Quiero pecar de ingenuo,
inocente, cabizbajo, parvo,
no saber lo que ya sé,
olvidar lo que ya aprendí;
partir de cero. En blanco.

Abrazar una empirista tabula rasa
sobre la que habré de escribir
mi nueva trayectoria sin pasado,
pasos sobre mis borrados pasos,
sin guía, sin destino. En blanco.

No quiero la libertad
pues no ha de haber prisión,
no quiero sueños ni utopías
porque he de partir de cero,
sin espejos ni reflejos,
no quiero volver a empezar
porque no ha de existir pasado.

Quiero la inocencia ciega,
justa visión para un mundo nuevo,
sin deseos, sin proyectos,
dejar razón y racionalismo, hesitación
para mis respuestas sin pregunta.

Quiero abandonar determinismos,
estigmas inconscientes heredados
que me dictaron el exacto camino
que me llevó hasta aquí,
mar de incertezas y dudas
como única certidumbre.

No quiero reiniciarme:
en imposible sueño poético
quiero partir de la nada
para intentar llegar a algo.
Algo que sea más que nada,
mi línea de meta, sacra ingenuidad.