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En una noche de Enero…
En una tibia noche de Enero, Carla luego de haberlo pensado mucho, se fue de su casa para no volver jamás.
No se despidió de nadie, ni de sus padres ni de sus hermanos, no era necesario, tal vez ni siquiera se dieran cuenta de que no estaba.
A sus veinte años era una mujer hecha y derecha, estaba estudiando y trabajaba en un estudio contable.
Una amiga le alquiló una habitación en su casa y allí por lo menos podría estar tranquila, sus padres nunca fueron un modelo a seguir, su madre no tenía carácter y su padre además de borracho le hacía la vida imposible pidiéndole dinero y hasta levantándole la mano si no se lo daba, sus hermanos mayores que ella, unos vagos que seguían los pasos de su padre en fin que fuera de esa casa podría seguir su vida de una mejor manera.
Su amiga, una compañera de facultad era una buena persona, vivía sola porque sus padres eran del interior y al alquilarle la habitación, se sentiría menos sola, extrañaba a su familia, todo lo contrario de Carla.
Las muchachas solían estudiar juntas y se hicieron más amigas que nunca, Beatriz trabajaba en un taller de costura por la tarde, la facultad era de mañana y los fines de semana solían ir a Canelones a pasarlo con los padres de ella.
Al fin llegó el día en que las muchachas, luego de algunos años, se recibieron, los padres de Beatriz estaban presentes y muy orgullosos de su hija mientras que los de Carla ni siquiera sabían de los logros de ella porque aunque alguna vez llamó a su madre, fue tal la indiferencia que optó por olvidarlos.
Comenzaba una nueva etapa en la vida de las muchachas, con ilusión, con alegría y optimismo, Carla estaba de novia con Guillermo un médico recién recibido pero aún no podían casarse, el sueldo de los dos era poco y vivir juntos no era posible por tal motivo tenían que esperar un tiempo para el casamiento mientras que Beatriz había conseguido un mejor empleo y tenía planes para volver a Canelones ya que su trabajo no era muy lejos del lugar.
Todo pasó tan de repente que nadie pudo prever lo que sucedería, cierta noche, al volver del trabajo, Carla no pudo abrir la puerta del apartamento, parecía que la llave no era la suya aunque estaba segura de que sí, lo era.
Tocó timbre pensando que quizá Beatriz estuviera en casa pero fue inútil, nadie se encontraba allí entonces la llamó al celular pero, cosa curiosa, sentía cómo sonaba y nadie contestaba, además lo sentía dentro del apartamento. Muy nerviosa llamó a su novio para que la ayudara a encontrar la manera de entrar, no pensaba quedarse afuera toda la noche.
Con ayuda de Guillermo, Carla logra abrir la puerta con la llave de una vecina ya que esas llaves son casi todas iguales.
Al entrar el horror se dibujó en el rostro de los muchachos, Beatriz se encontraba en el piso sobre un charco de sangre, de inmediato y antes de llamar a la policía, verificaron si la chica estaba viva. Guillermo como médico lo supo enseguida la muchacha había sido atacada y había muero debido a dos balazos en el estómago.
Al llegar la policía tuvieron que contestar muchas preguntas, Carla no podía parar de llorar, era imposible que eso le estuviera pasando, Beatriz era una muchacha a la que todos querían, ¿Cómo alguien pudo hacerle eso? En el apartamento no había nada de valor, ellas no tenían ni dinero ni joyas y ahora con las tarjetas de débito difícilmente tuvieran efectivo en la casa.
Carla tuvo que dejar el apartamento hasta que la policía cerrara el caso y mientras tanto se fue a vivir con una tía que aunque hacía mucho tiempo no veía, la acogió en su casa.
La vida había cambiado en un abrir y cerrar de ojos, ya nada era igual, sentía mucho miedo y no llegaba sola a la casa, Guillermo la acompañaba todas las noches, el muchacho vivía aún con sus padres y no tenían lugar suficiente para llevársela con él.
Mientras tanto la policía buscaba posibles huellas y algún indicio de algo que les permitiera saber quién había matado a la joven.
Por supuesto que Carla había sido descartada, ella tenía una coartada para el momento del asesinato y lo mismo Guillermo entonces comenzaron a indagar en el vecindario y algo curioso surgió, Beatriz estaba saliendo con alguien a pesar de que Carla no lo supiera, una vecina le contó a la policía que un hombre la visitaba que los había visto juntos y que sólo venía cuando Carla no estaba.
Descubrir quién era ese hombre no era muy fácil y sin saber quién era no se sabría el motivo.
A Beatriz, luego de la autopsia el médico descubrió que se encontraba embarazada de tres meses, esto era completamente nuevo para Carla que no entendía el motivo por el cual nunca le contó nada su amiga.
Cierto día cuando aún estaba en casa de su tía, Carla le preguntó qué era de la vida de su familia si es que ella sabía algo de ellos a lo que la tía le respondió que muy poco sabía pero que había oído que su madre estaba muy contenta porque iba a ser abuela.
Carla lo supo, no había necesidad de buscar más, ahora se daba cuenta de todo, Beatriz debía estar saliendo con alguno de sus hermanos y sabiendo del genio de éstos, no dudaba ni un momento que la hubiera matado uno de ellos.
Se lo comentó a Guillermo y los dos fueron a la comisaría, hablaron con el comisario pero no tenían pruebas y no podían detener a alguien solo porque su hermana pensaba que podía ser alguno de los dos.
Carla decidió ir a la casa de sus padres pero no fue sola, no le dijo nada a Guillermo pero sí le pidió al comisario que la acompañara sin decir que era de la policía, éste se hizo pasar por el novio de ella y sin sospechar nada, fueron recibidos en la casa.
Su padre como siempre estaba borracho y sus hermanos no estaban entonces Carla habló con su madre y le preguntó qué era eso de que uno de sus hermanos iba a ser padre a lo que la mujer le contestó que ya no lo sería.
Sin preguntar el motivo por el cual ya no sería abuela, Carla se retiró de la casa junto al comisario quien mandó detener a los hermanos y huellas mediante descubrió que esas mismas huellas estaban en el apartamento de Beatriz pero que al no tener antecedentes, no estaban en el registro policial. Lo curioso era que las huellas encontradas no eran de uno solo, los dos hermanos habían estado en el apartamento.
Lo que el comisario no sabía era que los hermanos de Carla eran gemelos y que muchas veces uno se hacía pasar por el otro.
Detenidos los gemelos a la policía les fue difícil distinguirlos pero luego de un largo interrogatorio donde los hermanos estaban en lugares diferentes y haciéndole creer a cada uno que el otro había confesado y que lo culpaba, al fin pudieron saber que la muchacha se había enamorado de uno de ellos sin saber que tenía un hermano gemelo. Ella sabía que era hermano de Carla pero él le había pedido que no le contara nada porque sabía que su hermana se iba a oponer, lo que no le dijo era que ellos hacían todo compartido y que ella un día veía a uno y otro al otro, jamás supo de quién era el hijo que esperaba.
Los dos fueron encarcelados, uno por autor de los disparos y el otro por cómplice.
Carla tuvo que dejar el apartamento ya no podría vivir sabiendo que por culpa de ella, aunque no fuera culpable, su mejor amiga había muerto y unos amorosos padres lloraban la muerte de su hija debido a sus hermanos.
La vida continuó, Carla se casó con Guillermo y se fueron a vivir a otro país, no querían saber nada de su familia y poner distancia era lo mejor, tuvieron hijos y vivieron felices, al fin la vida les sonreía.
Omenia.


Texto agregado el 22-08-2018, y leído por 88 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
25-08-2018 muy buen cuento 5 estrellas, te mereces mas. maariadelapaz
22-08-2018 Impactante historia, con un prometedor final. ***** sensaciones
22-08-2018 Me encantó, me atrapaste con esta historia. Felicitaciones. Magda gmmagdalena
 
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