| Este cuento lo escribí para participar en un reto interno de la página, con un poco de humor y sazón poética. Obtuvo 8 puntos :) 
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 En un pueblito muy lejano a la ciudad vivía una hermosa familia de ratones juguetones: mamá ratona muy grande y caderona, papá ratón muy bueno y juguetón, la ratoncita mayor de ojos encantadores y el pequeño ratón muy guapo y cachetón.
 
 La vida en la madriguera era de lo más tranquila para los hermanos ratoncitos, Yarita cantaba cada mañana y repasaba su lección. Isaac aprendía a caminar para a su padre a la fábrica poder acompañar. El señor ratón muy amoroso antes de ir al trabajo siempre un mensaje sabía dar:
 
 "Yarita cuida a tu hermano cachetón, él cree que es grande y puede acompañarme a la ciudad"
 
 La ratona muy inquieta solo se dedicaba a cantar, le gustaba la poesía y a su padre quería impresionar:
 
 ¿Acaso el ratón nos quiere chantajear?
 Se cree ya mayor que quiere trabajar
 No puedes caminar y te quieres marchar
 Si quieres laborar corbata haz de usar
 
 «¿Corbata he de usar?» se repetía el pequeño ratón sin cesar.
 
 A mamá ratona el pequeño no dejaba de torturar para una corbata pronto usar.
 Pasaron así los días y el ratón empezó a caminar, se caía y levantaba pues del suelo no había de pasar.
 Comía y dormía y al cielo pedía poder ya trabajar y a su padre preguntaba el día de poderlo acompañar.
 
 –A la fábrica de quesos aún no puedes entrar, estás muy pequeño y apenas sabes andar –lo oía replicar...
 
 –Estoy creciendo mucho lo puedes tú mirar, en dos semanas cumpliré un año y te quiero decir que una corbata quiero usar. Ayúdame mamá y dile a papá que ya soy mayor y quiero trabajar.
 
 Pasaron dos semanas y su madre presintió que el ratón parecía olvidar aquella idea de ir a trabajar pues muchas sorpresas y regalos debían abrir en navidad.
 
 Mamá ratona una gran sorpresa le daría a su adorado ratoncito para que olvidara la idea de ir a trabajar.
 
 Yarita por su parte no paraba de cantar, mamá ratona hacía un pastel para al pequeño ratón en la noche buena sorprender. Llegó papá ratón después de trabajar, un beso a los tres les dio con amor.
 
 En el centro de la mesa: un pastel de naranja, galletas de coco y soda para brindar. Sopló la velita el pequeño ratón después de recitar la canción y algunos villancicos de paso, pues a más de noche buena su cumpleaños debían celebrar, él juicioso y bien portado para a sus padres admirar y resaltar lo grande que aparentaba.
 
 –Pequeño ratón es hora de pedir tu deseo, soplando la velita verás hacerlo realidad –replicó la pequeña ratona juguetona.
 
 –Ya sé qué pedir papi y mami, yo quiero trabajar.
 
 De pronto todos reían, Yarita cantaba y mamá bailaba con papá.
 
 Isaac abrió su regalo y chilló sin parar, una pequeña corbata azul.
 
 –Ya tengo mi corbata ya puedo trabajar, ahora a comer mucho para pronto engordar.
 
 Se acercaron a la ventana para ver caer la nieve blanca, dando paso a esa divertida navidad.
 
 Era tiempo de festejar con chocolate caliente y un panetón azucarado, por una próspera navidad 2018 y un venturoso año anhelado.
 
 Al día siguiente, papá ratón una sorpresa les iba a comunicar, pues la familia de una integración en la fábrica debían participar por la merecida navidad.
 
 Les dijo a sus ratoncitos que verían la fábrica de blancos quesos y si a ellos les gustaba, a eso se podían dedicar.
 
 El pequeño ratón aquella navidad bailó con mucha emoción pues ese día su sueño se hizo realidad: Ir a la fábrica usando con orgullo una corbata azul que siempre amaría y cuidaría por el resto de sus días.
 
 
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 Hola a amigos cuenteros, gracias por leerme. Me divertí mucho con  este pequeño cuento con rima.
 Dedicado a mis ratoncitos: Yarita e Isaac. Ella tiene cuatro años y le gusta cantar y él tiene un año y no quiere caminar.
 
 
 
 
 
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