Amor, esta noche, vamos a bailar un tango.  Es una hora menos, y  hemos dormido mucho…  Hemos dormido siesta y hemos dormido años, …    
Tú tampoco bailas tango. Pero nosotros lo haremos bien. 
 
¿Oyes? Ya un piano nos reclama, y un contrabajo, creo.  Prepara tu traje negro, amor, y tu camisa blanca, y peínate para mí.  Yo, iré con el pelo recogido, engominado,  y un traje muy ligero en fucsia con medias transparentes. 
Ponte  de espaldas, que yo te busque y cuando sientas la palma de mi mano en tu pecho blanco, date la vuelta. Cuidado, no soy muy diestra en este baile y llevo tacón de aguja.   
 
Empieza el tango.  Pasos, la orquesta ayuda;  hay un sonido nuevo, de un bandoneón dicen. Cuatro por ocho;  ten presente, cuatro por ocho. 
Estamos enlazados.  Mi pierna entre tus piernas.  Mi pierna arriba y pasa a reposar,  en tu brazo. 
Tu boca y la mía están  tan cerca que nos vamos a besar… ,  qué vértigo de sensaciones, amor mío. Tu mano en mi espalda fijamente. 
Levántame, voltéame.  Si me pongo de espaldas,  dame la vuelta. 
 
No escucho nada, no oigo la orquesta sino a ti entero. Siento mi cuerpo y el tuyo. Ahora, no te siento, ni me siento. Somos... uno. 
  |