Soy la hija maldita
De una sociedad maldita.
Soy la cobardía pura
Instaurada, impregnada
En la debilidad del
Hombre.

Soy certeza en alfabeto
Verbo en presencia
Ausencia, carencia
Y malestar...

Soy la valentía de la esperanza
Que vigilante y perpetua
Es lentamente carcomida por
Pestilentes antojos moralistas;
Pisoteada por su existir,
Lamentablemente enmarañada
Con la vida en verso.

Soy y somos y somos
La asquerosidad
La escoria
La putrefacción
Vacilante
De la ciudad pura y toxica.

Un grito de auxilio en medio de
La carencia del hombre
De la moral
Y sus buenas costumbres
De los deseos
De lo penetrable.

Hasta que mis ojos no vean
La pureza de la mierda
Ante mí, mirándome
Y de rodillas
Suplicando extinción,
Las palomas comerán carne
Y las cucarachas comerán hombres
De papel
Que os lleva el viento.