Déjame amanecer, creo merecerlo.

Déjame despertar cansado. Quiero ver aquellas calles llegar a mi ventana, lejanas, desde tiempos derrotados.

Es cierto, mi cuarto huele a ti. Tu risa quedará por algún tiempo y no pretendo que no sea así.

Ya será el momento de pintar de verde mis mañanas.

Déjame amanecer callado. Déjame mirar mis paredes y buscar mi presente.

Cada rincón me ha visto llorar y cada uno me verá sonreír.

Esperarán a que me levante, somnoliento, sin ganas de afeitarme.

No me dirán nada, porque no hay nada que decir.

Déjame despertar sin ti, entre ropa tirada y tan solo una almohada deshecha.

Déjame abrir los ojos y descubrirme solo.

No importa si afuera llueve.

Déjame amanecer. Me lo he ganado.