Ojalá ya no tuviera que recordarte con esa sonrisa cínica
y llevaras encima la sonrisa con que me enamoré.

Ojalá ya no resonara tu sarcasmo entre mis recuerdos
y tu voz hoy se oyera tan clara como las vertientes.

Ojalá ya tu universo no fuera un transitar entre pasadizos oscuros,
hayas abandonado la casa en ruinas y dejes entrar el aire y el sol.

Ojalá te hayas olvidado de aquello que te pesa y que te aferra a un mal andar
y tus pasos hoy sean ligeros y ya no dejen marcas en el alma.

Ojalá nunca haya sucedido todo aquello que sospecho
y te hayas arrepentido en el último momento.

Ojalá que si hayas hecho tanto mal hoy te gane el arrepentimiento,
para que nunca vuelvas a intentarlo y halles el perdón.

Ojalá que el yugo que somete tu voluntad haya perdido su influjo
y hoy seas tan libre como es que nos es posible serlo.

Ojalá que hayas dejado de desafiar y dar el golpe antes que seas tú quien lo reciba
y hoy logres entender que el acecho que justificas es sólo una ilusión.

Ojalá que la asfixia y el dolor que ha recorrido tus venas
hoy comience a ser aliento, aire puro y vida.

Ojalá todo haya valido la pena,
ojalá hoy te mires y veas otra tú,
el comienzo de un proceso que recién se inicia
y sino es así que comiences a verla.

Ojalá despiertes de tu pesadilla eterna,
como último intento abras los ojos,
te halles irreconocible, te eches en falta
y quieras traerte de vuelta.