| Era la noche mas triste de todas, su corazón herido y aún agonizante palpitaba a un ritmo desolador.
 Quién entonces podría calmar esta agonía? -Él se preguntaba a si mismo-
 
 Su gran amor le ha dejado, sus grandes deseos se han vuelto grandes amarguras.
 
 Recuerda aquellos días de pasión y aquellos hermosos momentos, en los que ella, la mas hermosa de todas, única como la luna y brillante como el sol, calmaba su alma y reconfortaba su aliento.
 Sale entonces a fumar un cigarrillo bajo la pasión noctámbula, caminando sin rumbo fijo, solamente caminando.
 
 En este, su viaje, se encuentra nuevamente con ella, Tapiria...
 Se acerca a su amor perdido, con la diminuta esperanza de llegar a buen puerto en esta situación tan lamentable. Ella no lo ve venir, está absorta en el infinito del cielo, contando las estrellas y pensando tal vez en él.
 
 Se le acerca por detrás, de la forma mas sigilosa que conoce, hasta que le da una palmadita en el hombro, sus ojos comienzan a lagrimear.
 
 -Tapiria mi amor, dime, qué nos ha pasado?
 
 -La verdad es que no estoy segura de esto Mhmejtfmoekmeio (sonido de tapir) Bob...
 
 -Yo si lo estoy, te amo con todo, nunca he amado así a una mujer mitad tapir!
 
 -Pero tu comprendes, nuestros padres no lo consideran correcto,
 sabes que nuestras especies son muy Memtjgj distintas.
 -No tanto, nos amamos y eso tanto tapires como personas lo
 comprendemos.
 
 -Bob...
 
 -Tapiria...
 
 -Memgoajngja Bésame!
 
 Después de esto, ese amor imposible se consumó de una manera muy extraña, no tengo palabras para describir el sexo para los tapires...
 |