Suaves los pétalos de las rojas rosas
alimentando las lentas caricias
sobre tu esbelta piel
que por donde avanza
erizan los vellos.

Besos suaves, delicados en tu nuca estampados
por labios, los míos que con parsimonia
gozan de tu bella anatomía
el calor se acumula en tu entrepierna y en la mía
cuando poco a poco desciendo tu espalda.

Pronto y con calma tu espalda baja espera mis caricias
que con ternura llegan a las dos cumbres prohibidas
entre ella un valle que escoltan un caverna de lujuria
como invasor mi lengua se interna en tales tierras.

Si importar lo prohibido, humedezco tal pozo reseco;
besando tus muslos que como dos colosos se yerguen ante mí,
vuelta arriba me espera la gruta de aguas placenteras,
es esa vasta y anegada tierra que esconde la flor de loto,
con loca paciencia recorro suavemente los pliegues de tu intimidad,
ya tus gemidos suaves, son rugido de gozo,
mi extremidad bucal encuentra tu tesoro escondido
con suaves movimiento me entregó a los caprichos
de afrodita.

Entre movimientos, tus temblores anuncian la inminente liberación de tu placer,
ahora navego en el pantano intimo de tu femineidad,
siguiendo el curso de tu alegra belleza
asciendo por la planicie de tu zona abdominal,
para luego cruzar el valle de tus dos prominentes picos que se yerguen inquietos ante la majestad celestial.

Entre esos colosos saboreo la placentera sazón de tu belleza,
para encontrarme con tu dulce boca,
que entre besos y gemidos repite:
somos dos damas.......