Existe una energía que pertenece
no al hombre sino a la natura
y al cosmos.

La música permite entrar en contacto
con esas fuerzas.
Se requiere, eso sí,
Conocimiento para que esta
comunión sea eficaz.

Me lo decía una neo-gnóstica
de azules ojos y piernas
maravillosas
mientras el tren atravesaba
fronteras raudamente.
¡Dios mío, qué piernas!

Veo que tú tienes bloques,
incrustaciones intelectuales
y psíquicas
por esto la energía
no fluye de ti.
¡Qué boca, Dios mío!

Tú debes desaparecer
para hacerla fluir
Nietzsche, Proust
Joyce, Eliott
y Goethe
fueron los últimos
que trataron estos
aspectos de la música
todos personajes
perfectamente
dentro al neo-gnosticismo.

-¿Me entiendes?
-No, pero, energías
de hecho en la natura
existen y al mirarte
siento una tensión interior
que necesita urgente
de una liberación orgónica.

-Tú eres un deficiente!