Y mientras tanto ¡Tú vives!, 
tú siembras amores, 
tú eres irreverente, 
eres recuerdo que dueles,  
eres infancia perdida en los andenes. 
 
Y mientras tanto,  
la vida nos conmueve, 
después de todo, no ha sido tan cariñosa 
esa perra con cizaña monstruosa,  
después de todo, pienso en vos  
porque el alma me atravesaste, 
porque te sentí en las líneas de mis manos, 
y eras el destino errante  
donde el ardor de una vida ausente 
encontró su amparo. 
 
Y mientras tanto, los ojos de nada nos sirven, 
siento la ausencia que has dejado 
abrigarse en la ternura de mis brazos,  
siento tus palabras brotar del calvario, 
siento la muerte que se burla del pasado, 
siento haberte vislumbrado, 
siento que eres el espejo observando del otro lado, 
y siento daño oscilando,  
en el corazón estallando. 
 
Mientras tanto,  
te imagino en las constelaciones  
que las estrellas van dibujando, 
te construyo los rasgos  
en el barro mojado, 
te anhelo en las caricias  
de las que mi cuerpo ha renegado.  
 
¡Ay amor!, que siembras y dueles, 
que arañas el espíritu, y en vos lo detienes, 
¡ay mi niño de papel!, 
no dejaré que te derrumbes  
y temblaré si desapareces otra vez. 
 
Porque anhelo cuidarte el alma,  
porque las raíces que me sostienen 
desean hundirse en tu tierra fertilizada, 
porque los huecos de mis besos  
son glaciar en tu mirada, 
porque la piel que me hueles ha sido carne  
en el hambre de tus huesos desventurados  
y en mí te retuerces, 
!y así mi niño, así tú vives! 
 
 
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