Si pudiese describir alguna vez con mis caricias o con mis palabras, quizás y solo quizás, con mis actos podría explicar lo que siento; sabrías que el corazón se desequilibra en tu presencia.
Sabrás, que cuando estas cerca, las emociones se multiplican y todo lo dormido en mí, empieza a moverse y no lo puedo controlar. Ese deseo desesperado, la piel quiere sentirte, el alma quiere amarte y el tiempo taciturno se consume lentamente.
Pero, cuando estas frente a mí, me ruborizo de pensar en todo lo que pienso y en lo que quiero hacer contigo, que no puedo hacer, y me muero por demostrarte todo lo que desearía hacer contigo.
Me siento Temblando, cual estrella solitaria en el frio nocturno que la posee, y me quedo allí suspendida entre el espacio que nos separa como si fuese una barrera infranqueable, tan alta y tan imposible de atravesar que solo puedo verte, y a veces, solo a veces sumirme en tu mirada para que sientas al fin cuanto te quiero y cuanto anhelo poder decírtelo en algún momento loco de mi timidez.