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Bianca ha regresado de Tarragona, ha pasado doce años de inconfortables esfuerzos, navidades con trufas y triste, ancianos antifranquistas arraigados básicamente a las quejas de la sociedad moderna y la independencia de Catalunya, ancianos que sus familiares entierran en un sillón desde el cuál Bianca los vigila, les da amor y les limpia el culo como allá dicen.
Todo eso ha hecho Bianca, e incluso ha hecho mucho más. Ha dejado a sus tres hijos al cuidado de sus hermanas y su madre al otro lado del mundo en una ciudad pequeña de su país. Los ha dejado con lágrimas en los ojos desde el aeropuerto, al menos a los dos pequeños porque Rafi, el mayor, se despidió de ella en una puerta de una casa en Miraflores en Lima, un día antes del vuelo cuando tuvo que regresar a esa ciudad pequeña a empezar la universidad con dieciocho años y confundido; así se despidieron, en la noche mientras gentes bebían y reían dentro en una fiesta de matrimonio, así Bianca y Rafi se abrazaron, se besaron, se dijeron adiós y cambiaron sus vidas para siempre.
Bianca regresaba a Perú cada cuantos años, su estadía era fugaz, casi tanto como las veces en que Rafi pasaba el tiempo con su migrante mamá, a la larga eso lo convirtió en un huraño, todo se limitaba a reclamos, quejas, discusiones que se sumaban a las salidas con amigos, las chicas, el trabajo incluso que Rafi fue poniendo de puente entre ambos y que lo fueron alejando de su madre. De todo esto era consciente el retoño de Bianca y cuándo esto superaba un exceso como alguna palabra hiriente, el inminente retorno de Bianca a tierras ibéricas con sus lágrimas y todo. Ahí regresaba Rafi cojudísimo a llenarla de besos y disculpas, arrepentido por no haber gozado de la presencia de su mami y de sus apapachos.
Todo esto siempre sucedía y lo único que cambiaba era que ahora le estaba creciendo la barriga a Rafi, que ya sus treinta años había vivido muchas cosas lejos de su seno materno. Era gracioso como Bianca lo aconsejaba cada semana por el teléfono diciéndole que estaba bien que “tenga relaciones” con su enamoradita, pero que no se meta con putas porque las putas son malas mujeres, y ahí estaba Rafi disimulando la risa acordándose de Nuria la ecuatoriana, su primer ave de paso.
Así de cosas increíbles sucedían en estas conversaciones que se extendían horas de horas; Bianca siempre aconsejando y previniendo inútilmente todos los errores que Rafi ya había cometido.
-No vayas por malos pasos, no te metas drogas- y Rafi fumándose un tronchazo de marihuana en la puerta de la iglesia, media hora antes de entrar a su tercera catequesis fallida de confirmación.
-Por favor hijito, estudia. Quiero que seas alguien en la vida- decía Bianca mientras su muchachito pensaba en retirarse por segunda vez de Matemática Financiera, esa mierda.
Bianca y Rafi se amaban como madre e hijo, pero ninguno se lo decía nunca, en realidad no era necesario, con un “te quiero mami”, “te quiero hijito” era suficiente; la distancia los había vuelto más tímidos y así habían pasado doce años en un abrir y cerrar de ojos, entre contradicciones existenciales, resentimientos telefónicos, vacaciones y medias verdades de Rafi, porque el amor de Bianca aunque tímido era puro con él, con sus otros dos hijos y con todos en realidad. Hay que ser muy bondadoso y noble para limpiarle el culo a un extraño, pero no por ahora que Bianca se encontraba en Perú y disfrutaba de su “pequeñín”.
Esta mañana mientras Rafi pasaba al baño y trataba de organizar su día para conseguir trabajo, miró la mesa del comedor con detenimiento, observó un pequeño tazón lleno de fresas con yogurt de vainilla francesa; era evidente que su madre se lo había servido, la buscó pero no la encontró. Solo había una nota junto a la refrigeradora que decía:
“Rafi mi amor, estoy saliendo de compras y te estoy dejando el desayuno; algo ligero porque estás muy gordo y respecto a lo que me decías anoche de escribir sobre mí y sobre lo que sientes, te pido por favor que seas un poco reservado y no cuentes mis cosas, ya ves que tus tías leen lo que escribes. Todo no vas a aflorar, hasta el pedo que te tiras. Te quiere, tu mamá".

Texto agregado el 13-04-2015, y leído por 80 visitantes. (0 votos)


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