Quise hoy contar reminiscencias, quizás de una larga vida e intentando una prosa o una rima, como para emular a los que si tienen talento.
Pero estoy algo molesto, porque no falta ESE que no escribe nada y de pronto se pronuncia como un crítico y es menos que medio pelo.
Dirá al que ríe o que ama, que es un tonto y al que llora o sufre, que es un necio.
Afortunadamente espécimen como estos no hay muchos, porque si flotaran taparían el cielo, no dejarían pasar las luces que día a día nos entrega el universo.
Hay muchos que para alcanzar los años que tenemos, debimos arañar riscos y trepar sorteando muchas dificultades para mantenernos vivos y así lograr llegar tan lejos.
Pero aquellos señoritos que nunca se esforzaron por nada y todo les cayó como maná del cielo, son los que no escriben nada porque están vacíos, pobres almas que solo saben criticar porque es su único consuelo.