Al cerrar la puerta 
 
Niña, niñita de ojos azulosos, va de esquina 
a esquina sin saber qué hacer. Niña, niñita  
de tez cobriza pide clemencia a la vida. Niña, 
niñita de cabellos de miel, maldice su destino 
aciago.  
 
Niña, niñita de piel madura atrapada en las 
redes de gente perversa. Niña, niñita de rostro 
lacerado suplica por ayuda, entre sollozos y lamentos.  
Niña, niñita de promesas rotas y mirada perdida, ya no 
siente  temor ni odio solo resignación.  
 
Niña, niñita de ilusiones truncadas presencia su  
destrucción, como las luces de su habitación menguan, 
se extinguen. Niña, solitaria niñita solo abriga esperanza  
en sus pensamientos. La puerta se cierra, en soledad queda. 
La obscuridad se apodera de ella, la ciega.  
  
 
 
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