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Ignacio nació en una humilde vivienda, fruto de la unión de Doña Juana y Don Tomas.
Ellos habían venido del Chaco, donde Tomas labraba la tierra, y vivía en una choza, de tres paredes, porque las condiciones climatológicas así lo condenaban. Hacía mucho calor.
Doña Juana había dejado un pasado atrás, que quedaría escondido durante muchos años.
En condiciones más favorables, en una casa de material, ladrillos y loza, engendraron a Ignacio y once años después a Graciela.
Este fue bendecido con una educación privilegiada.
Los dos lo querían así.
Ellos trabajaban en un taller de costura, en su casa hasta que hubo una debacle económica y dejaron de hacerlo, no sin antes recibir demandas por indemnizaciones y salarios caídos de todas sus empleadas, que viendo mermados sus recursos, no tuvieron otra opción que demandar a sus empleadores, por indicación de los abogados laborales.
Este conflicto de intereses, sucede en todas las clases sociales: estrategias de supervivencia.
Ignacio terminó sus estudios de Técnico Aeronáutico con mención de honor. Y quería seguir estudiando, pero la situación económica de Tomas y Doña Juana empeoro, así que se conchabo a trabajar duro y parejo.
No hay oficio que no haya desempeñado. pizzero, o gastrónomo, según se lo mire y observe. Colocador de cocinas y artefactos de gas ya que su matrícula de gasista lo habilitaba a tales efectos.
Ignacio y Doña Juanita visitaban asiduamente al Elba, y Jacinto, por los cuales Doña Juanita tenía un singular aprecio, diríamos cariño. Ellos estaban alojados en el orfanato cercano a su casa, El Instituto Riglos, porque sus padres los habían abandonado allí. Era un lugar con una férrea disciplina donde salían ya casi adultos y preparados para vivir en el mundo cruel e injusto, donde los vomitaría la ballena de la vida.
Ignacio tuvo varias novias hasta que su madre, dijo:
- Es hora de sentar cabeza.
- Hazlo con esta muchacha, honrada y trabajadora, también de nuestro origen, que sabrá valorarte en tu justa medida.
E Ignacio se caso, muy a su pesar, porque realmente no le agradaba Ramira. Más le gustaba su hermana, una paraguaya, esbelta, de tez mate ojos almendradamente negros y mirada picara y seductora.
Y tuvieron seis hijos. Ramira quería una familia, numerosa, no estaba convencida con los métodos anticonceptivos reinantes para el control de natalidad, e Ignacio consideraba patrimonio de las mujeres, el evitar el embarazo.
Así transcurrieron los años, cambiando los lugares de residencia, para poder sobrevivir.
Doña Juana presencio con dolor la separación de Ramira e Ignacio, con resignación albergo a su hijo en la casa familiar.
Pasó el tiempo, los años se sucedieron con toda clase de infortunios, como suele ocurrir, crisis y sus ciclos económicos, neoliberalismo y consumismos.
Doña Juana murió ya ancianita, Ignacio sintió un profundo dolor. Mas no sabía lo que se precipitaría.
En el entierro, Ignacio descubrió una dura realidad. Elba y Jacinto eran sus medios hermanos. Habían nacido fruto de la unión de Doña Juana en su lugar de origen, el Chaco. Y no solo eso, aparecieron dos medio hermanos más, que no estaban en el orfanato, sino que muy contritos se presentaron, llegando del Chaco, para esa ocasión tan difícil, en la vida de todos los protagonistas, dejándolos sumidos en la mas ominosa de las incertidumbres.

Texto agregado el 13-10-2018, y leído por 72 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
13-10-2018 Me gustó el tema. Magda gmmagdalena
 
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