, antes veo mi reloj, llevo casi veinte minutos dilatado para el trabajo, al carajo, aun
Tengo casi diez millones en el banco de mi herencia, creo que es suficiente para darme el lujo de detenerme a hablar con la dulce ancianita.
-Hola muy buenos días tenga, como una anciana tan hermosa como usted, en un dia tan majestuoso como este, esta tan sola,
- me dirijo al mercado a hacer unas compras, decía la anciana mientras su rostro revelaba una sonrisa.
- me permite acompañarla, creo que con eso habré hecho, mi buena acción del día.
La anciana tomo mi brazo y empezó a platicarme algo de su nieto, que no me importaba en lo más mínimo, pero yo asentía con la cabeza como si fuera lo más importante que alguien me hubiese contado, al llegar a las faldas del mercado me despedí de ella, elogiando a la buena abuela, con lo cual me gane un beso seco en la frente.
Llegando a mi trabajo, que era en un mini super, ya me estaba esperando mi jefe con una cara de enojo, en la puerta.
-por que siempre llegas tarde, tres veces por semana, me decía enfurecido, a lo cual yo le conteste, que tres veces por semana tenia que hacer una buena acción por las mañanas.
-que estupidez estas diciendo, pero fue lo único que dijo, de hecho es lo único que dice siempre ya que el también es solo un empleado más, la única diferencia, es que tiene el titulo de “jefe de tienda” y yo era el sobrino del accionista mayor de toda la cadena.
Me instale y empecé a hacer lo de siempre, acomodar cosas, hasta el momento no se me ha hecho aburrido, me mantiene tranquilo, además cerca de aquí hay un colegio de mujercitas, que esta provista de un sinfín de colegialas listas para ser atendidas como debe ser.
Cuando acabe de acomodar tome un jugo y saque de mi mochila la carta que había tomado prestada, me senté detrás del mostrador, observe la carta por un momento antes de abrirla, quería imaginar que era para mi.













Clemcia Artiaga G.
A.V. de las Americas no. 513,
Col. niños sanos.
C.P. 65958
Monterrey N.L, México.



7 de julio de 2000




Querido Carlos:

He insistido por teléfono, nadie me contesta o el número no es correcto, me he realizado ya dos veces las pruebas, salieron positivas, no tengo otra alternativa que irme de mi casa por que seria algo fuera del mundo en que está acostumbra mi familia, quisiera creer que estas leyendo estas líneas y tuvieras un poco de dignidad para hablar con mi padre ya que me siento muy sola en estos momentos. No entiendo por que nuestros caminos tuvieron que cruzarse, tampoco por que deje que me sedujeras, fuiste impresionante lo admito, pero las consecuencias son aun peor, me siento muy sola y no se que hacer por favor ayúdame, no tengo a nadie mas. Se que tiene arreglo todavía y que puede resultar algo muy bueno, pero necesito de tu parte.
En mi casa las cosas cada vez están peor, mi padre amenazó con dejar a la familia para largarse con la golfa de su asistente y mi madre sigue saliendo con el imbécil de mi tío, esto va de mal en peor, no veo nada claro, se me acaban las esperanzas de que realmente existas y no hayas sido solo un espejismo, por favor realmente te necesito.

Atentamente,
Clemencia Artiaga G.













Una cifra más, otro desdichado personaje que tiene boleto de ida, para la apocalíptica Tierra, y por lo visto un futuro bastardo, ja, compacte la hoja y la tire al cesto de basura junto con el sobre, de pronto una hermosa aparición frente a mi, tenia a lo mucho diez y siete, un cuerpo de tentación y una hermosa cara del tipo griego con hermosa cabellera negra, que le rozaba la espalda, se le alcanzaba a asomar una tira de su fina braguita blanca, disfrute de su presencia y la atendí como en trance, -era extremadamente hermosa.

El tiempo comenzó a pasar lentísimo prendí un puro no.5, mi ‘’jefe’’ salió a una junta de gerentes, estaba completamente solo. Esta vez, ¿a quien le tocara el turno?, podrían ser las palomitas sabor doble queso, para microondas o los asquerosos panques genéticamente diseñados, desde la comida que consumen las vacas, hasta él que se los mete en la boca para sesear su apetito, mejor dicho vació.
Cara, rosetas, cruz, panques ’’artes-anales’’, -la moneda voló por el aire dando cientos de giros, parecía que el sol la detuvo en lo alto para desafiar, un poco, las leyes de gravedad, cayo, boto y reboto en el suelo, -cara. De todos modos en ésta ocasión me apetecen más las harinas, voy por el trigo adulterado. Me dirijo a la pequeña bodega, ésta vez mi anzuelo va a ser el insecticida, que a veces se ocupa para exterminar ratas que son de tamaño xxxl, nos visitan por los veranos, cuando el calor es más intenso, esta cuidadosamente alejado de los víveres, se podría decir que esta oculta, la leyenda de la etiqueta esta nerviosamente impresa “altamente peligroso, sí se llega a injerir, no provocar el vómito, ya que esto podría provocar serios problemas secundarios, acudir a un hospital de urgencia”. dos grandes cráneos con huesos cruzados en forma de cruz lo advertían.
El lema del toxico era, -“las asemos sufrir”.
Abro la tapa, tenia doble seguridad, para evitar ser violada por un niño o un estúpido. La pongo sobre una pequeña mesa y me dirijo al botiquín de primeros auxilios que se encuentra en el baño, lo abro y saco una jeringa de cinco milímetros, la destapo violentamente y guardo la envoltura en mi bolsillo, para no despertar sospechas, me dirijo hacia aquel elixir, para cargar el arma. Le quite la tapa de seguridad con lo dientes, que libera el aguijón de acero. La tapa la comencé a masticar.
Llene la jeringa hasta el tope, tape el frasco con veneno, lo deje en su lugar de nuevo, para salir de la bodeguilla, me dirigí al modesto y miserable pasillo de, el pan, harinas y cereales. Enseguida me apodere del primer paquete de huéspedes, el paquete ere de parquecitos, con chispas de chocolate, muy al estilo norteamericano, inyecte el primero, que parecía tomar otro aspecto, un tanto homicida. y así hice con cinco paquetes más de los cuales, puse cuatro, hasta delante y uno al fondo de la fila, siempre esta el desconfiado (a), que toma el postrero, pensando que es el más fresco y termina siendo la misma porquería.
Además inocule tres paquetes de pastelillos espantosamente PRE fabricados, en el mostrador altere siete paquetes, goma de mascar con centro líquido, que tome al azar y volví á dejar.

Con esto por lo menos se van tres.



Trague la funda, que seguía masticando. “la jeringa” , ahora Srta. Punzo envenenante, fue desarmada por mis hábiles manos, la envolví en papel, luego la metí en mi envase de jugo vació, arrojándolo a la basura. Me senté con la mirada clavada en la puerta, esperando una presa, pasaron unas horas, de pronto, una niña de no más de once años, con hermosa cabellera dorada y ojos enternecedores, tomo una paleta helada del congelador, después pago, se me dibujo una gran sonrisa interior, -señorita, no tengo mas nada de cambio, lo cual no era cierto, antes que objetara algo, ofrecí compensarla con dos gomas de mascar, que tenia minuciosamente seleccionadas, las tomo sin abrir la boca y desapareció. Mi turno acabo al poco rato, me fui de aquel establecimiento, no sin antes destapar delicadamente y solo un poco, cinco paquetes de papas fritas o mejor dicho harina frita, para que se arranciaran.
Salí directo a mi apartamento, quería entrar en el jacúzzi, tomar tres grandes tragos a la botella de Borbón. Estando en bata de baño, merodeando en la cocina, para introducirme algo en el estomago, jale la puerta del refrigerador, que me revelo, una gran cantidad de comida que no me apetecía, solo comí dos rábanos, antes de cerrar la puerta, me despedi de la mano que conservaba en un frasco con formol, también estaba en posición de comunicación, me metí en la cama.
La mañana siguiente fue brillante, como las demás, era mi dia libre, aun mejor, me voy a tomar el fin de semana. No creo que halla problema, hago las apropiadas llamadas, a un par de amigos, con el fin de congregarnos en la noche.
Paso puntual Abel, en su convertible negro, con la capota abierta, esta noche se siente un aire fresco, venia acompañado de Enrique y Federico, unos viejos camaradas, me di cuenta en cuanto aborde, que esa noche no existía, apenas comenzaba el dia, Enrique volteo lentamente, para decirme que si quería algo perverso, amenizador, -me encanta, dame doble ración, en cuanto corrió por mis venas, me sentí agudo en todos los sentidos, le pregunte a Abel que cual era nuestra próxima parada, el solo estrello su mano contra el tablero del auto, de una forma enferma, eso me hizo suponer, que nos dirigíamos al centro de atención, para el joven enfermo sexual y varios.
Nos metimos en uno no muy grande pero agradabilísimo, por sus grandes féminas, importadas de varios países, nos instalamos y pedimos una botella de vodka, para aflojar nuestros cuerpos. Todo iba excelente, hasta que Abel, tuvo un altercado con seguridad y una beldad alemana. Cuando se encontraba ella bailando, moviéndose y expresándose, para el, en privado, el impaciente de Abel había tratado de estrangularla. Partimos de aquel lugar, fuimos a una fiesta, que daba la prima de Enrique, en un pueblo cercano, estaba a solo veinte minutos por carretera. Cuando arribamos, la fiesta estaba en su apogeo, salían personajes chispados por todos lados, la poción embriagante estaba por doquier, de pronto me encontré en una habitación, excesivamente colocado y con una encantadora dama, que estaba esnifando con todas sus fuerzas, nos pusimos nuestras respectivas prendas, ella me hizo otra sexual invitación, a un buen baño de sol, quedaban un par de horas para el amanecer, fuimos a una cabaña que tenia su familia en la orilla del mar. Fue genial, nos quedamos hasta tarde, tomando el sol y bebiendo martinis al sonar de las olas. Regresamos por la noche.
En mi apartamento recobre el sueño, fui hipnotizado por mi cama, hizo que cayera en sus redes. Salí temprano a recoger el diario, a la puerta, “niña de diez años muere por golpearse contra una pelota de balón cesto”, me dirigí a la pagina que narraba esa tragedia, Stephanie Albertini Ponze de diez años de edad, feneció de una forma bastante peculiar, según declaraciones de sus primos, que en el momento del deceso, estaban en presencia; -Ricardo, doce años, primo, -Stephanie trataba de quitarle la bola a Hector, cuando se la logro quitar, la boto un par de veces y se quedo completamente paralizada, todos nos quedamos atónitos con lo que sucedía, todo pasaba tan rápido, cayo al suelo como un tronco, no sin antes romperse el cuello con la bola que se le atravesó. Lo más interesante de esto, es que las observaciones del medico forense, señalaban que antes de caer al suelo y partirse en dos el gollete, había sufrido un paro total en su sistema nervioso, su corazón había dejado de latir, al parecer por envenenamiento .
-Esto si que es sorprendente.
Decidí salir a caminar un poco, de pronto me encontraba muy cerca de mi trabajo, quería fastidiar u poco al estólido de mi, “jefe”,me pare enfrente de el y se me quedo viendo retadoramente, rabiosa e impotentemente, antes de que dijera una palabra le dije que no había ido a trabajar el dia anterior y ese por que me sentía mal, a pesar de notar mi potente bronceado, oler el alma de los martinis en mi aliento, me pregunto irónicamente, si había sido parte del tratamiento, le conteste que cuando quisiera, solo tenia que hacer lista de espera dentro del inodoro. Se enojo aun más, solo se limito a cerrar la boca, tome una galleta, con nieve de vainilla francesa, del congelador, le di una pequeña mordida, cada vez se ponía más rojo y no dejaba de mirarme enfurecido. Me dieron ganas de descargar la vejiga, deje mi galleta dentro del refrigerador, para conservarla fresca, me perdí de la vista del superior, en lo que yo me lavaba las manos y me veía en el espejo, aquel jefe panarra, tomo un paquete de chickles, lo destapo de su envoltura, lo hizo parte de la galleta, como parte de una pequeña y resentida venganza, la volvió a dejar igualmente.
La tome, sin percatarme de nada, seguía disfrutandola, de pronto ese liquido amargo, caliente, que cruzo por mi garganta, fue lo ultimo que recuerdo.

Ahora me encuentro en mi apartamento, con una enfermera a mi lado derecho, un tubo de plástico saliendo de mi nariz, un pañal, no siento nada de lo que antes llamaba cuerpo, tampoco me salen las palabras, algo muy singular me sucedía, estaba¡jodido!, y ahora usaba pañales, vivia solo viendo el techo. Algo rescatable fue que alejandra, una vieja amiga, había mando poner en el techo, una especie de ventana corredisa, que me dejaba ver las estrellas, cuando había, o el cielo, con solo apretar un boton, que por supuesto yo era incapas de apretarlo, tambien lo tenian que hacer por mi. mis pocas diversiones eran, escupirle la comida a la enfermera y tratar de encontrar mil formas en las estrellas, junto con t.o.p.o. Que era lo único, que salía de mis labios y a veces ni tenia ganas de decirlo, parecia que mis labios se expresasen solos, asi de tragico fue mi fin, pero lo pero de todo, es que jamás me entere que habia pasado con los demas articulos contaminados, se los habran comido o me los acabaran dando algun dia.


2451 palabras, sana diversión, por Gabriel h. Mendoza L. Sep-2002.

Texto agregado el 26-09-2002, y leído por 724 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
27-09-2002 ah! otro detalle, revise los tiempos verbales, porque hay algunos cambios que suenan extraños, sobre todo en el comienzo. marxxiana
27-09-2002 uau! muy bueno, me fue atrapando de a poco. Cada párrafo que leía quería saber más y más. Muy bueno, aunque yo hubiera dejado el final un poco más abierto a la imaginación. Como dice muchas veces el amigo Tapon de corcho, no me explique tanto, cuénteme. :-) marxxiana
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]