Huele a cloro, el splash de mis brazos sobre el agua es el ritmo que parezco perseguir. El volumen del sonido dentro de mi cabeza es alto pero irregular. Recuerdo, pienso algo pero lo cambio por otro recuerdo. Respiro agitadamente. Cada que llego al extremo aumento un número a la cuenta, repito doscientas o trescientas veces. Pensar en hacer ejercicio cansa, pero una vez hecho siento como si me entrara algo al cuerpo, como si se me saliera algo. El ejercicio físico me sirve para pensar mejor. Me hace sentir como si despertara de un recuerdo que ya había olvidado. Pero también me sirve para olvidar:

Estoy en medio de un partido de torneo, hay gente alrededor que ríe o grita, yo solo pienso en correr y si caigo volverme a parar, la concentración es tan alta que me olvido de mí, es tan alta que siento que ya no controlo mis movimientos, algo en la repetición y la concentración intensa se parece a estar soñando, ya no pienso en nada más.