TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Marthalicia / HISTORIA DE UN DERRUMBE

[C:582066]

No fue el tiempo el que nos llevó la risa, la alegría, las voces, por las ventanas siempre demasiado pequeñas.. .
–Yo quiero que sean más grandes, quiero que entre el sol.
–¿Para qué? Si uno quiere sol, sale de la casa.
–Quiero que el sol entre en la casa.
–Entra por la ventana.

Entra, sí, como un hilito de calor y se enfrenta con grandes masas de humedad, trata de jugar pero ella no quiere; se resiste y no quiere saber nada de esas cosas de chicos como andar correteando por la casa cuando es necesario producir moho. Algo que se hace con paciencia y a una determinada hora del día. Es fundamental lograr un verde que tenga el tono verde-moho y que no se confunda con el verde de la esperanza o ...el del pasto , o ... el de tus ojos.
No fue el tiempo, no. Eso lo sabían los relojes activos y pasivos, uno al lado del otro, atónitos en su silencio, comprobando que no sólo ellos eran objeto de adorno en el proyecto inexistente de la convivencia.También yo me fui olvidando del tiempo, del polvo sobre los libros, de responder al “hasta luego” desganado que abandonábamos mecánicamente –como lo hace el mar- a cualquier hora del día, al lado de la puerta o un poco más allá, como una almeja muerta.
Como una forma de restaurar la relación –porque pensaba que había algo para restaurar- comencé a dejarte mensajes en la pared, al costado de la cama. Eran mensajes con doble intención. Te decían o informaban sobre cosas de la vida diaria, pero también intentaban fortalecer las debilitadas hebras de nuestra relación...
Y, vos me contestabas, diciendo que me amabas... pero que no podías seguir el ritmo alocado en el que yo me había inciado; en esa loca maratón de oficina, trabajo, estudio y cansancio... Yo me hice la ciega, la sorda y me zambullí en el tormentoso silencio de los solos. Cerré puertas bajo llaves, encendí a mi alrededor los ruidos diurnos y nocturnos. Me enmascaré el alma detrás de los oficios. Levanté paredes de cemento y no me dí cuenta que ante tanta rigidez las grietas se harían presentes.
Las grietas carcomen las historias. Siempre son esa parte con origen desconocido, huérfanas de hacedores responsables. Las grietas se acomodan en los lechos del silencio y crecen también silenciosamente. Un día, un día cualquiera, un día de esos, de despertar claro y transparente, te preguntás - como lo hacés ante el descubrimiento de un nuevo hormiguero: ¿y ésto de dónde salió? En qué momento apareció que yo recién lo veo, lo siento, lo palpo y no lo entiendo...
Inútil preguntar porque la aparición de las grietas son temporales. Y el tiempo no se ve; sólo lo vivimos como lo vivía Zenón detrás de la tortuga que nunca alcanzaba.

Texto agregado el 20-09-2017, y leído por 148 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
27-09-2017 Saber quien tiene la verdad pareciera ser la búsqueda de este relato, encontrar un punto central antes de las fisuras antes del quiebre. Un excelente relato desgranando el alma humana, me gustó. Saludos desde Iquique Chile vejete_rockero-48
21-09-2017 Siii...antes de un derrumbe, suelen aparecer grietas. ***** grilo
21-09-2017 Hola Marta amiga he vuelto. De a poco. Retomando el oficio de lector. Tu relato es una experiencia de vida que nos invita a la reflexión . Se que tenemos muchas cosas en común. Y me pasa con tu narrativa que es como si fuera a estar dentro de tus letras. Saludos 😊 Deojota51
21-09-2017 Es perfecto. A veces me parece ser yo misma quien escribe esto. Te abrazo con mucha afinidad! MujerDiosa
21-09-2017 Leerte no es fácil.. una se queda rumiando tus frases para entender el laberinto de tus pensamientos. Un abrazo, sheisan
Ver todos los comentarios...
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]