Por estos días, suelta mis manos
aléjate un poco de mis bordes afilados,
de mi tristeza perniciosa,
de mi soledad atávica.

Ponte a salvo
refúgiate en tu propia entereza
déjame naufragar sin miedo,
no he de ahogarme
mas que dos o tres veces.
Lo prometo.

Envuélvete en tu propia voz
canta una canción que no me nombre
refúgiate en tu sombra o en tu dios
en los ecos que tu risa va dejando
olvídame por un rato.

Volveré renovado
un poco mas envejecido
pero no derrotado.
Traeré de vuelta mis cartas de marear...
brújula ...sextante,
para tí alguna caracola
de antiguos, olvidados mares.

No me niegues tus ojos,
acércate y devuélveme
tus manos. Fueron ellas
las que me guiaron,
y me trajeron de vuelta.








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