La pintora solo lograba plasmar un simple bosquejo en el lienzo. El modelo era un hombre bello y musculoso y sin embargo ella tenía la impresión de gastar el tiempo frente a una figura inexistente.

Se cuestionó la legalidad de su mirada en la pintura. Los ojos del artista eran para la pintura más importantes que la técnica, que los óleos, que la perspectiva.

Le otorgó al modelo un descanso, mientras ella se apartaba del trabajo para educar su mirada ciega.


Lo he escrito en el foro: "Cuentos cortos, palabras obligatorias", que me inspira bastante.