| Me despierta el aire,me despierta el viento,
 todas las mañanas
 y a cada momento.
 
 Oigo tus quejidos,
 oigo tus lamentos,
 oigo que estás sola,
 sé que estás sufriendo.
 
 Sin embargo el alma
 donde está ese duelo,
 se te esconde, muda,
 en la voz de adentro.
 
 Ésa no la oigo,
 ésa no la siento,
 ésa está callada
 cuando sopla el viento.
 
 En la sima honda
 de tu amargo pecho,
 se te muere toda,
 se te va muriendo.
 
 Y tus ojos lloran
 como llora el viento,
 sin saber si es malo,
 sin saber si es bueno.
 
 Que de nada vale
 vaciar el pecho,
 si se saca el agua,
 si se deja el cieno.
 
 Porque el aire pasa,
 porque pasa el viento,
 sin notar siquiera
 lo que llevas dentro.
 
 Y tus llantos callan
 ese polvo extenso
 que te pesa en barro
 lo que en carne un muerto.
 
 Si me miras, mira
 con mirar entero;
 en los ojos, alma,
 en el alma, fuego.
 
 Y si son tus labios
 los que se hacen verbos,
 lléname la boca
 de huracán y truenos.
 
 Que me da tristeza
 resbalar del sueño
 por el aire sólo,
 sólo por el viento.
 
 Saca de tu entraña
 todo el sufrimiento;
 sácalo con vida,
 no lo ahogues dentro.
 
 Sácalo a los ojos,
 sácalo a los besos,
 dámelo en abrazos
 cuando me despierto.
 
 Dámelo en temblores,
 dámelo en anhelos,
 quédate desnuda,
 rásgate de velos.
 
 Dame con la carne,
 dame con los huesos,
 con la voz más honda
 de tus sentimientos.
 
 Noches y mañanas
 y a cada momento,
 cuando sople el aire,
 cuando gima el viento.
 
 
 Mariano Estrada, 1984
 http://revistaliterariaazularte.blogspot.com/2009/10/mariano-estradavientos-de-soledad.html
 
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