| Camino entre rocas,  Hasta el amanecer,Veo con ansias en la pradera, dos montes,
 Mi cuerpo se estremece, creo desfallecer,
 Una silueta desconocida se esconde,
 Escucho su llamado, a la orilla del atardecer.
 
 Este cuento de Hadas y Pegasos,
 De rosas, margaritas y alelí,
 De montañas, ríos, y bosques,
 se mantienen porque sueño siempre así.
 
 Este sentimiento brota desde adentro,
 Como la miel del  manantial de los montes,
 Esperando volver a ver esa silueta,
 Entre princesas  y unicornios en el horizonte.
 
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