| ¿He ganado algo con quererte?
 ¡No te atrevas!,
 si decides marcharte
 hazlo de una vez y para siempre,
 no juegues al amor
 que somos grandes
 y si insistes en perturbarme
 a tu hombría te la daré por tierra.
 
 No me busques,
 ¡Abrevar las ilusiones!
 que de la efímera felicidad broten,
 Déjame reponerme de tu ausencia
 que tanto dolor nos vuelve torpes.
 
 No quiero escuchar tus palabras,
 no deseo abstraerme en tu mirada,
 no intento desear
 para que no me ates el alma.
 
 ¡Por la vida!
 que por mérito propio me he ganado,
 cuidaré el corazón,
 porque es al único que le rendiré cuentas,
 cuando se desborde la noche
 sobre las paredes de mi habitación.
 
 No hay esperanza que no hayas matado,
 no hay luz que no hayas apagado,
 no hay incertidumbre que no hayas sembrado,
 no hay desamor que no hayas generado,
 no hay perdón para tanto daño,
 no hay Dios que no haya sido
 en nuestra mente mutilado,
 no hay sabor ni miel en los labios,
 no hay sueños que la razón no haya atormentado,
 no hay poemas de amor que la muerte no haya robado,
 no hay  corazón que del suicidio temprano
 Se haya salvado.
 
 ¡Vete a vivir tu vida!
 y devuélveme los trozos de esperanza
 que me has quitado;
 asqueroso bufón,
 ¡vete!
 porque sin vos se me derrumba el mundo
 entre la orfandad de mis huesos,
 ¿has comprendido ese sentimiento?;
 ¡vete!
 porque la burla que has ofrendado
 se convierte en tristeza
 sobre la inmensidad del universo contemplado.
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