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El pueblo.

Los cuerpos mutilados de los tres hombres que habían desaparecido la semana anterior, fueron encontrados apilados, dentro del pozo que había en el fondo de la estancia de uno de los hombres más ricos de la ciudad.
Un anónimo avisó a la policía del lugar dónde se encontraban los mismos.
Una semana exacta había pasado desde aquél fatídico martes y desde entonces nadie los había visto, los tres hombres habían salido a cazar como lo hacían casi todos los martes hasta que una llamada anónima avisó a la policía que en la estancia del señor Olave, los encontrarían.
Cuando la policía llegó, el dueño de casa no se encontraba pero como tenían orden de allanamiento, su esposa no pudo negarse y los dejó entrar.
Al tener la ubicación exacta donde buscar, se dirigieron exactamente al lugar.
El olor fétido les hizo retroceder y usar tapabocas para poder acceder a dicho lugar.
A pesar de los años que llevaba en la policía, Javier Morales, el jefe de la misma, que personalmente se hizo cargo de la investigación, no pudo evitar un gesto de rechazo involuntario hacia lo que estaba viendo, tres cuerpos en descomposición y seccionados de tal manera que no se sabía qué parte pertenecía a cada uno.
De inmediato se hizo presente la policía técnica, llevando a cabo el procedimiento rutinario, luego de haber juntado todas las partes de los cuerpos.
Los vilmente asesinados eran tres hombres muy conocidos en el pueblo, el farmacéutico, el médico y el abogado.
El farmacéutico se llamaba Carlos Vilar, de sesenta años quien tenía su farmacia desde hacía treinta años en el pueblo.
El médico, otro hombre mayor de nombre Francisco Bueno, tenía su clínica también desde que se inauguró el pueblo treinta años atrás y por último Juan José Villarreal, el más joven de los tres y el que llevaba los asuntos del señor Olave al igual que los de casi todo el pueblo, desde la muerte de su padre, otro destacado abogado.
Cada martes, de cada semana, los amigos se reunían para cazar o pasar el rato hablando de los asuntos del pueblo que debido a la profesión, se encontraban bastante ligados y además por ser un pueblo tan pequeño todos se conocían y eran amigos.
El señor Olave también se reunía con ellos pero ese martes por asuntos de negocios había viajado a la capital.
Ese martes, justamente, antes de irse de cacería, los tres hombres habían estado buscando al señor Olave pero al ver que no estaba, decidieron irse solos.
El abogado le había dicho a la esposa del señor Olave que tenía urgencia de hablar con él, que creía que los negocios estaban siendo manipulados por alguien y que cuánto antes lo viera, mejor.
El pueblo donde vivían estas personas era muy peculiar, todos sus habitantes eran gente adinerada que habían fundado ese pueblo por un motivo.
Debo explicarles que en sus casas, a pesar de ser gente de mucho dinero, no habían empleados y aquí viene el motivo por el cual eran tan peculiares, en lugar de personas trabajando para ellos, tenían robots.
Cada robot tenía una tarea específica, estaban los que cocinaban, los que limpiaban, los que cuidaban las vacas y las ordeñaban y hasta las niñeras, cada uno hacía lo suyo y las familias vivían contentas haciendo lo que quisieran sin tener que ocuparse de las tareas desagradables.
Este pueblo había sido fundado por el señor Olave que conocía a varios científicos con los cuales había ideado la construcción de robots que sustituyeran al hombre en los quehaceres tediosos para él.
La fábrica de robots no era muy conocida, al señor Olave no le interesaba venderlos fuera del pueblo, era más bien un capricho suyo y de sus amigos que no sabían en qué gastar tanto dinero.
Todos en el pueblo se conocían, compartían su mesa y hacían negocios juntos.
Nadie se imaginaba ni remotamente quién o quiénes eran los autores de esos asesinatos.
El miedo comenzó a apoderarse de ellos, no se animaban a salir de sus casas y comenzaron a comprar el último modelo de robot, el que hacía los mandados.
La gente evitaba salir hasta durante el día por eso era frecuente ver a los robots de última generación, paseando, por decirlo de alguna manera, por el pueblo desierto de personas haciendo las compras.
El comisario, por más que buscó e indagó, no pudo encontrar al o a los asesinos y esto aterrorizó aún más al resto del pueblo.
Hasta que en la fábrica se comenzó a costruir el robot investigador, éste era capaz de suplantar al mejor detective y sin temor a que lo mataran.
Fue así que la única comisaría del pueblo tenía su robot que como no necesitaba ayuda, dejó sin trabajo al comisario y lo mismo fue ocurriendo con otros negocios, la farmacia que ahora no tenía farmacéutico era atendida por un robot perfectamente diseñado para tal propósito.
Aún no se habían fabricado los robots médicos ni abogados, pero en eso estaban.
Al año de ocurrida la tragedia aún no se había resuelto el caso ni encontrado a ningún asesino.
Ni el robot comisario había resuelto el crimen, aquél horrible crimen que había perturbado sus vidas y la gente, como suele ocurrir, poco a poco lo fue olvidando y volvían a ser los de antes, felices y sin preocupaciones, pero no tan felices, los más inteligentes veían cómo los robots se iban apoderando del pueblo y de sus empleos que ahora dependían de ellos para todo y comenzaron a marcharse a pesar de ser personas de mucho dinero y que no necesitaban trabajar.
El pueblo estaba cada vez más vacío de gente y más lleno de robots quienes eran cada vez más inteligentes hasta que llegó el día que ellos mismos se construían, ya no necesitaban la mano del hombre ni de la inteligencia de éste, ellos eran lo suficientemente sabios como para reemplazarlos.
Poco a poco, las personas fueron desapareciendo hasta que llegó el día en que sólo habían robots en el pueblo, el único hombre que quedaba aún era el señor Olave que no podía resignarse a perder todo su ganado, sus tierras y su casa.
Había perdido la fábrica de robots, que ahora estaba en manos de ellos, pero el resto no quería perderlo.
Hasta su familia lo abandonó, era muy difícil para ellos vivir sin gente y rodeados de robots sin sentimientos, las personas eran otra cosa.
Un día, mientras el señor Olave se preparaba para ir al campo, uno de los robots le dijo:
___Buenos días señor Olave ¿Cómo amaneció?
El señor Olave no salía de su asombro, antes los robots no hablaban, pero éste si, le hablaba como si lo conociera, como si fuera una persona.
___¿Quién te ha enseñado a hablar?
___No sólo hablamos, desde hace mucho tiempo hasta tenemos sentimientos.
___Eso no puede ser, una máquina no puede tener sentimientos.
___¿De verdad piensa eso?
___Por supuesto.
___Yo que usted me haría la siguiente pregunta, ¿Cómo fueron creados los robots?
Y yo le contesto que a imagen y semejanza de los hombres y si ustedes tienen sentimientos ¿Por qué nosotros no?
Lo único malo es que ahora nosotros tenemos los mismos problemas que ustedes, nos implantaron todos sus sentimientos, amor, odio, locura, etc…
______Pero… un robot no puede ser loco!...
___¿Le parece?
Y diciendo esto comenzó a seccionar el cuerpo del señor Olave, aún con vida y a tirarlo dentro del pozo donde habían aparecido los tres hombres asesinados el año anterior y donde se encontraban todos los demás habitantes del pueblo que supuestamente se habían marchado y donde también se encontraba un robot deshecho , el de los buenos sentimientos, el que anónimamente había señalado el lugar donde se encontraban los tres hombres asesinados.

Omenia.

Texto agregado el 02-05-2016, y leído por 244 visitantes. (13 votos)


Lectores Opinan
06-05-2016 COMO EN UNA PELÍCULA SUSTENTADA DE ACCIÓN VIOLENCIA Y UN RELATO LLENO DE MATICES DE CRUELDAD CON UN FINAL IMPREVISTO Y JUSTO A LA MEDIDA DE LA TRAMA ME GUSTO ESA FICCIÓN FUTURISTA ME ENCANTO TE MERECES TODAS LAS ESTRELLAS Y AQUÍ TE LAS DEJO... UN ABRAZO GRANDOTE Y GRACIAS POR COMPARTIR TUS LETRAS rolandofa
05-05-2016 QUE FUERTE RELATO. Me encantan estas historias, sangrientas y algo futuristas...El género me gusta mucho. Además, que bien escrita esta, con diálogos apropiados y descripciones certeras. Felicitaciones. 5* dfabro
04-05-2016 Sangriento y entretenido relato, con un remate sorprendente. Felicito tu pluma. Un abrazo dulce. gsap
03-05-2016 jAJAJAJAJAJA, (Perdón, el tema no es para reírse) finalmente has recreado una masacre. ELISATAB
03-05-2016 Yo soy un robot !!! Con las altas temperaturas, me fallan los integrados, me vuelvo to' loco, cojo la motosierra y corto todo lo que pillo a cachitos ***** grilo
03-05-2016 Me gustó y sorprendió el final Ome. Un abrazo, sheisan
 
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