1 de Ella:

A veces “estar” con alguien no es suficiente. Existen muchas diferencias entre querer a alguien y acostumbrarse a esa persona. Ella, después de 9 meses estaba acostumbrándose a la idea de que Él solo era su compañía, más no el amor que necesitaba. Como toda mujer con dudas, empezó a conversar con amigas que le brindaban múltiples consejos; justamente uno de estos (el más irónico) fue: “Cómo sabes algo que es malo, si nunca lo has hecho”

Ella, dispuesta a todo, se dirigía a enfrentarse a una realidad que muy pocas mujeres hacen: “No estoy engañando a nadie, solo es un encuentro con alguien” y se lo repetía muchas veces. Su tarea era sencilla: Llegar al restaurante y encontrarse con el amigo de una vieja amiga. Y llegó.

1 de Él:

Algunas personas creen que los hombres ven la infidelidad de una manera más sencilla que las mujeres, y no es así. Él había sido criado y formado con dos principios fundamentales: a) Existen hombres que siempre apoyarán la infidelidad, es natural en ellos, b) Ser infiel no te hace más hombre que otros, si no estás de acuerdo, mejor no lo hagas.

Él quería mucho a su pareja, pero no sabía si estaba haciendo lo correcto en su relación. Esperaba que su experiencia lo ayude a quitarse las dudas y de paso ayudaba a su pareja a enfrentar sus propias dudas. Decidió juntarse con una vieja amiga que le recomendó encontrarse con alguien que sentía lo mismo que Él: Conocer a alguien nuevo que le haga ver las cosas de manera diferente. Su tarea era sencilla: Llegar al restaurante y encontrarse con la amiga de una vieja amiga. Y llegó.

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Si dos personas se enfrentan a los mismos problemas y a las mismas dudas, ¿merecen estar juntas? ¿Es válido experimentar nuevas situaciones para entender lo que estamos viviendo?

Él y Ella llegaron, se sorprendieron, y se preguntaron a qué se debía tal encuentro, a la larga, sabían que la relación no iba bien, así que les quedaba enfrentarse a la realidad: Decidieron intentarlo una vez más.

Tiempo después la vieja amiga (de los dos) se encontró con Ella y le preguntó: ¿valió la pena experimentar algo nuevo?

Ella (ahora sin dudas) respondió: Definitivamente.