María Luisa está dormida
El canto de un grillo acompasa su sueño
y la efigie de los árboles se recorta blanda contra el cielo
Como agua era el amor de los hombres, Princesa
más tu vasija y la mía están rotas
Nuestras tristezas danzan mejilla contra mejilla, suspendidas entre las lápidas, planeando en el perfume mojado de la tarde de Enero.
Las gotas de lluvia son joyas, poblando el suelo de tu reino.
Que silencio insoportable María Luisa!!
Te reclamo! Emerge de tu encierro!
Destruye la loza que oculta tu selva
Que se derramen los pájaros negros de tu miseria, la sustancia malsana de tu amor de barro puede ser una con mi alma
Yo enlazaré mi brazo a tu cintura, te limpiaré las lágrimas con el borde de mi vestido
Besarás mi frente con tus labios sin carne y susurraré "así es, Verde de Ángel"
Mi voz se deshoja en el sonido del trueno, perlas azules trituradas en la brisa
Yo conozco tu anhelo. Es el mismo cuervo que festina en mi sangre
Como agua era el amor de los hombres, más tu sed era infinita.
Era la sed de los habitantes del páramo, el padecer sin fin de los nómades.
Yo añoro tu anhelo...
La clavícula hendida y el vientre de alabastro de un Dios con Cuernos
Le amo, María Luisa
Pero más amo este violín funesto
Es como agua el amor de los hombres, María Luisa
Pero nunca será un océano nuestro desierto.