Y dios no ayuda...

Nos han hecho creer demasiado, muchas cosas que solos no habríamos imaginado.
No hay más allá, el cosmos no se organiza en derredor nuestro, las leyes de atracción del secreto no son la panacea de los males del mundo, y dios no ayuda para nada porque nada que no exista sirve para nada tampoco. ¿Y qué hacemos con ello?

Te darán algún deporte, hobby, disciplina, destino u objetivo, y como el horizonte se desvanecerá a media que avances a alcanzarle, pero te dirán que sirve para avanzar... ¿Hacia dónde? Todo aquello que te aleje de pensar, es ahí hacia dónde quieren llevarnos. Donde haya más entretenimiento habrá más condicionamiento, sometimiento y enajenación, así de simple o complejo.

Te mantendrán ocupado, enajenado, triste, entretenido, fanatizado, preocupado por si tu equipo contrata una nueva estrella y gana los premios de goleo, de si vence en la rivalidad añeja, de si este año si gana o se mantiene... Clásico.

El circo no termina, deberás comprar algo, vestir algo, usar algo, te harán sentir mal si no encajas en el molde y te harán otro, solo que con distinto material y forma, pero molde al fin, un mero distractor que te haga sentir diferente, pensante, especial, único e irrepetible...

Todo lo que te digan será mejor verlo a la inversa; si te dicen que mejorará tu vida... Habrá que dudarlo. Si te prometen algo, es justo lo que por el contrario habrán de quitarte, pero si te afirman algo... Será mejor que lo evites. Cuando nos digan que no debemos hacer algo, es justo en sentido inverso hacia donde deberemos ir.

Ya existe un grupo de inadaptados como nosotros con alguna etiqueta por ahí, hemos llegado cuando casi todo estaba hecho y todo lo demás surge tan deprisa que apenas lo notamos. Aún en una época con tanta información, no estamos muy sino mucho, lo cual no es garantía de nada, porque la cantidad no representa necesariamente cualidad alguna.

Productos, servicios, alimentos, concursos y lugares, entretenimiento y ocupaciones, distractores... todo espera por nosotros, debemos salir a buscarlos, o que vengan a nosotros, pero debemos usarlos, verlos, vivirlos, consumirlos, adquirirlos y desecharlos.

Ciclos cada vez más cortos, entrenándonos para la inmediatez y la memoria a corto plazo. Eso en nada ayuda para la auto complacencia, por el contrario nos genera más ansiedad, más infelicidad, menos empatía e intolerancia hacia lo diferente, y favorece el consumo y la acumulación como modo de vida desenfrenado, pagando con la vida por todo aquello.

Hay grupos para todo, sitios dónde adherirse, de los cuales salir, hacia cuales entrar... Cuando dejas de ser algo, te conviertes en otra cosa y no hay escapatoria alguna. Buscarás respuestas donde sea que te indiquen, y seguirás instrucciones sin reparo alguno, justo como quieren que seas, sin objetar nada ni darte la menor cuenta de ello, nunca.

Para darte cuenta de todo esto, debes dejar de creer todo lo que te han enseñado, la base de tu adoctrinamiento es una loza dura y pesada de cargar, acaso demasiado para que sea rota. Pero si en una sola grieta entra el agua, habremos avanzado un poco para romper las cadenas, porque ahora votamos y creemos que en ese buzón de sugerencias alguien hará caso a nuestra opinión, la verdad es más cruel de lo que podríamos querer imaginar, si estamos solos aunque somos millones porque al final del día los números son solo una medida.