Camila empezó a tranquilizarse. Una enfermera se le acercó y le acarició la cabeza. Camila la miró.
-Lo hiciste bien –le dijo la enfermera.
Camila dejó de verla y miró al doctor, que estaba rodeado por un pequeño grupo de enfermeras.
-¿Ha muerto el bebé? –preguntó Camila. Las enfermeras se voltearon a mirarla y el doctor asintió con la cabeza.
-Hagan pasar a sus padres –dijo el doctor.
La enfermera que antes no los dejaba pasar ahora se les acercó y los condujo donde estaba Camila. El doctor y sus enfermeras salieron. El padre se sentó al lado de su hija y le tomó la mano. Su madre le acariciaba la frente.
-¿Cómo estás hija? –le preguntó su madre.
-Ha muerto mamá –dijo Camila con lágrimas en sus ojos-, ¡ha muerto!
Los padres se miraron.
-Tranquila hija, tranquila –dijo su madre secándole las lágrimas-, tranquila. Todo va a estar bien.
-Tal vez eso haya sido lo mejor –dijo su padre acariciándole la mano a su hija.
El doctor miraba todo desde afuera por el vidrio. Se le acercó una enfermera.
-Doctor, doctor.
-¿Qué ocurre? –preguntó el doctor sin voltear a verla. Ella se acercó también al vidrio.
-¿Cree que haya sido un aborto? –preguntó la enfermera viendo la escena a través del vidrio.
-No creo… -dijo el doctor- estoy seguro que fue un aborto. La verdadera pregunta sería si fue un aborto natural o inducido.
-¿Le hará algún examen?
-¿Hay otra manera de saberlo? –preguntó el doctor con sarcasmo.
-No doctor.
-Entonces los haremos. Ahora, acompáñeme por favor.
El doctor y la enfermera entraron de nuevo. Los padres de Camila ya habían logrado calmarla por lo ocurrido.
-Vaya, vaya –dijo el doctor sonriendo-, tus padres deberían estar muy orgullosos de tener a una hija tan valiente como tú.
Camila sonrió.
-¿Todo está bien doctor? -preguntó la madre- ¿ya le dieron el alta?
-No, aun no –respondió el doctor-. Tenemos que hacerle un par de exámenes para asegurarnos de que todo está bien con su cuerpo. Pero descuiden, será rápido. Luego de tomarle las muestras de sangre para los exámenes le daremos el alta.
-Está bien –dijo el padre de Camila.
-Enfermera…
-Enseguida doctor.
La enfermera trajo una inyección y le extrajo un poco de sangre.
-Ahora dejémosla descansar –dijo el doctor-. Necesita reposo para recuperarse.
Su recuperación fue rápida. Ese mismo día le dieron el alta y regresaron a casa. El doctor mandó la muestra de sangre al laboratorio para que la examinaran y determinaran si había alguna sustancia extraña que hubiera producido un aborto.