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Estoy en mi escuela, donde supongo debo estar estudiando, pero en realidad estoy leyendo un libro, una novela de suspenso. Mala suerte para mí, el maestro se fija en mí, me pregunta que porque no le presto atención. Le digo que porque se me hace aburrida su clase y que ya tenía terminado su trabajo, me quita el libro y lo confisca por toda la semana, quería decir algo al respecto, pero mejor me callé, note una enorme mirada colectiva asechándome descaradamente. Entonces para dejar de llamar la atención abro el libro de su materia y me pongo a disque hacer la actividad. Pasan las clases, hora tras hora y mi mente se deja llevar por las voces en el salón, los maestros pasan, uno tras otro, alumnos también, y mi mente se deja llevar por cosas pequeñas y sin importancia hasta que las clases acaban, camino hacia el parque del pueblo, las calles sin pavimentar, la tierra y piedras enormes abundan, aun así los carros, motos, bicis y cualquier medio enterrar hacen dar pequeños saltitos hasta los carros más grandes. Me siento en una banca y me pongo a leer un pequeño libro que pedí prestado en la biblioteca escolar, palabra por palabra me entrego parcialmente al libro y las horas se van volando, en el cielo deja de existir la pasión y el sol palideciendo se va, dejando tras de sí a sus amigas nubes que lloran de impotencia al ver que su mejor amigo se va sin decir adiós, comienza a llover. No encuentro el vocabulario suficiente para expresar mi sorpresa, a pesar de que sabía que iba a suceder no le hice ni una pizca de caso a la meteoróloga, no traje un paraguas. Y me dije a mí mismo “Te lo mereces, CRETINO” mientras me regaño observo a alguien que está en la misma condición que yo, pero él no compartía mí mismo sentimiento, me dio curiosidad, por cierto, me fui del parque y me coloque inteligentemente debajo de un escaparate a salvo de la lluvia. Le pregunte que porque estaba tan feliz, el me respondió.
-¡Está lloviendo! ¿No es hermosa la lluvia?
Era un chico de mi clase, así que no dude en hacerlo, como el no dudo en contestarme, estaba debajo de un escaparate, del único cibercafé, que hay en el pueblo, le invite a pasar, no quería que se enfermara, tengo conociéndolo 3 años y siempre ha sido muy amable conmigo, le invite algo de tomar y me compré, también, un café con leche. Comencé la charla.
-¿Realmente no te molesta que llueva, no puedes caminar con libertad, se llena de lodo, se inundan las calles, la mayoría de negocios cierran?- Cada palabra que salía de mi boca me hacía enojar más, me detuve por un pelo de mosca, antes de explotar.
-Pues todo lo que dices es verdad, aun así, la lluvia es genial, no sudas, no hay tanta gente, y el rio se inunda y te puedes meter a nadar y pescar, ¡Eso es genial!- Me miro esperando que con eso me convenciera definitivamente. No lo consiguió. El pueblo en donde vivo es separado por un rio enorme que da hacia el océano, por lo que siempre se mantiene limpio, nunca se estanca.
-¿Son esos los motivos por los que te gusta la lluvia?- Le dije en tono burlón.
-Son tantos como los tuyos, solo que te enojas demasiado fácil.
-¿Yo?
-Sí, tu.
-Imposible.
Charlamos de nada, pero abarcamos todos los temas, se fue el día en pláticas vacías o flojas, se detuvo la lluvia, y era el turno del pelotón nocturno, era el cielo repleto de estrellas y un comandante lunar. Después de todo lo que paso, esta vista es una buena forma de acabar el día, me dije a mi mismo. Llegue a mi casa, no encontré a nadie, como siempre.
Vivo solo, parcialmente, siempre llegan mis padres, no charlamos, no nos miramos, no nos tocamos, me dan de comer, y mantienen la casa funcionando, siempre y cuando cumpla con las 3N: No platicas, No miradas, NO TOCAR. Siempre que ocurren estas acciones los 3 salimos seriamente lastimados. Es la única regla en la casa. Tampoco es tan difícil, nunca los veo, los domingos que no se van, yo me voy, a donde sea, pero lejos de ellos. Me llama mi amigo, agarro mi teléfono, lo primero que me dice es que no está lloviendo y como es sábado, que mejor oportunidad para salir a pasear, le dije que sí, no tenía nada mejor que hacer, me cambie, salí de mi casa y me lo encontré en el parque. Ese lugar es lo mejor que el pueblo te puede ofrecer. Lo vi sentado en una banca. Con alguien más, con una chica.
Me sorprendió, nunca esperaba que el estuviera acompañado. Me presentó, se llama Lily, bonito nombre. El plan, que por cierto, no estaba enterado, era de ayudarlo a encontrar un trabajo, buscamos, por todo el pueblo, negocio, tras negocio, no encontramos ni uno a medio tiempo, como estudiantes no podemos trabajar la jornada, se nos hizo tarde, no encontramos ningún trabajo, tuvimos que rendirnos.
-Muchachos no encontramos nada, aun así, mañana seguiré, ocupo el dinero. No sé si quisieran acompañarme…
-Yo te acompañare.-Dijo Lily de inmediato.- ¿Quisieras acompañarnos?
-Sí, porque no, normalmente diría que no. Pero quisiera ayudarte.
Lily no era una chica atractiva para mí, pero era muy amable, hasta donde pude ver de ella. Quisiera hacerme su amigo…
-Oye, Víctor, no tengo tu número de celular, ¿Quisieras intercambiar números?
-Sí, estaría bien, aunque no estoy al pendiente de los mensajes, así que no te preguntes porque no te contesto.
-Oh, ya veo.- Lo dice mientras desvía su mirada a otra dirección incomoda.–Me tengo que ir, ya es tarde, adiós.
Ambos repetimos la última palabra que Lily dijo. Nos despedimos, también. Ahora estoy solo, camino por las calles del pueblo, solo, me puse a pensar, sobre la lluvia, gotas diminutas, como si fueran lágrimas de alguien de allá arriba, o como si muchas personas llorasen juntas por una causa. La razón lógica de estas gotas de agua está muy alejada de mis pensamientos. Pero me gusta pensar estas cosas, me hacen sentir vivo, me hacen sentir parte de este mundo, miro la montaña que rodea y aparte al pueblo de los demás, ¿Sera la lluvia lágrimas de otras personas que están en la otra parte de la montaña, esperándonos a que salgamos y los acompañemos? Las únicas personas que conozco que viajaron más allá de estas montañas son los señores y tengo prohibido hablarles, el exterior me es un misterio, llegue directo a mi casa y me metí en la cama. Tengo un sueño, es Lily esta con, Luis, mi amigo, están llorando, estoy de rodillas, frente a ellos, pidiendo disculpas, no sé porque, lloramos los tres, me levanto, aparecen los señores me hablan de irnos lejos, fuera del pueblo, volteo, los veo, Luis, Lily. Me meto en un carro. Los veo alejarse, se hacen más pequeños, pequeños, pequeños, ya no los veo, estamos en la cima de la montaña. Me despierto.
Es tarde, 3 llamadas pérdidas de Lily, me levanto, me baño, me cambio y salgo disparado de mi casa, llego a la plaza en la misma banca, los veo, saludo, me saludan.
-Te esperamos, pero no llegaste, así que buscamos por nuestra cuenta, no hay ningún trabajo a tiempo parcial, nos dimos por vencido.- Dijo Lily, tono seco como si no tuviera ganas de hablar.
-Hay una biblioteca en la escuela, creo que te pueden dar un trabajo a tiempo parcial de ayudante.- Luis, Lily, aparentemente no se les había ocurrido esto.
La escuela, era una de prestigio, los señores me consiguieron un lugar. Aunque, es verdad que tengo buenas calificaciones, mi comportamiento no es el ideal, lo sé. Llegamos y afortunadamente salimos con un ayudante de biblioteca. Era opción de él, así que ese mismo día comenzó con el trabajo, nos despedimos de él y llegamos otra vez, donde habíamos comenzado, con la diferencia de que esta vez éramos solo 2, no sabía que decir, apenas era medio día, no quería irme a casa, así que la invite al ciber-café para preguntarle hacer del trabajo de Luis y charlar.
-Lo ocupa para pagar sus estudios, como sabes está en una secundaria de prestigio, pero sus padres no tienen el dinero como para pagarle los estudios, así que decidió apoyarlos.
-Esta secundaria, si no mal recuerdo, es de una cadena privada de instituciones educativas alrededor del país. No es solo una secundaria. Me parece muy noble pero hay opciones más viables, hay becas, apoyos etc. No entiendo porque consigue un trabajo.
El tiempo se pasa, nos aburrimos, nos acabamos de conocer y nadie sabe cómo comenzar la charla, se acerca la lluvia.
-Oh, creo que lloverá.
-Ya está lloviendo. No traje mi paraguas, ¡OH! Me mojare toda.-Dice lamentándose.
-A Luis le encanta la lluvia, yo traje un paraguas, si nos compartimos el espacio equitativamente, podremos llegar al mercado que tenemos en frente para que te puedas comprar uno
-Ok-Dice aliviada.
Después de comprar un paraguas la única solución en que ambos acordamos fue la de que vayamos a nuestras respectivas casas a esperar el monótono lunes y así fue.
Me desperté, y repetí la rutina de la semana, fui a la escuela, pasa algo nuevo, Luis, entre clases, se me acerca para hablar, pero en clases, no presto atención al maestro, me dejo llevar por un camino que recorro sin cuidado, un camino recto, en un paisaje vacío, que me lleva a recordar todos mis sueños, que se van pintando en este enorme lienzo transformando ese paisaje vacío en uno repleto de emociones y sentimientos, que recorro sin cuidado, veo cosas bonitas, recuerdos amados otros que quisiera olvidar. Pero terminan compartiendo algo, fueron hechos que me marcaron y me hicieron tal como soy.
-¿Qué tal te fue en el trabajo?
-La biblioteca no abrió, pero se estaban organizando los libros, así que si pude trabajar. Bastante bien.
Desde que invite a Luis al café, siempre traigo un paraguas.
-Muchachos, tomen asiento, ya se acabó el descanso es hora de clases. Víctor, espero y esta vez prestes atención a la clase, por favor es por tu bien.
-Maestro, solo de la clase.- Desvío la mirada.
Se da la vuelta, decepcionado, que intento más flojo de su parte, por convencerme. Comienza la clase. Termina la clase. Nada fuera de lo normal pasa.
Al final de la clase, me encuentro con Luis, en la biblioteca, solo lleva 2 días y está totalmente adaptado al ambiente, quiero decir, se hiso amigo del bibliotecario y no hace ni una pizca de ruido, barre, limpia, quita el polvo de las mesas, acomoda las sillas, organiza los libros, todo con una sonrisa y, obviamente sin hacer ruido. Esperé a que terminara, al fin pude hablar con él, salimos de la biblioteca y le pregunté cómo es que se adaptó tan fácil.
-Tengo que hacerlo, mi padre no está con nosotros, se fue al extranjero, inmigrante, para poder pagarme esta secundaria, mi madre aduras penas consigue para la semana, por eso, decidí ayudar trabajando a tiempo parcial…
-Eso es una gran causa.
-Te agradezco infinitamente por habernos, dicho lo de la biblioteca.
-Ni siquiera sabía porque me habías invitado el sábado, me pareció un poco grosero, casi me comprometías a hacer algo, del cual no estaba informado.
-Era la única manera de que me ayudaras, bueno, pensándolo bien, te mereces una gran disculpa, te invito, después de mi trabajo un café y un aperitivo, ¿Qué te parece?
-Suena bien, quiero que me platicar un poco más.
Yo no sabía nada de eso. Me sorprende que estando en una situación difícil, todavía le sonríe a la lluvia, yo nunca podría hacer eso, es del tipo de persona que me gustaría saber un poco más de la cuenta. La mente es una compleja máquina, que trabaja de manera muy diferente a como lo hacen las maquinas que podemos tocar, ella nos controla, nos hace sentir y pensar en cosas inútiles, sentimientos inútiles, impulsos inútiles, como pensar en los demás, sin ningún bien de por medio. Como lo que acabo de hacer, ayudar a alguien a encontrar un trabajo y, el invitarme un café. Miles de cosas hacemos sin esperar nada a cambio, solo cuando lo pensamos sacamos conclusiones egoístas que nos benefician solo a nosotros, por eso la gente que no piensa o se le llama distraída, tonta, a veces, es la más amable.
Salió de su trabajo y fuimos directo al café. Pedí un pay con un frapuccino y él una rebana de pastel con un té helado. Por unos segundos, sus ojos brillaron, los músculos de su mano se tensaron dejando su cuchara con un pedazo de pastel, suspendida en el aire, boquiabierto me dice.
-Hay que invitar a Lily, me ayudó mucho, también.- Lo dice de una manera muy casual, pero con un tono de sorpresa, como si no se acordara de ella. La imagen de él paralizado, me saco una sonrisa. Le mande un mensaje, no tardo ni 10 minutos en llegar, ella se pidió un sándwich con un refresco.
-¿Dónde estudias Lily?
-En la secundaria publica, está justo a la vuelta de este café, aun así está un poco escondido.
Charlamos, salimos y fuimos al parque, era temprano. El parque era el único lugar donde se podía estar al aire libre sin recibir tanto polvo, era el único lugar pavimentado, había jardineras con árboles enormes, arbustos, y plantas varias, colocadas atrás de las bancas, para que nos defendieran del sol, eso a los costados del parque en el centro se situaba un quiosco enorme, donde los niños andaban con sus bicis, jugando sin preocupaciones.
-¿Han ido a la playa?- Dice Lily para comenzar con la charla.
-No.-ambos respondimos, de la misma manera.
-Queda muy cerca, realmente, es solo seguir el paso del rio, podemos, si quieren un día ir a nadar, es una playa hermosa, en nuestra escuela la llamamos el Paraíso Escondido.
-Paso.- Eso fue lo que dije, no me gustan las playas, no tengo nada que ocultar.-Las playas no me gustan, además, es una playa privada, no podemos ir y para rematar está demasiado lejos tendríamos que ir en carro.
El rio por donde tendríamos que ir, es uno muy grande, pero sin árboles tapando el camino, y un camino hecho por los nativos, solo es cuestión de saber manejar una camioneta hecha para el camino agresivo. El rio divide el pueblo, hay un puente que el gobierno realizo para poder cruzar, pero si sigues avanzando por el rio, a unos kilómetros puedes llegar a la playa. No es necesario preocuparse por la localización, el rio es la única cosa que se mueve alrededor suyo, es una enorme explanada, el camino hecho de piedras sobresalidas, justo como en el pueblo.
-Además es temporada de lluvias el rio crece bastante, es peligroso.- Dice Luis apoyándome.
-Ok, está bien, puede no ser la mejor ocasión para ir, pero, prométanme que algún día iremos, hace mucho tiempo que no he ido.-Baja la cabeza, cierra sus ojos y se balancea de izquierda a derecha.
Los pájaros cantan, los niños juegan, la brisa me pega suavemente en la cara, la delicia que siento cuando el sol con sus rayos me tocan el cuerpo, es como si volviera a nacer, el olor de los árboles, plantas, arbustos me hipnotizan llevándome a un mundo blanco y puro, donde desborda paz y tranquilidad, de repente dejo de escuchar, mis ojos se cierran y dejo de pensar.
-¡Víctor!-Grita Luis.-No te duermas, ¿Qué haremos si no te podemos despertar?
-¿EH? Oh, lo siento, me relaje demasiado, perdón.
No lo vale, ir tan lejos solo por mojarme, no lo vale, no consigo nada, desde el inicio hasta el final. No lo vale.
-Quizás, no tenga el permiso de mis padres, son muy serios.-Digo esto, para salvarme de la promesa.
-Oh, ya veo, pero Luis, ¿Tu puedes ir?- Lo mira, ojos desesperanzadores, con esos ojos de cristal, que parecería que al mínimo intento de arrebato se quebrantarían, cualquiera así, se rinde.
-Sí, no te preocupes, además me encargare de que Víctor venga, con nosotros.- Me mira con una cara despectiva.
-Me tengo que ir, discúlpenme, se hizo tarde, hasta luego.- Lily se despide, dándonos loa espalda.
Nos despedimos.
-Ahora sí, no era necesario que le dijeras eso, mínimo has como si te interesara, solo por decencia, Víctor, comprendo que es peligroso y posiblemente no te guste la playa y otros factores harán que te disguste la idea, pero se un poco más blando con ella. Por favor.
-De acuerdo.
Me despedí de Luis, me fui a mi casa.
Tengo un sueño, son los señores, me dicen que tenemos que irnos, lejos del pueblo, lejos del rio, lejos de mis amigos, lejos de las montañas. No sé cómo expresarme, solo asiento con la cabeza, llamo a mis amigos les digo que me voy lejos. Voy a la plaza y llego a ver a Lily, los ojos azules, las pestañas marcadas, cejas suaves, cuerpo frágil, un cabello ondulado rubio, que, por un momento me enamoré de esa figura, Luis pelo castaño y ojos negros, cabellos lacios. Me miran con unas miradas inexpresivas, me están hablando, ¿Qué me intentan decir? No los escucho, no sé qué me intentan decir. Pienso por un momento en acercarme, pero mi cuerpo no responde, solo los veo, intentando decirme algo, mis ojos se cierran, empiezo a dejar de sentir mi cuerpo, oh, me siento aprisionado, no puedo respirar, mi cuerpo, no lo siento, ¿Qué es esta extraña sensación? Abro los ojos no los veo, estoy completamente solo, me está llenando la desesperación, la impotencia, no quiero volver a cerrar los ojos, si los cierro no aguantaré. Se siente real. Me despierto, sudando, frio.
En el camino a la escuela, no sé realmente porque llamé a Lily, caminando a un paso lento para no llegar y poder terminar la llamada. Me disculpe.
-Lily, quiero disculparme, por lo de ayer. No era mi intención, decirte eso, solo salió.
-Quiero que después de las clases nos veamos, solos, tu y yo, que sea en la plaza. Quiero platicar.
-Está bien.
Eso me confunde, ¿para qué me querrá? No entiendo, ya me disculpe. Como poder olvidarme del trayecto a mi escuela, salgo de mi casa, camino por mi barrio, mi casa es una de dos pisos, con patio trasero y una cochera, es una cochera pero también es un patio, se interpreta así, porque es demasiado grande para el coche. Las casas de mi barrio, son diferentes, casas de un solo piso, sin patio, mal pintadas. Camino relativamente poco, no hay buses que nos lleven. Como las calles están sin pavimentar, nos cuesta a todos caminar bien, pero uno se acostumbra, cruzo el rio, por el puente, para eso tengo que salir de mi barrio y cruzar una carretera, cuando cruzas la carretera es una única calle que se divide en demás calles por los lados, hay un hospital justo en frente, de la carretera. Yo siempre que veo esa instalación, me da un escalofrío. A la primera desviación de la izquierda está mi secundaria, el puente y el rio. Caminar unas calles, calles que se decoran con grafitis amenazantes y perros callejeros mostrando los dientes a todo que se cruce, por lo que es muy difícil olvidar mi trayecto a mi escuela, he tenido demasiadas malas experiencias, que preferiría olvidar.
A mitad de las clases, empieza a llover, una tormenta, siempre traigo mi paraguas, los maestros de educa miento físico, suspenden clases, es suerte.
Nosotros salimos unas horas después que los chicos de secundaria publica, por lo que decidí llamar a Lily, informarle que suspendamos la charla de hoy, es una tormenta muy grande, llueve con fuerza, puede ser peligroso, se niega rotundamente y me dice que si no voy me odiara el resto de su vida. Eso es ir demasiado lejos, solo me deja más trastornado ¿Es tan serio? ¿Qué hice ahora?
Lo que sea.
Terminan las clases, así que imagino que ella estará en el parque, le digo a Luis que me iré más temprano, en la biblioteca cierran muy tarde. ¡Rayos! En verdad pensé que lo de Lily era enserio, ¿Quién estará esperando a alguien debajo de una gran tormenta y que acaba de conocer? Decido irme a casa, imaginando que era una broma pesada, para que me mojara o algo así. Después de una media hora de llegar a mi casa mi celular suena, es ella. NO, estas bromeando. Me llama diciéndome.
-¿Dónde estás, no te veo por ningún lado? ¿Ya saliste de la escuela?
Me manda una foto del parque.
Salgo de mi casa corriendo, con paraguas en mano, no me importa nada, así como estaba, uniforme, zapatos, pantalón, celular, lo único que me importa es saber en qué demonios pensaba. La plaza estaba a dos cuadras de mi escuela, así que, mecánicamente recorrí todo el trayecto, sobre esforzándome, jamás había corrido así. Las calles, con sus características piedras, se vuelven en trampas mortales para los corredores, tanto así, que me caí en una de esas, antes de llegar al puente que solo está a unas cuantas calles de la escuela y la plaza. Llego a salvo, pero sano no tanto, ella en verdad lo hizo, estaba ahí parada, detenida, paralizada, al verla mi mente se detuvo por un momento a contemplarla, estaba totalmente empapada en el centro de la plaza, intentando mirar al oscuro cielo, que la insultaba con lágrimas hirientes de soledad y, sin pensarlo, me acerco, pero algo que me perturbó, era que estaba determinada, una cara seria mirando al cielo, estaba retándolo. Le hablo.
-¡Lily! En que estabas pensando al venir en estas condiciones, es muy peligroso, te puedes enfermar.- Mi voz a primera vista, daba a resaltar un sentimiento de preocupación.
-Sabía que vendrías.-Dice inquebrantablemente
-Eso ya no importa, vamos, tenemos que ir a tu casa, platicamos de lo que quieras en el camino.
-¿Sabes quién soy?- Me pregunta sin ganas de esperar una respuesta, como si se lo preguntara a sí misma.
-Eres Lily, ¿Es correcto?- A este punto, ya no se tratar con ella-Oye, en serio tenemos que ir a tu casa.
-¡Me encanta la lluvia!
Se deja caer al suelo.
Ese momento, es uno de los más lentos. El tiempo es relativo, eso está comprobado, no importa que tan paciente seas, este tipo de acontecimientos te llenan de desespe

ración, lo ves muy lento, pero eres incapaz de reaccionar, tu cerebro tiene todo calculado, el trayecto de caída, la manera en que te moverás para evitarlo, incluso sabes que va a pasar después, pero no haces nada, solo te quedas observando, mientras tu cerebro se va enfriando. Estoy en shock, no sé qué hacer, veo alrededor para pedir ayuda, pero no veo a nadie, esta desmayada, no reacciona, creo que lo mejor será llevarla al hospital.
No sé cómo cargar gente de mi peso, nunca he cargado algo tan pesado. Intento cargarla, recogiendo con mi mano derecha su cabeza y con mi mano izquierda levanto la corva e intento llevarla hasta el hospital. Ninguna alma se dignó en aparecer, era como si estuviera planeado. Normalmente ves a alguien afuera, pero supongo que nadie quería salir con tremenda tormenta. Lo que me deja más confuso, Lily cuando la conocí, la imaginaba más capaz, pero, no es momento para esto, tengo que pensar bien las cosas, cuando la deje en el hospital, tendré que ir a su casa lo más pronto posible. NO. Espera ¡No sé dónde vive! Pero es la mejor opción. Me traje con ella sus cosas, tendrá su celular y de ahí podre llamar. Imposible, no puedo cargarla tan lejos, la deje debajo del quiosco, reviso en sus cosas, su celular, llamo a sus padres.
-Bueno, hija, está lloviendo ¿Por qué no has llegado a la casa?
-¡Su hija esta desmayada estoy en el quiosco, por favor, venga!
-¿Quién demonios me está hablando? ¿Por qué mi hija está en el quiosco en esta tormenta?- Estaba más que claro que reaccionaría así.- Eso no importa, iré ¡Y si no te encuentro ahí te denunciare!- Que manera de colgar…
Llegó el padre de Lily, y la recogió en brazos y como si no hubiera otra opción, salió corriendo a gran velocidad, del quiosco, recorrió todo el camino hasta el bendito hospital, claro, yo lo seguí. La adrenalina que en ese momento sentía, me obligo a seguirlo, la frustración que en ese momento sentí, al verlo cargar a Lily tan fácil, me dio solo más combustible para seguirlo. No tardo ni 5 minutos en llegar.
Ahora está a salvo de la lluvia, traje sus cosas, simplemente por ser un poco útil. El señor desde que me vio no me dirigió la palabra. Acaba de marcar a un número, posiblemente acaba de llamar a la mamá de Lily, el doctor nos informó que se encuentra estable, solo había recogido una fiebre muy alta y colapsó por momentos. Lo que alivio al señor de una manera muy grande, fue en ese momento donde se decide a hablarme.
-No sé qué rayos haya pasado ahí para que mi hija tuviera una fiebre o cómo pudiste llamarme pero, menos mal que estuviste ahí. Cuando venga mi esposa, llamaremos a tus padres, y expliques que paso.
-Ok, pero te voy a decepcionar, porque yo tampoco sé que paso con exactitud.
-¿A qué te refieres ? ¿No sabes que paso? ¿Cómo no vas a saber si incluso me llamaste desde su celular?
-No sé con exactitud qué fue lo que paso, sigo muy confundido, quisiera arreglar esto con ella.-Incluso si esto no fuera del todo cierto realmente me gustaría aclarar algunas cosas, con ella.
-Un chamaco como tú.- Se detuvo por un momento.- Un chamaco como tú, es normal que te encuentres confundido.
Vaya, es la primera vez que hablo con un adulto de un tema serio, esperaba que fueran un poco más fríos, acerca de estos temas, un poco como si tuvieran un manual, algo que les dijera que hacer en caso de un accidente, pero el padre de Lily se comportó de una buena manera.
Llego su esposa, tuvieron una larga charla, después se dirigieron hacia mí.
-Puedes irte.-Me ofreció el padre de Lily.-Tus padres te esperan.
-Eso no es verdad, ellos no saben nada de mi hasta que llegan en la noche, además quisiera quedarme hasta que Lily se despierte, me sentiría muy culpable si no lo hago. Por favor dejen que me quede.-Supliqué, de manera sincera, humilde, no tenía nada que esconder era lo único que pedí.
-No me gusta la idea de que te quedes, pues es tu culpa que mi hija se haya desmayado.-Me restriega su ignorante idea de lo que paso.-Si, ella en la mañana me había dicho que estaría en una cita, me dijo que se iba a tardar. Tú eres el único que estaba con ella, ¡Eres el culpable de que le pasara esto!
-¡Cálmate! No sabemos si eso de verdad pasó.-Trata de calmarla
-¿Una cita? ¡A buena hora me entere que era una cita! Ella me quería para charlar y ya.-O eso fue lo que tenía en mente.
-¡Hay genio! No era ten difícil de saber, era la primera cita que iba a tener.-Dice casi en lágrimas. -¡Y un ingrato lo arruina todo! Y lo peor de todo, que todavía no le es suficiente, ¡El muchacho quiere verla o de lo contrario se sentirá culpable!-Un tono sarcástico, repugnante, estoy en shock- ¿No tienes el mínimo rastro de pena para alejarte de ella? ¿Después de todo lo que le hiciste?
En este punto, el señor no sabía cómo controlarla, ella seguía sacando todo lo que tenía adentro. Pero algo dentro de mí me decía que simplemente ignorará esas cosas, que eso no era la verdad. Esta vez no me voy a quedar callado.
-Señora, eso no es verdad. Para empezar, su hija jamás me había dicho que iba a ser una cita.
-¡Pero solo iban a ser ustedes dos!-Me interrumpió.
-Segundo -La ignoré sin importar que cara pusiera- Empezó a llover, y yo salgo un poco más tarde, por lo que es obvio que a pesar de que sabía que íbamos a encontrarnos, estuvo esperando, debajo de la lluvia por decisión propia.-Sin duda, esta señora es totalmente diferente al señor.-Me quede en shock y trate de hacer lo que pude, porque, si no fuera por mí, Lily seguiría tirada, yo fui quien contacto con el señor. Por cierto, ¿Me podrían decir sus nombres? El mío es Víctor.
-El mío, es María.- De una forma seca, casi, o como si intentara sacar algo ofensivo para mí, de ese bonito nombre.
-Pablo, por favor sería mejor que dejemos esta absurda pelea, estamos en un hospital.- Pablo, de una manera casi heroica, salva la situación y consigue alejarme de la señora María.
Al fin llega el doctor, se acerca a los padres de Lily, les dice algo. Caminaba sin hacer, paso lento. El doctor les dice algo a los padres de Lily. El padre de Lily se me acerca lentamente.
-Víctor, dime por favor, que no le hiciste algo a Lily, de lo contrario…
-No se… A que se refiere.- María su esposa, se veía diferente, ya no se apreciaba una mujer sana, estaba rota.
-Víctor, cuéntanos todo, todo lo que sucedió, te lo ruego.-Dice la pobre, mujer María, en lágrimas, se acerca para rogarme. Hubo una transformación increíble en el tono, en la manera de hablar y en la forma de verme. Ya no era la mujer desafiante que me veía con ojos envenenados, ni me hablaba con ira, ¿Qué fue lo que les dijo el doctor?
-Antes quiero saber qué fue lo que le paso a Lily.
-Se desmayó, su cuerpo se debilito drásticamente, su temperatura aumento de golpe, no saben con certeza que fue lo que paso, aparentemente, esa fue la razón de que se haya desmayado. Ahora está estable, en un rato podremos pasar a verla.
Les conté todo lo que yo había vivido, con detalle, palabra tras palabra me daba cuenta de que si realmente hubiera estado con ella, nada de esto pasaría, no estaría así, lo peor de todo es que la única imagen que recuerdo de ella es su sonrisa, y su caída.
Una vez les conté todo, quedaron insatisfechos, pues no escucharon nada valioso realmente, nada importante, y a nadie a quien echar la culpa, aun así me siento completamente culpable. Voy al baño, me veo en el gran espejo que hay en el lava manos, veo mi cara, como odio esa cara que siempre arrastro durante el día, sin ninguna expresión, la gente está acostumbrada a pensar que estoy de malas, pero no es así, si me das una oportunidad puedo ser realmente bueno, quiero quedarme con ella, me siento aprisionado, ocupo estar ahí, con ella.
Salgo del baño, y lo que me encuentro es a mis padres platicando con los padres de Lily, ya más tranquilos. Cuando me acerque, cortaron la charla, los padres de Lily se apartaron y me dejaron solo con mis padres.
-Señores, de aquí no me sacan hasta poder ver a Lily.- Es la primera vez en mucho tiempo que me comunico con ellos, hablo tartamudeando, de miedo, no tengo ni la menor idea de cómo me van a responder.- Así que, no hay más que decir.
-Qué bueno que digas eso.- Me dice mi padre.- Realmente pensábamos que estarías enojado, o que tendrías miedo. Que muchacho tan responsable, espero que te disculpes con ella.
-Voy a disculparme, me sorprende que llegaran tan pronto, siempre llegan a la casa tarde.- Todos los días, me dan libertad de horario, después de la escuela tengo el día para mí, sin mis padres en casa, me cocino, lavo mi ropa, mantengo recogido, en general, casi nunca están en la casa.
-Los padres de la niña nos llamaron, ¿Les diste el número de tu madre verdad? – Era verdad, les compartí el número de mi madre.
-Sí, me lo habían pedido y como estaban las cosas, no me podía ponerme mis moños.- Llego un silencio, intenso, el doctor llego con una sonrisa, se podría decir de alivio. Nos informó, a todos, que Lily estaba recuperada, hasta cierto punto, pero ya podía platicar normalmente, pero no podía abandonar el hospital todavía.
Primero fueron sus padres, obviamente, nos habían dicho que se tardarían, mis padres me habían dicho que lo mejor sería que le regalara algo, pero no se me ocurría algo correcto además, seguía con la palabra “cita”. No se me salía de la mente, ¿Qué dirá al verme? Por supuesto que ahora me odia.
Era nuestro turno, entre solo, mis padres no quisieron entrar.
La habitación, con sus cuatro paredes blancas, repletas de artefactos que no comprendía su función, era un cuarto chico, y ahí estaba, estaba mirando hacia la ventana, seguía lloviendo después de tanto tiempo. Se da la vuelta, me ve y automáticamente, agarra su almohada utilizándola como ultima defensa impenetrable, se cubre la cara, no me quiere ver, lo sabía.
-Lily sé que en este momento debes de estar muy enojada conmigo, pero no era mi intención de verdad…
-Lo sé.- Impresionante como me interrumpe tan sigiloso y agresivo al mismo tiempo.- Era obvio, que no aparecerías en esas condiciones, estaba lloviendo, además de que te obligue, ¡Soy la peor de todas!- Empezó a llorar, saco todo lo que tenía adentro, cada emoción, por un momento pensé que en su condición no sería bueno que se exaltara tanto, pero, después de todo se merece que se exprese un poco.-Debes de pensar que soy una tonta, por estar debajo de la lluvia, esperando a alguien que obviamente no llegaría.
-Pero llegué, me viste.
-Si… Eso sí paso, entonces si estabas ahí.-Lo dice tan bajo, que pensaba que trataba de decírselo así misma.- Entonces, ya no te odio.
-¿Cómo? ¿Me odiabas?
-Te había dicho que si no llegabas, te odiaría por toda mi vida. ¿Ya no lo recuerdas?- Lo había olvidado por completo.
Su piel, la habitación que nos rodea, todo, se pude conspirar que estaba hecha para ella.
-Oh, es verdad, pero, ¿Es enserio? ¿Solo por eso odiarías a alguien?
-No… Pero, no, es que ¡No te lo perdonaría!-Se sonroja de sobre manera, su cara ya no estaba más cubriéndose con su almohada.
Una revelación mágica, me llega de repente. Me doy cuenta que de verdad, pensaba que era una cita, me atrevo a pensar eso.
La conversación se torna a algo más cálido, platicamos, de muchas cosas, demasiadas.
-¿Sabes cuándo te darán de alta?
-No, pero sé que podre ir a la escuela por un buen rato. Por mi culpa, no podré ver a Luis…
-No te preocupes, le contaré todo, y los dos vendremos a verte, todos los días, hare que venga, te lo prometo. Los dos te visitaremos.
-¡Gracias de verdad!-Una gran sonrisa aparece en su cara. Pero repentinamente, su cara cambia de expresión, se presenta preocupación e incertidumbre dando un show de palidez en bello rostro.
-¿Estas bien? Te ves pálida, ¿Crees que debería llamar a un doctor?
-¿Iras a la playa?..
-¿Necesitas un doctor?
-Quiero que vayas a la playa.-Estaba obstinada, no quería ceder, tampoco yo.
-No es momento para eso.
-¡No es momento! ¿Cuándo será ese momento? Quiero que vayas.
-Ya habíamos hablado de eso…-¿Qué será eso? Hay algo que le quiero decir, pero que no le puedo decir. Algo me impide ser sincero, el orgullo, había dicho que no iría, no voy a tambalear, seré firme.
-El año que viene, por favor, es, lo único quisiera.
Una brisa apaga mi terquedad, al ver su cara, sentía un puñal siendo clavado en lo más profundo de mi ser, sentía la culpa inundando mi corazón, después de todo, ella se encuentra así por mí.
-Sí, es el año que viene, entonces, creo que tengo mucho tiempo para meditar.
-Entonces, vendrás.
-Nunca dije eso.
-Sí, vas a venir.-Con una pequeña, sonrisa.
Termine la cita, me fui a casa. Le explique por mensajes, a Luis, de lo que pasó, charlamos un momento acerca de todo esto. Y me dormí.
Mientras soñaba, me llegó la imagen de Lily sonriendo debajo de la lluvia, pero esta vez, no, me había dicho algo diferente. “Desaparece”.
Despierto, me decidido, le mando un mensaje a Luis, le escribo diciéndole que vaya a visitar a Lily después de clases. Vació mi mochila, que estaba repleta de libros y que ahora está llena de ropa, herramientas, tales como encendedor, un cuchillo, no sé porque, pan, comida enlatada, bebidas, libros y otras cosas. Salí de mi casa, caminé hasta el puente, era un día nublado, el puente era la única manera de pasar, después de la tormenta, pero si te desvías, hacia la izquierda, justo antes de que comience el puente, inicia unos arbolejos, con un recorrido directo a la orilla del rio, me metí aventurándome, con un pantalón de mezclilla y una camisa de manga larga de color negro. Salí, dándome cuenta de que el rio está muy abajo, tenía que levantar mi cabeza para ver el puente y la gente pasando, normalmente, no estoy obligado a hacerlo, pero quiero pedirle una sincera disculpa, no sé realmente porque.
Empecé mi aventura, caminando una buena distancia, hasta encontrarme totalmente solo. El rio fue mi acompañante y fue a lo único que debía de seguir, el sol estaba en su máximo resplandor, tenía mucho calor, a pesar de que traía conmigo botellas de agua, decidí tomar del rio, por la anécdota, el agua del rio, es infinitamente más relajante, cuando tienes sed, te encuentras con la necesidad de consumir un poco de agua, estas ganas aumentan cuando estás cansado y hambriento, tomar agua de rio me relajo de una manera, que me despreocupe de todo durante esos pocos segundos donde me encontraba disfrutando de un agua que normalmente no consumo. Me encontré, con una gente que conocía solo del rostro.
-Mocoso, tú no puedes estar aquí.-Me intimido desde el primer segundo que lo oí hablar. Poniendo en su voz, un tono irritante. Un cuerpo lleno de tatuajes, y su tono de voz demacrado por el cigarro, sin camisa y un paliacate cubriéndole la cabeza. A cualquiera le intimida.
-¿Por qué no puedo?
-Es nuestro territorio.-Y efectivamente, estaba repleto de basura, muebles viejos, televisiones. Era un escenario desagradable, no sé cuándo fue el momento donde entre a su “Territorio”, pero estoy seguro que no saldré de él, sin pasar por alto.
-Disculpe, solo daba una caminata, tranquilo.-Espero que esto funcione.-Si no escuche mal, me contaron que si sigo este rio, puedo llegar hasta una hermosa playa, quisiera probar que tan verdad es eso.
-¿De qué lado vienes?
-¿Lado? ¿Qué quieres decir con lados?
-¿De qué lado del rio eres?
-Vengo del norte.- El mar queda justo para el oeste. El rio baja, desde el noroeste, cruza el pueblo y llega hasta el mar del oeste, es un rio grande. El pueblo se divide gracias al rio, la montaña queda justo en el noroeste, en dirección a mi casa.
-¿Qué intenciones tienes?-Me pregunta, como si yo fuera alguien peligroso, está claro que no saben quién soy.- ¿Quieren atacarnos?
Un grupo de malvivientes me están interrogando, comencé esta aventura con el pie izquierdo.
-Nada de eso, señor.-Dude por un momento en decirle así, su apariencia no me da ninguna buena impresión. Estando sin camisa y unos pantalones de mezclilla en unas condiciones deplorables, con un cuerpo decorado de tatuajes amenazantes, no es con algo que me encuentre todos los días.-Los conozco están por mi barrio, [un nombre de un barrio], a veces los veo estar ahí.
-Nuestro territorio. Puedes pasar, pero si descubrimos que traes a alguien contigo, te la haremos pagar.
Tragué saliva, sude frio.
Me aleje, comenzando de nuevo mi viaje hacia ese paraíso.
Era un lugar raro, solo se encontraba el rio con un camino hecho de piedra, lo demás a mí alrededor era una explanada enorme, de tierra, seca, en si me gustaba ambiente. Anteriormente, donde me encontré con esa gente, era un paisaje diferente, un basurero donde había colchones, muebles colocados estratégicamente en ciertos lugares, como si fuera su “zona”, detrás de ese basurero, eran árboles enormes tapando con sus hojas toda luz del sol, pero, regalándonos una hermosa y tranquila luz verde, aunque el camino seguía siendo el mismo, un camino de piedra. No existía otro ruido excepto el de mis pisadas y el viento, solos los dos nos aventurábamos, pero él iba a dirección contraria a mí, junto con las nubes, lloverá. Efectivamente comenzó a llover pero muy ligero, era una llovizna, se disfrutaba pues ya llevaba mucho tiempo caminando, bajo la temperatura, la explanada se tornó en un deleite de ruido, causado por las miles de gotas que caían lentamente al piso y explotaban como bombas en miniatura, la tierra se mezcla con el agua para hacer lodo, el olor era tan relajante era un situación con la que había soñado, saque mi paraguas de mi mochila, lo prendí entre mi brazo izquierdo para taparme de la llovizna, con el derecho me las arregle para sacar un pan dulce que tenía escondido en mi mochila, disfrute enormemente mi merienda, sigo mi camino, preguntando quien rayos habrá hecho este camino de piedras.
Es realmente lo único llamativo aquí, sigo caminando, termino mi pan, ahora que estoy solo y que nadie me ve, podría, guardar mi paraguas y recibir esta agua. Es realmente placentero como me siento en este momento, este momento es el más tranquilo. Estoy yo solo, por un camino de piedras, no hay nadie que me vea, un silencio tranquilizador que me hace dormir, un paisaje vacío, con el color café y un poco de hierba, regalándome una linda paleta de colores, tan variados, tanto así que la naturaleza es la única capaz de regalarme algo así, estos colores son el azul rey de un rio profundo, café de un territorio seco, pequeñas partes de verde pálido que simpatizan con el café de la tierra, y un cielo termina con esta obra de arte.
No tengo que olvidar que vengo aquí por ella, vengo a regalarle las fotos más bellas, y los cuentos más detallados que nadie ha podido describir. Mientras sigo veo hacia donde, se supone esta el mar. Nunca he visto el mar en persona, solo en videos o imágenes en ese momento me dio un escalofrió por todo mi espina. ¿Realmente está el mar? No me informe, caí como un ignorante, si no está el mar, habré decepcionado a Lily y también pude espantarla, además de no ir a visitarla.
Cuando vi que más adelante, con este paisaje se presentó una casa, era una casa hecha de madera, troncos y palitos, su estructura era como de palitos. Para cuando la alcancé salió un niño sin camisa, panzoncito, sucio y con un moco que salía de su orificio nasal izquierdo.
-¿Quién eres?- Tenia unos ojos territoriales, un perro para marcar su territorio, tiene la misma expresión que este niño me dedico.-No te habíamos visto antes.
-Hola, mira, vengo a ver la playa. Por lo que me contaron, cerca de donde vengo hay un mar hermoso. Le llaman el “Paraíso escondido”.
Los ojos del niño, cambiaron, se suavizaron y pusieron grande interés en mí cuando dije, paraíso.
-Es verdad, hay uno cerca, te podemos llevar, si quieres. Cuando venga mi abuelo, te podremos llevar.
Me invito a pasar, que por cierto era una casa pequeña y apretada. Acaba de llover y el olor a tierra mojada, también se compartía en esa casa.
Me senté en una silla de madera, rustica. Y esperé.
-¿De dónde vienes?- Se sentó en una silla parecida a la mía.
-Vengo del pueblo más cercano, me guie por el rio.
-Este rio, es un rio viejo, y uno muy grande, se divide en varias partes que dan en lugares muy diferentes.
-¿En serio? Eso no lo sabía.-Que poco se de lo que me rodea, supongo porque nunca me he interesado. El niño, escuchar eso, infló el pecho, se cruzó de brazos y puso una en su cara una sonrisa triunfal.
-Pues, se mucho acerca de estos lugares, por ejemplo. Este rio es producto de un manto acui, acuife… ¡Acuifero!
-¿No querrás decir acuífero?
-Si eso. Un rio que ha visto diferentes paisajes, como en el que estamos.
-Es verdad, me dio mucho calor al inicio, supongo que estamos en un ambiente desértico, ¿verdad?-Claro que no se compara a un desierto de verdad, pero, en el pueblo también da mucho calor y toda mi vida nunca he probado otro clima.
Después, de un rato de charla, supe que el cuidaba esta casa y la playa de la gente mala, el cuida de que no venga nadie que no sea apropiado de ver la playa.
Me sentí muy relacionado con él, sus responsables lo dejan casi todo el día, solo, nunca ha viajado, y solo tiene 2 amigos, yo y su abuelo. Es lo único interesante que saque de su plática, no estudia.
-Juanito, ¿Quién es él?
-¡Un amigo!
-Un gusto conocerlo señor.-Fue lo que pensé, sería lo correcto.
-Vienes por la playa verdad, te puedo guiar, pero no te saldrá barato.
-¿Cobra?-Mi ilusiones de llevarle unas fotos se rompieron al instante.
-No, solo quiero, que protejas estas tierras como si fueran tuyas. Porque, desde que las veas serás parte de esta familia. Le caíste bien a mi nieto, quiere decir que ya tienes un lazo con esta familia, por lo que cuando veas la playa podrás, comer, tomar y vivir con ella y de ella.-Su expresión fue seria, como si lo que estuviera diciendo fuera una especie de contrato de negocios, donde se juega mucho dinero.- ¿Estás dispuesto a proteger estas tierras como si fueran tuyas?
-No sé qué decir…- Pensémoslo bien, si soy parte de esta familia que no conozco, tendré que estar con ellos, convivir con ellos en esta casa. No me dan ganas, además, no sé si mis padres estén de acuerdo, hay cosas que no sé cómo se manejaran.- ¿Qué tengo que hacer para ser parte?
-Pues, querer a esta playa como ella te querrá, convivir con nosotros y respetarnos. Solo eso.
-Entonces no hay problema, con eso. Pero, hay algo que no creo poder hacer, creo, que no podre verlos muy seguido.
-Eso no hace falta. Solo ten en cuenta que siempre va a ver gente y una playa que te darán la bienvenida con los brazos abiertos.- Esta gente es más cariñosa que mis propios padres.
Me llevaron a la playa. Mis ojos no estaban preparados para verla. Esta playa estaba viva, se sentía en los poros de la piel, se sentía como la brisa quería comunicarse conmigo, como quería abrazarme como quería sentirme igual que la sentía yo.
Grandes palmeras y con una arena blanca como las nubes y unas aguas puras y limpias, sentía que esta playa era diferente a cualquier cosa que había visto, o sentido. Era algo especial, lo que me sentí fuertemente relacionado. Me enamoré. Me sentí en casa, por un segundo pensé que en este lugar di mis primeros llantos.
-Bueno, ¿Ahora qué quieres hacer?-Este hombre, no pone una expresión en su cara, como si no le importara lo que estuviera pasando, que raro.-Supongo que quieres ir a tu casa, se está oscureciendo y tus padres estarán preocupados, Juanito quiero que te quedes a dormir, yo lo llevaré no me tardo nada.
-Ok, pero traes algo rico de comer.-Puso una sonrisa traviesa en su carita sucia de arena.
-¿Ya tienes las fotos para tu amiguita?-No espero que dijera otra palabra más, nos subimos a una camioneta que cuando llegue no estaba.-Este es mi caballo de tuercas.
-Así es como llego hasta aquí.
-Si.
Comenzamos de nuevo el viaje.
Por razones obvias, tomamos otra ruta que nos tomará más tiempo, por lo que llegare en la noche, así que tendré que darle las fotos a Lily a Luis mañana, pero llegaré temprano, antes que mis padres por lo que no hay problema de que me llegasen a castigar.
-¿Por qué haces tanto por una amiga?-Es una pregunta, que como familia, aun no estoy acostumbrado, creo que nunca lo estaré.-Me refiero, ¿Te gusta?
-No exactamente, no, no me gusta, pero me siento culpable. La había dejado debajo de la tormenta, se debilito demasiado y no pude llevarla rápido al médico, me juro, que si no iríamos a la playa me odiaría por toda su vida.
-¡Ha! Que inocentes, los dos, realmente ella nunca te odiara toda su vida. Nadie es capaz de tener tanto rencor.-Esa risa, me enojo, ¿Se burló? Pero, lo que dice tiene sentido.-Además, haces esto para asegurarte la entrada a esta playa, te arriesgaste mucho, yo conozco tu pueblo. El lugar de nadie, que todos quieren.
-¿Cómo? ¿A qué se refiere?
-Ese pueblo, anteriormente estaba planeado ser un destino turístico enorme, una de las principales atracciones nacionales. Hay un paraíso que tienes que descubrir. Te ayudaremos a hacerlo, junto con tu amiguita.-Me regaló una sonrisa amable, sincera como la de Luis al decirme que le encantaba la lluvia o la de Lily cuando me vio llegar a la plaza.-Pero recientemente la tienen controlada.-Bajo la voz nervioso.
-¿Quiénes?
-¡Quien más! Los del mundo bajo, las mafias se están peleando, resulta que hay plantaciones enormes por estos lugares, el ejército no puede hacer algo, el gobernador está relacionado.-A pesar de que no lo dijera directamente, entendí que las mafias se están peleando por plantaciones de droga y que el gobierno también está metido en este lio.-Es triste pero cierto.
-¿También se pelean por la playa?
-Sí, pero estamos de un lado.-Se me helo el cuerpo entero, ahora entiendo lo de la familia. No. Tiene que ser un sueño.- ¡Ha! Que inocente eres.-Imagino que se notó mi miedo, creo que cuando alguien te dice que eres parte de algo que incluye sangre y matanzas o un ejército y sin saber porque, si te alarmas un poco.
-Señor, dígame la verdad.-Estoy harto, si me va a contar algo, que sea la verdad.
-La verdad es que tampoco entiendo muy bien estas cosas, soy un viejo tonto. Pero sé que estamos del lado del gobierno. Esta playa y estos rumbos, son un emblema nacional. Hay animales muy raros y están protegidos. Por la familia.-Ya no me gusta tanto que diga familia.-Ahora es turno que protejas estas tierras, son propiedad nacional. A pesar de que la mafia se metió en nuestras tierras.
-Ya veo.-No entiendo nada, no comprendo.
-Tampoco yo, no comprendo nada, ¿Por qué nos molestan a nosotros? ¿Por qué hacen tanto daño a estas tierras?-Empezó a llorar, acompañando mi incertidumbre hasta un destino llamado, desesperación.-La naturaleza no tiene la culpa, nadie tiene la culpa. Pero los padres de Juanito desaparecieron y ahora toca cuidarlo, un anciano que no comprende nada.
-Vamos con calma por favor no entiendo nada.- ¿Qué está pasando? ¿En qué me metí? Solo quería hacer amigos. ¿Es tan difícil?-No entiendo, Juanito es suyo, ¿De quién es?
-No sé, lo encontré llorando por una parte de donde habías venido, lo peor de todo, es que no había nada con él. Nada. Las lágrimas han sido muy frecuentes en mi vida, soy débil.
El camino había cambiado un poco, pero el paisaje que había visto se mantenía. Nos desviamos y llegamos a una carretera, avanzó un poco y llegamos al hospital. Me bajé y fui hasta mi casa.
Ahora, mi mismo recorrido, solo que traía los zapatos llenos de lodo. Y un poco de arena. Cuando reviso mi celular, me doy cuenta de que nadie me había mandado un mensaje, esperaba que se extrañaran de mi falta. En fin.
Al día siguiente, me cambie y fui a la escuela, como si nada hubiese pasado. En el receso, pude hablar con Luis.
-¿Si fuiste a visitarla?
-Si. Si puedo preguntar, ¿En dónde te metiste?
-No, no lo puedo contar, pero te puedo decir la razón. Fue para Lily, encontré la playa.
-¿En serio? Creía que era una mentira, había escuchado hablar de que algunos fueron, pero, su propio nombre lo dice, es un paraíso escondido.
Seguimos charlando, pero una vez pasado el receso, hasta el final de las clases. Fuimos al hospital, a ver a Lily.
-¡Hola! Lily.- Me dio la espalda, está enojada.- ¡Ha! ¡Ha! Que inocentes son los niños.
-¿Qué quieres?
-Encontré la playa.-Hubo un silencio conspirado en asombro e incertidumbre.-Tengo fotos.
-Muéstramelas.- Un giro en su estado de ánimo me incentivo a poner más emoción.
-Solo, si estas dispuesta a ser parte de la familia, si estas dispuesta, serás un miembro más de este lazo mágico.
-No sé de qué estás hablando, ¿A qué te refieres con familia?-La tengo atrapada.-Pero si es un invento tuyo entonces, de acuerdo.
-¡Bien! ¡Un miembro más se nos une!
Cuando le mostré las fotos, ella no podía ver absolutamente nada, no entiendo, se supone que las tome, todos allá, las podían ver, pero Luis y Lily no.
-¿Estas segura? Desde ahora, serás parte de algo nuevo en este mundo. Tienes que prometérmelo.
-Lo prometo.
Cuando estuve en la playa. Sentía que alguien me hablaba, me sentía seguro, en ese lugar me sentía seguro, jamás había experimentado algo así. Me prometí que algún día sería parte de esa familia. Tampoco entiendo muy bien porque, pero aun así, sé que tengo que entender todo. Ocupo comprender lo que acabo de hacer, será un viaje largo pero tengo que recorrerlo. Quiero un cambio, desde adentro no tiene sentido que siga sin ningún propósito.
-Tienes que comprender, que esto no es fácil. Estas apunto de aventurarte a un camino donde no hay vuelta atrás.
El pobre, estaba súper confundido, Luis me refiero.
-¿Luis? ¿Quisieras acompañarnos?
-Tengo trabajo, no puedo.
-Espera, no es de esa manera, la playa está protegida, por ciertas personas, a eso me refiero con lo de familia.
-¿Por qué no podemos verla? En las fotos solo hay camino.
-¡Por eso mismo! La playa está protegida.
Me va a costar mucho sacarlos de su mentalidad. Hago esto porque no quiero que un miembro de mi familia lloré, esta playa es mi nuevo amor, mi nueva razón de vivir, quiero que la compartan todos juntos.
-Luis, ¿puedes dejarnos solos?
Luis asiente y deja la habitación.
-¿Sabes quién soy? Víctor. Soy esa persona por la cual te aventuraste hasta el fondo de mi idea y navegaste hasta encontrar una realidad en mi fantasía.
-¡Realmente existe! Te lo aseguro. Solo falta que tengas las esperanzas.
-¡¿Qué clase de esperanzas?! Por fantasear termine en un hospital, ahora, quieres ir. Después de todo. No te entiendo.- Ahora comprendo menos de lo que entendía, realmente pensaba que no existía.- Fantaseaba con una playa tan maravillosa, que te curara las heridas del pasado o te reparaba los sueños rotos, una playa así se suponía que había. Pero, obviamente en la solo habían playas así en la gente que había perdido la esperanza.
-Pero, es lógico, por propia lógica tiene que haber una playa.
-Sé que estamos en la costa, pero la playa más cercana está a 2 horas en carro.
No es posible, solo camine pocas horas a un paso lento.
-En este punto creo que tengo que irme.
-Está bien.
Fui a mi casa directo, sin interrupciones.
Espere a que llegaran mis padres, tengo que contarles acerca de la playa ellos me podrán llevar. Ocupo hablar con el viejo. Después de una pequeña charla accedieron a llevarme a mí y a Lily a esa playa. Después de una sorprendente, corta y concisa charla. Acordamos charlar con sus padres acerca de eso.
Fuimos hasta su casa, cortesía de Lily que nos proporcionó se dirección. Mi padre tocó la puerta.
Por cierto, jamás me había acercado de esa manera a mis padres.
Cuando abren la puerta, observamos a Pablo el padre de Lily, que estaba vestido formalmente con una camisa de botones negra y unos pantalones de mezclilla, con botas y sombrero.
-¿Qué se le ofrece?
-Venimos a charlar, tenemos un paseo que queremos ofrecerle a su hija.
Nada más terminar de decir esta parte, sale la pobre María, nos observa con una cara de rencor, como si nosotros tuviéramos la culpa. De algo que yo solo me puedo sentir culpable.
Dije pobre, porque la primera vez que la vi, tenía unos hermosos rizos rubios que resplandecían con una sonrisa y unos ojos vivos, que ahora nos miran con vivacidad y nos dan relampagueantes miradas llenas de rencor.
-No, no puede ir, está muy ocupada haciendo tarea, como para ir a sus aventuras.
-Señorita-dice mi padre-No estamos insinuando que vamos a una aventura solo iremos a la playa.-Sin pensarlo abrí mi boca, sin formalidades.
-Su hija quiere ir a la playa, me contó que había fantaseado con ir a una playa donde se cumplen los sueños. Que mejor que ir, si ese es su sueño. Si quiere tanto a su hija.
-Iremos todos, dice el padre, no hay más, no quiero problemas con ustedes y si de verdad te dijo eso. Creo que es momento de darle algo bonito, además de que se acerca su cumpleaños. Curiosamente también he oído algo del estilo.
Así fue como nos las arreglamos para que aceptaran. Rápido.
Pedimos permiso al hospital, confirmamos aparte de que se encuentra estable y que ya se podría darse de alta. Después de unas llamadas al trabajo para pedir el día libre y nada baratas, compramos alimentos y nos dirigimos, por donde sentía la playa. Digo que sentía, ya que no recuerdo la trayectoria que el viejo siguió para llevarme a casa, por lo que simplemente me dejo guiar.
-¿Estás seguro que es por aquí Víctor?-Lily me pregunta boquiabierta, pues aparentemente no conocía esta zona, además sabe que en frente de mis padres no debe mencionar que me fui. Me invente algo de último minuto, como que alguien me había contado que estaba por aquí la playa.-Aunque no recuerdo, se siente como que ya estuve aquí…
-Es algo que también me contaron, este tipo de paisajes normalmente son muy tranquilizadores, pero realmente está vacío, ¿Qué habrá pasado?-Pregunto, simplemente para sacar algo de que charlar.-Si estoy seguro de que por aquí es.
-Probablemente te hayan engañado, la gente dice muchas locuras.-Dice mi padre en el asiento del copiloto.-No creas todo lo que te dicen en la calle.
-Es verdad, ¿Qué tal si solo es una broma pesada? Mejor regresémonos.-Dice mi madre que no había aportado nada, hasta ahora.
Que por cierto, María parecía estar un poco convencida de la idea de una hermosa playa, pues no negó la idea desde que subimos a la camioneta.
-No, pues ya estamos aquí, esta camioneta es todo terreno, ella está aquí para esto. Bien, si no está la playa, podríamos hacer una ruta por las montañas.-Parece que a pablo le agrada la idea de viajar.
-Sería una buena idea, pero, a lo que venimos.-Digo intentando cerrar esto.
Después de unos minutos de viajes, dimos en el blanco pues estaba la casa ahí, justo en ese mismo lugar, además recuerdo exactamente todo sobre el camino de piedras y lo que más me alegro fue ver a Juanito jugando en la tierra y al viejo, afuera de la casa.
Nos detuvimos para charlar.
-Eres tú, Víctor, pensé que nunca te volvería a ver.-En lágrimas, Juanito se abalanza contra mí.
-¿Cómo vas a creer esa locura? Obviamente no me podría olvidar de ustedes tan fácil.-Este lugar, me siento mucho más feliz, aquí no sé porque.- ¿Cómo esta viejo? Tiempo sin verlo.
-Ten más cuidado, la manera en que te diriges a mí, parece como si tuviéramos la misma edad, bueno, somos iguales en estatura.-Nos reímos por la coincidencia, aunque realmente no tiene nada de gracia. Siento como si esta gente fuera mi familia y apenas es mi segunda vez que los veo.
-Víctor, ¿Quién es esta gente?-Me pregunta mi padre, serio, con una buena razón.
-Son los que nos van a llevar a la playa.
Cuando dije esto el viejo se detiene, nos ve a todos, camina poco a poco hasta llegar a Lily.
-Eres la niña de la que Víctor nos contó, ya veo.-Después, se dirige a María.-Esta señora, eres la madre de esta niña.-Camino hasta Pablo.-Oh, eres el padre de esta niña.-De manera brutal es interrumpido, por el mismo Pablo.
-¿Quién eres? ¿Cómo sabes todo eso?-Pablo se exalto parecía desesperado.
-Está en sus caras, los tres tienen caras muy similares, las expresiones de impaciencia e hiperactividad en sus movimientos los delata.
Efectivamente, Pablo estaba zapateado el suelo con frenesí, al igual que María, cuando el viejo dijo eso los dos pararon.
-Acompáñenme, todos aquí ocupan de esta playa. Pero tu Víctor, tú, te quedas.
-¿Por qué? Quiero estar con ellos.-En la cara del viejo se formó, una expresión de seriedad.
-Esto lo tienen que hacer ellos. Tienen que creer para ver, esta playa es mágica-mientras decía esto una sonrisa malévola se hacía presente en su cara, entrecerrando sus ojos miro hacia la nada, donde se supone que esta la playa-se cumplirán todos sus sueños. Esta playa es capaz de manipular las ideas de las personas a un nivel instintivo.
-Basta de charla y llevemos a ese lugar.-Interrumpe María, ya desesperada.
-De acuerdo, pero deben estar seguros y estar más seguros-aquí es donde entra la parte difícil-si creen todo estará bien.
Me dejaron en la casa y caminaron detrás del viejo hasta un lugar que era tapado de arbustos, muchos arbustos.
-Normalmente la gente se ve influenciada por otras personas para poder encajar en un círculo social, sentirse protegido es un sentimiento muy aliviador, y sentirse rodeado de gente que te quiere, de la misma manera que sentirse protegido. Por nuestro pensamiento, pensamos que el amar o querer a un grupo de personas es más tranquilizador que no tener problemas. Por eso la gente se casa.-con una expresión seria, Juanito, ¿Solo eres un niño?-aprendí todo esto del viejo, por esa misma razón, cuando uno le platica sobre una playa donde se cumplen los sueños, la gente duda. Pues piensan que es imposible, desde que tienen memoria, al humano se le instruye para pensar de manera eficiente, cosa que no es saludable. Perdemos esa pasión por nosotros y aprendemos a dársela a alguien más-la cara con la que mira al suelo, era la misma cara, expresión, es la misma que tenían Luis y Lily, una sin sentimiento, vacía-aprendemos a vivir sin ser felices, a dar comodidades a demás personas más afortunadas que nosotros, no luchamos, no tenemos libertad. La gente que vive de lo que le gusta, esa gente no tiene felicidad, lamentablemente, nadie será feliz en este mundo. No importa cuánto te esfuerces, no serás feliz porque no harás lo que te gusta realmente, lo adaptaras a esta sociedad. Nunca conseguirás nada parecido a la felicidad, solo, conformidad.
-Me dices eso, pero no te entiendo, nada-que alguien me dé una explicación, porque entre más habla este niño me quedo con más dudas.
-Vas a ver un cambio realmente grande, en tus amigos.
Después de un rato de estar haciendo nada, especialmente Juanito, que se sentó en la misma dirección en la que el viejo se llevó a los demás.
-¿Sabes por qué, el viejo te llevó de vuelta a tu casa? Estoy seguro que te contó acerca de esta playa, es muy codiciada, por una razón. Es un posible destino turístico, pues parece ser que esta zona es especial, aparentemente, es la única zona en el mundo que no se sabe porque-baja el tono de su voz, como si, no quisiera que lo escucharan- tiene capacidades extraor, extraordina… ¡Extraordinarias!-pero que extraño, justo hace unos minutos hablaba sin detenerse, sin parar y realmente me quede helado, como siempre no se ni que decir-el punto es, que, por lo que me conto el viejo, una persona peligrosa cree que le ayudaría a su hija que está-vuelve a bajar el tono de su voz-enferma, pero el gobierno quiere esconderla, pues es única.
Mientras me compartía esta información tan valiosa, reflexioné, que tan buena idea fue traer a todos, no sé, no estoy escuchando a Juanito, no, ¿Por qué rayos los traje? Si es tan peligroso, si es tan riesgoso…
Seguíamos dentro de la casa, cuando escuchamos un carro se detuvo enfrente de la casa. Normalmente, uno escucha casi todos los ruidos del alrededor, ya que es una casa muy pequeña y estamos en medio de la nada, podemos escuchar y estar siempre alerta de todas las cosas también es una tarea que el viejo nos encargó.
Nos detuvimos de lo que estábamos haciendo para correr frenéticamente y directo a la puerta, para darnos cuenta que, de una camioneta, sale un hombre vestido de lo más formal posible, dando un contraste de lo más curioso al paisaje que estoy acostumbrado al ver fuera de la casa.
-Muchachos, ¿Se encuentra el viejo?-Pregunta el viejo.
-No, se fue-Le responde Juanito, un poco alterado.
-Oh, qué mal, supongo que tengo que ir por mi cuenta.
-No puede ir, usted sabe que está prohibido pasar sin el viejo-Al ver la cara del señor, esta idea no le agrado demasiado.
-¡Al diablo con eso! Qué más da que este o no este. El camino es el mismo, no me importa que este solo quiero ir a ver…-Su mirada tuvo un pequeño arranque, pero después de unos momentos se relajó- solo quiero ver la playa.
Se ve que la playa tiene su fama, aunque hay reglas que no sé. ¿Para qué necesitaran al viejo?
Después de todo, el señor se desesperó y arremetió contra las reglas, pasando por un lado de nosotros y yendo directamente al lugar que el viejo llevó a Lily y a los demás. Me espanté por unos segundos, por alguna razón hay reglas que no tienen que ser ignoradas, como, “No presiones el botón rojo” y más en este caso, que se trata de una playa especial.
Desapareció de nuestra vista, después de un rato, me di cuenta que Juanito se comportaba raro, no me atreví a preguntarle, que tenía, su mirada estaba vacía, divagando, atormentándose y mordiéndose las uñas, con una voz débil, me pregunta.
-¿Crees que venga pronto? El viejo, está ahí.
No tuve respuesta, no sé cómo reaccionar, fácilmente, estuvimos esperando una media hora. La media hora. El pobre de Juanito no se calmó con nada, no pudo, la presión que soportaba en este momento, para un niño es demasiada, es un niño muy inteligente que es demasiado consiente de lo que este señor hizo, cosa que no puedo compartir con él, no sé porque esta tan inestable.
Cuando el viejo llegó, Juanito, se encontraba en muy mal estado, ojos muertos, pálido, su hermoso pelo castaño, todo el color de su cuerpo desapareció. Estaba espantado, ¿Qué tanto daño puede hacer que alguien se meta a una propiedad privada, sin autorización?
-¡Oh! Juanito, ¿Qué te paso?-la seriedad con la que caminaba hacia nosotros cambio drásticamente al ver al pobre de Juanito-No te tienes porque preocupar, solo ignoró las reglas, pasa todo el tiempo, de todos modos no hay de qué preocuparse.-Se vio como un padre, que tratando de calmar a su hijo en lágrimas, suavizó su voz lo más que pudo, se denota, de igual manera la preocupación de Lily y sus padres también como los míos.
-¿Qué le pasa?, hay que llamar una ambulancia-mientras que mi padre decía esto, el viejo cargo a Juanito y lo llevo dentro de su casa-señor, nadie sabe qué le pasa, lo más sensato es llamar a una ambulancia.
-Ustedes no tienen ni la menor idea de que es lo que pasa, yo sí, comencemos tranquilizándonos.-Entonces el viejo lo llevo a la casa, se giró y me grito-¡Qué esperas! Vamos dentro.-Una vez dentro el viejo me ordenó que fuera por una hojas que estaban en un cofrecito en la mesa donde estaba con Juanito, mientras el, llevó a Juanito a una cama, le di las hojas, rápidamente las gestionó, de manera rápida y eficaz separándolas todas por unas categorías que no comprendo, puso en un tazón una de cada, guardando las demás en un cofrecito, las trituró con su pulgar, se las metió a la boca, triturándolas más, para después escupirlas al mismo tazón, con un resultado de una especie de mezcla verdosa, acto seguido coloca esa masa en el pecho del pequeño.-De pequeño me picó un alacrán, esta masa fue lo que me hicieron tomar, al día siguiente no sentía nada, esta masa es milagrosa, es capaz de curar todo mal en este mundo, de la manera en que la aplico, Juanito se despertara en cualquier momento, totalmente recuperado, me alteré al ver como se encontraba, es una parte esencial para la familia. ¿Sabes de donde vienen estas plantas? ¡De esta mágica playa! Es única.
¿Qué tendrá esa playa de mágica? No le veo nada de mágico, pero, solo haya una posibilidad de que estemos posiblemente, en una superficie de la tierra donde la naturaleza no se comporte con normalidad… Solo así es la única manera de explicar la situación del hombre extraño que salió de tras de todos los demás, no solo será especial sino… Mágica.
-¿Qué tiene de especial?-Estoy sudando, estoy nervioso-Quiero saberlo todo.
-Te lo diré todo, espero estés listo. Nadie sabe porque esta playa y sus alrededores son tan mágicos, pero, las mafias descubrieron que sus tierras dan frutos perfectos, excepcionales, la gente vino y cultivando, arrasaron con todo lo que era antes, cuando yo llegué, ya estaba en este estado, pero no habían descubierto la playa, esta tiene una plantas capaces de sanar todo malestar. Es por eso, que el sujeto de antes se desesperó, fue a buscar un poco de esas plantas. Esta playa, apenas vamos comenzando y te ves sorprendido-suelta una carcajada-suelta un aroma que te hace viajar, entras en un trance que te alivia y despoja de todo estrés que estés cargando en ese momento, se dice que es capaz de quitarte hasta los años, te hace liberar tu lado más humano, por la manera en que te libera, te hace querer más estar ahí. Por esa razón, unas personas organizaron grupos pequeños para protegerla, para mantenerla en secreto, esto, trabajamos en secreto de una manera especial, aunque es verdad que nunca podremos mantenerla en secreto, el gobierno planea hacerla una zona ultra protegida que nunca nadie jamás podrá explotarla-el viejo se detuvo, poniendo una gran sonrisa nerviosa-solo falta poco para que esta acción se ponga en marcha y todo podremos hacer de esta playa un destino mágico. Aunque preferiría que se escondiera lo máximo posible, ya sabes, no hace falta que la gente venga.
-¿De qué estás hablando? ¿Por qué no quisieras que la gente se entera de esto? La gente con problemas, posiblemente la mayoría de los problemas se resolverían de toda la gente.
-¡No comprendes nada! No, si lo comprendes, pero no eres consciente de todos los problemas que esto causaría, el humano, es una especie que no es capaz de sobrevivir en un estado de soledad, por más que se han dado casos de gente sobreviviendo en la naturaleza, no cualquiera puede hacerlo, no somos como los tigres, no somos como las anacondas, no somos como un tiburón, no, pero somos la especie dominante de este planeta, ¿Por qué? Somos la especie más codiciosa, sentimientos como los tuyos, querer darle a los demás una resolución completa a sus problemas, es la razón por la que mandamos en este mundo porque unos genios aportaron algo que nos facilita el vivir, pero que, abarca también consecuencias, tienes que entender, que la gente va a querer estar más tiempo en esta playa, va a desear sus plantas, su vista, todo de ella va a ser absorbido por los demás, por eso mismo está prohibido entrar sin mi consentimiento. Esta playa no es mágica, tiene una explicación este fenómeno, como muchos otros en este planeta, así, no esperes que vaya a durar toda la vida si la intentamos explotar, es, posiblemente la única en este planeta. No seas iluso.
Realmente no puedo debatir muchas cosas de las que dijo, pero, ¡No entiendo porque la gente se comporta así!, ese señor que dejó así Juanito, no ha vuelto, pero se le veía desesperado, un deseo por estar en esa playa, algo así ya no es normal, es una adicción, esta playa.
-Sabes demasiado, pero eres parte de la familia, debería de saber más, pero es demasiado pronto, te voy a dar algo especial.
En eso el viejo va por las plantas que había guardado, y extiende una mano hacia mí.
-Inhala esta planta.
-¿Qué?
-Inhala, que esperas-Ya no sé qué postura tomar al respecto. Pero que la suerte este conmigo. Agarre la planta y estuve inhalándola, hasta que el viejo me dijo que me detuviera.-Sal de aquí, si estuviera Juanito despierto él te podría haber llevado. Quiero que vayas a la playa.
Asentí con la cabeza y me fui directo a la puerta, cuando la abrí vi a todos los demás, incluyendo al tipo que arremetió contra las reglas, todos tenían la misma pregunta plasmada en su cara. Les conteste, Juanito confió en que estará bien, entonces me aventuro en mi misión de visitar la playa, yo solo.
-¿A dónde crees que iras?-Era obvio esperar una reacción así de mis padres.
-Voy a la playa-en eso sale el viejo y hace que se acerquen a él, mi momento para escapar, y como una presa que está siendo meticulosamente analizada, por una temible bestia, pero encuentra la oportunidad de salir con el rabo en las manos, salgo corriendo lo más sigilosamente posible, me asalta la adrenalina, el corazón se me detiene, esta es la primera vez que hago algo así, que mal se siente, me da miedo, pensándolo bien, esta es la segunda vez que hago algo así, por Lily y ahora por la playa, desobedecer una orden como no abandonar tú circulo de confort, es algo que me repugna, porque, al único que sale afectado soy yo. Una vez me encontré con mi destino, por alguna razón, a pesar de que ya me trajeron a este lugar está muy bien escondido, es una pequeña y muy reducida de la costa, la mayoría de esta parte del este, no hay playas, las montañas son las que finalizan el territorio terrestre para dar la bienvenida al marino. Está playa, rodeada de altos e intimidantes cerros, frondosos y espesos bosques, pero algo no encaja, ¿Cómo es que el rio es tan abundante y cristalino, si la tierra de su alrededor es seca e infértil? Al igual que estos cerros, ¿Cómo hay tantos arboles si justo detrás de estos conjuntos hay soledad y desesperanza?
Las plantas, el agua, el aire y la vibra que se siente aquí es totalmente diferente a la de unos metros atrás. Me gustaría quedarme aquí, para siempre, la transpiración con la que cargo por correr es incluso, de alguna manera satisfactoria, rejuvenecedora. Siento que me hace falta algo, algo que no puedo obtener mediante esta playa, ¿Qué será realmente lo que me hace falta? Ya que estoy en la playa. Me dedique a explorar todos los rincones de este territorio, encontré cosas bastante curiosas, plantas y animalitos bastante pacíficos, en la orilla del mar te puedes dar cuenta de que una capa increíblemente densa de pequeños pescados están nadando, no voy a desperdiciar esta oportunidad, me desvestí, dejándome solo en ropa interior, me adentre hacia el mar, justo donde sospeche estaría la magia de verdad, que cosa más rara, justo donde imagine que estaría toda la acción.
Probé con todo tipo de pruebas, me sumergí, nade, me puse a flotar, tome del mar, agua salada común y corriente. Un dolor empieza a recorrer toda mi columna obligándome a salir del agua, en una condición deplorable es en la que me encuentro, me pongo a dormir, en la propia arena, como un bebe, justamente fue en ese momento, donde, de alguna manera logre reconciliarme conmigo mismo, ¿Por qué estoy aquí? ¿Es esto lo que realmente busco? Recuerda, ¿Para qué vine aquí?
Que relajante, que suave, que dulce, siento que estoy en un paraíso, las nubes son tan blancas, pero los rayos del sol no me causan molestia en los ojos, son hasta agradables, no hay palabras para describir lo magníficamente cómodo que me siento, no, no vale la pena pensar cosas complicadas, si vine aquí, si tuve que sacrificar algo de mí, eso ya no me importa en lo absoluto, porque estoy en un lugar que se siento que es donde debería de estar.
Mi suerte es pésima, pues cuando buco distraerme de estas cosas tan complicadas buscando en las nubes un parentesco con otro objeto, se juntan toditas en coro, para recitar una canción de tristeza y frialdad que me envuelve en un frio que estremece todos los músculos de mi cuerpo, pero estoy decidido a no moverme, no importa lo que pase, seré la primera estatua viviente en este planeta, esta tierra es tan acogedora, no pienso moverme aunque el frio me está matando, grandes ráfagas de viento con una llovizna no tan llovizna me pegan en mi cuerpo indefenso, o eso es lo que siento, solo esperaré unas horas para que cese esta lluvia. Por cierto eso me recuerda que la odio la lluvia, ¡Maldición! Pero, que si no me quiero mover, solo dios podrá romper mi determinación
Lo sabía, ahora mismo me están cargando, una manta muy cómoda, me está moviendo, constantemente de un lado a otro pero muy suave y muy cuidadosamente, como si se tratase de una de una cinta transportadora, pero sin ser tan brusca, siento que estoy debajo del agua, que extraño, no puedo respirar, no es normal, porque estaría debajo del agua si estoy en la arena, pero eso me recuerda la vez que tuve ese sueño extraño donde veía a Lily y a Luis en la lejanía, quería alcanzarlos, pero estaba en una situación muy parecida, no me puedo mover, se siente como si me estuviera ahogando y quiero irme lejos de aquí, pero, sencillamente no me puedo mover, solo faltara que Lily apareciese y ya con eso sería suficiente pare creerme que estoy en un sueño.
Pues puedo apreciar una figura muy parecida a la de una persona que está corriendo, eso quiere decir que estoy en un clase de sueño y que esa persona es solo una ilusión, que por cierto, en mi sueño yo no me podía mover, además de que no sentía ninguna temperatura en especial, cosa que ahora siento un frio asesino, ¿Cómo rayos termine de esta manera? No pienses en cosas complicadas en este momento, ocupo salir de aquí, pero no me puedo mover, supongo que esta es lo que quería quedarme en una zona de confort, donde nada malo pasara, pero, como a cabo de comprobar, eso es imposible, incluso en mi lugar más seguro del planeta, puedo morir.
Me desperté en la cama, donde recuerdo Juanito, se había quedado dormido, escucho unos ruidos bastante intensos provenientes de la puerta, pero sigo muy cansado para poder escuchar tan siquiera, palabras de lo que dicen, veo una silueta abrir la puerta de la habitación dejando pasar grandes cantidades de luz dentro de esta oscura habitación, por el juego de iluminación me percato de que es Lily quien entra.
-Te encuentras mejor, estás despierto.
-Sí, pero aún me siento fatal-No tengo ni la menor idea de lo que me paso o en qué situación me encontraba- ¿Me puedes explicar qué me paso?
-Pues que quedaste dormido en la playa, paso una pequeña tormenta, que aumento la marea, hundiéndote y siendo arrastrado por las fuertes corrientes del mar, menos mal que te encontré antes de que fueras uno con el mar-Deja escapar ese mal futuro que ciertamente, hubiese sido cierto si ella no estuviera ahí, aunque yo no recuerde como ahora estoy aquí- Tragaste demasiada agua, tus pulmones están triturados como varias partes de tu fueron golpeadas, los golpes los sentirás mañana, además de que te convulsionaste. Es normal que hayas quedado K.O. y no recuerdes nada.
-Pero, creo que fue mi culpa, no haberme levantando, pues como lo describes, sentí lo mismo, pero en diferente contexto, en uno más, ameno.
-¿Ameno? Explícate.- Está tranquila.
-Bueno, creo que no te daré una explicación correcta, falta que la encuentre yo. Pero, te puedo decir que si estuvieras en mi lugar, te sentirías igual que yo.
-¿Cómo rayos te sientes? ¿Cómo es posible que estuvieras en una situación tan triste como para dejarte ahogar?-Empieza a tener una cara de enojo, apuesto que es por la incertidumbre que genera mi explicación- Tus padres están furiosos con ese viejo y contigo también, tendrás que buscar una mejor explicación de lo que paso.
Justo de eso, fuimos directo a fuera de la casa, donde se encontraban mis padres.
-Víctor, nos vamos de este lugar.-Con una voz insoluble a los pesares y ruegos me ordena mi padre.
-No, no hay manera de que los abandone, esta gente, los necesito.
-Hijo, mira lo que la orden de un viejo loco te causo, definitivamente es hora de partir.-Mi madre con una voz que nunca he escuchado, suave como ninguna, pero encuentro mandamiento en su voz.
-No.
-Adelante, vete-el viejo me dice lo más bajo posible como si se lamentara de algo-pero vuelve cuando seas lo suficientemente fuerte.
Desde ahí todo se derrumbó para mí, no he tenido muchos sueños, son un tanto aburridos, pero ese era mi única meta que vale la pena seguir, descubrir que rayos pasa en esta playa, porque me sentía así de bien, que lo causo, desde ahora mi meta es una.
Descubrir cómo funciona esta playa y protegerla de todo mal que este rondando alrededor de ella, definitivamente descubriré todo sin excepción, no habrá quien me lo impida.
Nos subimos al coche y nos fuimos sin decir adiós, pero en nuestros corazones, el viejo, Juanito y yo estábamos entrelazados por algo más fuerte que la sangre y genes, por la pasión y el amor verdadero, por determinar y proteger todo de esta playa, es una determinación que es más especial que las ideas que tenemos cada uno, o los rasgos, esta playa nos metió, en un paraíso de incertidumbre que nos hace revolcar de dudas, pero entre más nos rascamos las incógnita para matar las mentiras, más fuertes son los sentimientos encontrados que los tres tenemos por esta playa.
Pero se siento que no solo somos nosotros.

Texto agregado el 21-07-2017, y leído por 57 visitantes. (0 votos)


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