Escena 1

La miseria trajo a esta joven de Honduras a España. Trabaja como empleada de hogar cuidando a un abuelete ciego y limpiando casas. Es madre soltera de tres hijos( Yo me pregunto cómo se puede ser madre soltera tres veces) a los que hace cuatro años que no ve. El pequeño casi no conoce a su mamá.
Hoy vive en Salamanca con un hombre que la maltrata.
Yo le aconsejo que se aleje de él y que en los pueblos la vida es más barata.
Me trata de usted y repite servil " a servir, señora". Me subleva tanto servilismo.
Veo una oferta de trabajo allá en el Valle. Le mando el enlace por si le interesa.
No vuelve a dar señales. Es difícil salir de la miseria.

Escena 2

Llevan nueve años escolarizados y casi no saben leer y escribir.
Sin que se den cuenta, abro la ventana antes de que lleguen al aula pues huelen mal. Mucha falta de higiene.
Les insto a trabajar duro para que salgan de ese estado miserable pero casi no tienen voluntad ni ganas de esforzarse.
Si no logro convencerlos, me digo que son carne de cañón.
Algunos viven en un colegio por no poder sus familias hacerse cargo de ellos.
Les premio con un caramelo si hacen las tareas y se tiran a él como lobos.
Son ocho: dos marroquíes y seis españoles.
En el primer mundo también hay miseria.