| Taller: transformar una poesía de autor conocido en soneto.
 Amor
 
 No, no has muerto, no.
 Renaces,
 con las rosas en cada primavera.
 Como la vida, tienes
 tus hojas secas; tienes tu nieve, como
 la vida...
 Mas tu tierra,
 amor, está sembrada
 de profundas promesas,
 que han de cumplirse aún en el mismo
 olvido.
 ¡En vano es que no quieras!
 La brisa dulce torna, un día, al alma;
 una noche de estrellas,
 bajas, amor, a los sentidos,
 casto como la vez primera.
 ¡Pues eres puro, eres
 eterno! A tu presencia,
 vuelven por el azul, en blanco bando,
 blancas palomas que creíamos muertas...
 Abres la sola flor con nuevas hojas...
 Doras la inmortal luz con lenguas nuevas...
 ¡Eres eterno, amor,
 como la primavera!
 
 Juan Ramón Jiménez
 
 
 
 Amor
 
 No, no estás muerto, amor, siempre renaces
 con las rosas en cada primavera,
 pues eres vida eterna, y sin disfraces
 regresas, como aquella vez primera.
 
 Porque tu tierra, amor, está sembrada
 de profundas promesas, y aunque olvides,
 un día con la brisa enamorada,
 bajas a los sentidos y reincides.
 
 Buscando tu pureza, las palomas
 que ayer creímos muertas y vencidas,
 vuelven por el azul de tu presencia.
 
 Abres la sola flor cuando te asomas,
 y doras con tus lenguas renacidas,
 la luz siempre inmortal de la inocencia.
 
 
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