UN TIPO SOLITARIO


Siempre había tenido y tenía muy buenos amigos de su edad con los que se llevaba muy bien todos eran divertidos y ocurrentes y además todos vivían cerca en el mismo barrio, sin embargo en rarísimas ocasiones salía con ellos y todo debido a la distinta idea que él y ellos tenían de lo que era divertirse

A sus amigos les encantaba la noche y todas sin excepción salían de parranda a cualquier sitio, les daba igual adonde, el caso era salir y volver de madrugada medio atontados de tanto beber y beber, sin embargo a él, lo que le gustaba era el día.

Y mira que se empeñaba en intentar convencerles de que cambiaran de hábitos “Mirad chicos” les decía,”La noche se ha hecho para dormir, por eso no se ve nada y no se distinguen las flores ni los árboles, todo esta oscuro, todo es monótono, en cambio el día, es luminoso, tiene colores, ruidos y murmullos de vida, todo el mundo esta en las calles charlando y viviendo gracias a la luz, ¡Venga animaros y veniros conmigo! y dejar vuestras costumbres, que a la larga seguro no serán buenas”

Pero la verdad es que no le hacían ni caso, aunque no estaba seguro si es que de tan bebidos que estaban por las mañanas, no le oían o bien le ignoraban, pero la realidad es que no cambiaban.

Así que llevaba toda la vida saliendo solo, no le quedaba otro remedio, todas las mañanas se daba largos paseos sin un amigo con quien comentar las impresiones del día, sin poder compartir la belleza de un amanecer o de una puesta de sol, estaba triste pero casi resignado, había aceptado que era un tipo solitario y se estaba empezando a convencer de que seria siempre igual, aunque de todas formas lo prefería mil veces a las juergas nocturnas de sus amigotes.

Pero como casi todo en la vida tiene solución, llego un día, en el que por cierto acababa de comenzar la primavera, que paseando por un jardincillo próximo a su casa al que iba con mucha frecuencia y que en esta época estaba explosivo de olores y colores, al dar la vuelta a un macizo de las primeras lilas del año, literalmente se choco con una jovencita que también estaba ensimismada con el paisaje.

Muy azorado le pidió disculpas casi tartamudeando y no por el encontronazo, sino porque le pareció la mas preciosa visión que había tenido en su vida, era como un sueño, delicada, elegante, ataviada con un precioso vestido blanco y con unos preciosos ojos que parecían sonreírle, se quedo medio atontolinado sin poder dejar de mirarla, hasta que ella rompió el hielo y le dijo ”No se preocupe es que estaba distraída viendo la pradera que esta ahora tan bonita, tan florecida, me encanta tanto que vengo aquí casi todos los días un rato”

“Yo también paseo mucho por aquí, así que si quieres (Ya la tuteo) podemos seguir el paseo juntos“ le dijo y ella mirándole con una picara sonrisa le contesto “Bueno, me parece bien” y pasaron una encantadora mañana, que a ambos les pareció cortísima.

Y a un día le sigue otro y otro y así siguieron muchos mas en que puntualmente quedaban para pasear por aquel jardín, cada vez más compenetrados y más felices juntos, haciendo lo que a los dos mas les gustaba vivir la naturaleza y disfrutar del sol.

Y claro al final, pues eso, se comprometieron y muy poco tiempo después tuvieron dos gemelitas que la verdad dicha, es que no eran lo que se dice guapas, pero claro que se podía esperar de las hijas de un murciélago y una paloma, aunque en cualquier caso ellos estaban encantados con sus dos pequeñas murcielomas.

NOTA: No llegue a enterarme como se habían apañado para conseguir su querida descendencia.

Fernando Mateo
Marzo 2105