Lunes: corro la cortina y solo veo el cielo gris y muchas gotas de lluvia sobre la ventana, las veo resbalar y morir en el piso, solo hay una que no se resbala y desafiando la gravedad se queda, como si ese fuese su habitat.
Martes: corro de nuevo la cortina, esta vez he cambiado la cortina, pero el cielo sigue gris, hoy tal vez más gris, los vidrios están empañados y en ellos escribo tu nombre y mi nombre.
Miércoles: alguien ha corrido la cortina, pero el cielo sigue cada día más gris, cae un rayo a lo lejos y termina incendiando un árbol.
Jueves: corro la cortina y el cielo sigue más gris como si un pintor universal cada día diera una pincelada más profunda, yo me imagino en París escribiéndote un poema bajo la lluvia.
Viernes: No corro la cortina, salgo a la calle y el cielo está cada vez más gris, me he puesto un abrigo y camino bajo la lluvia, escribo un verso en la nieve y sigo de largo, enciendo un cigarro y entre bocanada y bocanada te imagino conmigo amándonos al calor de la chimenea.
Sábado: corro la cortina y el cielo está todavía más gris, abro la ventana para que la lluvia caiga sobre mi cara, la siento golpeándome suave y despertándome de la última pesadilla.
Domingo: no hay ninguna cortina, pero hay mucho brillo en la ventana y un poco más allá de la ventana esperándome tu, no se si le has dado brillo a la ventana o mi alma en tu ausencia nubló mis ojos y todo lo veía gris. Desde esa misma ventana miramos el cielo hacerse azul y escribimos en él.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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