Que no te asombre
si hago de nuestro amor una expresión noble,
habitas en mi ser
desde un tiempo informe.

Sucumbes mi humanidad
en el camino que trazan tus caricias,
y no es una lucha de fuerzas
cuando me traes la luna a cuestas,
no es un sacrificio sino una comunión
el amor que me entregas y haces paciencia.

No podré dejarte, mi vida
me iré pero sabré volver
al equilibrio del que me dotan tus pupilas,
¡cómplice amante!,
sentir que te has tragado las distancias existenciales
para ser un trozo de realidad
en el perecer de las carnes,
ser un infinito manantial
en el solitario futuro
de un mundo desechable.

Eres tiempo y todo lo que quiero,
sabré volver, no te preocupes
porque sin ti me pierdo,
sin ti no soy nada y nada poseo,
sin ti el peso del inconsciente me aplasta,
sin ti el sufrimiento me desarma de palabras,
sin ti y contigo, ¡bésame!
que si me dejas
trazaré una sonrisa de dicha en tu alma,
que si no le temes
dejaré la desnudez de mi conciencia
revuelta sobre tu cama.