Tu recuerdo

Me empapa tu recuerdo. Me acosa y me persigue hasta los más recónditos lugares. Me acompaña hasta donde voy. Despierto o dormido, lo llevo prendido dentro de mí.

En vano intento ignorarlo; es inútil fingir tranquilidad y tratar de mostrar la sonrisa sosegada y la paz que pretendo exhibir, porque me enerva. Llena de música mi pecho, mi sangre. Recorre los rincones de mi cuerpo e ilumina mis espacios oscuros.

Otras veces me da sosiego. En momentos de angustia, basta con evocar el óvalo de tu rostro y el sedante trino de tu voz y soy transportado a lugares paradisíacos.

Es viva imagen, dulce evocación que llevo guardada muy dentro de mí. Velamen que impulsa mi barca; perfumada ancla clavada en mi arena.

Es sal de mis ríos. Roja rosa florecida en un árido desierto. Recuerdo que acosa y que persigue, que le roba tiempo a las horas de sueño y llena de colores las horas de desvelo.

Es recuerdo que llega, cala y permanece y se hace fecundo para dar luz a mis versos de amor.

Alberto Vásquez.