A lo largo de los años han existido personas que se han encargado de guiar a los demás por los distintos caminos que esta vida nos brinda; algunos de ellos son caminos fáciles, otros no tanto; unos de ellos son peligrosos y otros simplemente muy tediosos; algunos encuentran un final distinto al esperado y otros el lugar que tanto ambicionaban. Y al final de la meta, cuando llegamos a un punto de nuestra vida donde somos capaces de mirar hacia atrás sin miedos ni temores, encontramos el nombre de aquellos que han tocado nuestra alma, que nos ayudaron a seguir, que nos mostraron una dirección. Algunos permanecen en nuestra vida, la mayoría desaparecen con el tiempo, pero sus enseñanzas han encontrado refugio en fragmentos de nuestra piel, de nuestra vida, de nuestra alma, muchas veces a costa de su propia luz, la cual ilumino nuestras pisadas por un tiempo y que nos enseñaron que podemos ser nuestro propio fuego, que podemos arder a un en medio del vació. a aquellos guardianes fieles del conocimiento les digo gracias.