| Eran las ocho de la mañana y Fulgencio, el hijo de doña Carmina, seguía metido entre pullos, musitando en poesía:
 "Con los ojos refulgentes
 confundidos entre tizones
 hallábase Fulgencio
 meditando sus amores".
 
 — Fulgencio! —gritó doña Carmina desde el alar de su casa—, deja de leer tanto, de decir tonterías y, siquiera, mira si el fogón está caliente.
 —	Michi, michi, michi —llamó Fulgencio al gato, haciendo tronar los dedos de su mano derecha.
 
 El minino, obediente como no había otro, salió de la cocina y se acercó ronroneando.
 
 Fulgencio, acariciando el lomo del gato, sintió la tibieza de su cuerpo y respondió: — Mamá, el fogón ya está listo —y continuó despreocupado:
 
 "Camina muy despacio
 y me mira con ternura
 como ensayando una disculpa
 por su reciente fracaso".
 
 A los pocos meses, Fulgencio publicó su libro de poemas con esta dedicatoria:
 
 “A mi madre santa… y a mi gato”.
 
 
 Glosario:
 Fogón: Lugar hecho de piedras de mediano tamaño, colocadas, casi juntas, alrededor de la leña, sobre las cuales se ubica la olla o tetera.
 Pullos: Frazadas viejas hechas de lana de oveja.
 
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