En los siguientes cien años se afanó en llevar a cabo su obra. Un milenio después, compró los materiales necesarios, dormitó un par de siglos y finalmente se puso a trabajar.
La tarea demoró varios milenios y entre descanso y descanso, el hombre abrió un envase de cerveza y se bebió el contenido en tan sólo un par de siglos.
Cuatro mil años transcurrieron antes que el cementado del patio quedara impecable.
El hombre encendió la luz de su jardín y contempló satisfecho su magnífica obra. Dormitó ronroneando durante varios siglos hasta que despertó y una vez más admirando extasiado su trabajo.
Entre Números de Avogadro, entre dicha materia creada, se diría que un universo infinitesimal comenzaba a crearse.
Texto agregado el 10-11-2015, y leído por 223
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Lectores Opinan
11-11-2015
Ingenioso texto, amigo Guidos. Muy ingenioso.
Un abrazo eterno. SOFIAMA
11-11-2015
Que ingenioso. Me gusto mucho. Felicitaciones. 5* dfabro
11-11-2015
Pero que necio...! me desesoeroooo.***** ana_blaum