ENOJO.
Estoy tan enojada con vos, soy consciente de que el enojo está mal direccionado, debería estar enojada conmigo. Pero convengamos que algo de culpa tenés, no puede ser que te paseés así con ese andar tan cautivante, con tu cámara colgada al cuello y que a tu paso una plaza llena de gente, (de voces, de cánticos, ¡de lucha!) desaparezca, y solo quede tu silueta decorada de verde y violeta. Es también que no podés oler tan rico, tener esa sonrisa rozando la perfección y andar así por las calles sin tener conciencia de lo que generas a tu paso. Parecieras no darte cuenta de que el tiempo se detiene y los sonidos urbanos se ordenan en una melodía poética solo para acompañar tu andar. ¿Y el pelo? ¿A quien le queda bien ese corte de pelo? a vos sola, solo a vos en todo el mundo.
Es que no hay manera de explicar tu aura tan bien protegida por todas las mujeres que conviven en vos, no hay manera, no, no la hay.
No debe ser legal tanta belleza distribuida en un solo cuerpo, ¡por favor tu cuerpo!…el diablo podría poseerlo y seguirías siendo hermosa.
No es que no entienda lo importante que sos. Claro que lo entiendo, pero no puedo evitar el enojo, está bien que sin vos el mundo sería menos colorido, que la luna y el sol debaten acerca de tu sonrisa. Entiendo que has inspirado a Jaime, a Gelman y a Sabina, pero no lo puedo evitar, ¡me embrujan nuestros desencuentros!.